Hoy tendré una cita con mi esposa ¡Estoy muy contento por ello! Nos veremos en un restaurante. Algo que no hacemos desde hace mucho tiempo. Me siento a gusto por haber tomado la iniciativa. Además, la idea le pareció magnifica. Tuvimos una larga charla, donde analizamos nuestra situación. Creímos que era prudente, darle una nueva perspectiva a la relación. Frecuentar lugares diferentes a nuestro hogar para no dejar que la monotonía y la rutina nos asfixie. Darnos un respiro.
Tenía toda la intención de hacer las cosas bien. Y no queriendo dejar ningún detalle suelto, hice una reservación en un hotel. La noche debía terminar perfecta. Con esa idea en mi cabeza, pedí con antelación que la habitación fuera decorada de una manera romántica y especial. Velas adornando todo el lugar, seguido por un majestuoso camino de pétalos de rosas, que iba desde el pasillo, dirigiéndose hasta la habitación, para finalmente terminar en la cama. Poca luz, algo de vino, música suave y cómoda. Un gran complemento.
Ya estaba listo, me encontraba en espera de mi amada. Quería darle la sorpresa. Experimentar una noche de romance, un momento memorable y bello para ambos.
Luego de unos cuentos minutos de espera. Mi esposa arribaba al restaurante, dándole comienzo a una maravillosa velada. Por fin había llegado mi amada a nuestro encuentro. La mujer más hermosa de todo el mundo, me sonrió e inmediatamente recibí un abrazo cálido, acompañado de un tierno un beso. Luego de eso, nos sentamos en el espacio reservado para los dos.
—Mi amor, te ves estupendo, ¡Gracias por este momento! —con una voz dulce me lo dijo, permitiéndome sentir su alegría.
—Hola amor mío, te esperaba —le contesté.
Después de saludarnos, procedimos a cenar. realmente una velada maravillosa para ambos. Gran parte de la noche estuvimos observándonos. Era como si fuese nuestra primera cita.
—Cada día redescubro lo mucho que te amo —Se lo dije sin titubeo alguno.
—Yo recibo tu amor con todo mi corazón, tal como el día que me prepusiste casarte conmigo —fueron las palabras de la mujer con la que he compartido muchos años de mi vida. Su respuesta fue justo lo que deseaba escuchar.
Terminamos de cenar muy satisfechos. Sinceramente, fue mejor de lo planeado. En seguida, me dispuse a pagar la cuenta. Lo hice con la mayor prontitud, pues faltaba un evento antes de sellar la noche. Nos retiramos del lugar, no había nada más por hacer ahí. Aprovechando que la noche estaba a nuestro favor, optamos por caminar hasta el hotel. El cual se encontraba convenientemente cerca. El Trayecto nos brindó la oportunidad de platicar un rato.
—¿La cena fue de tu gusto, amor? —pregunté cariñosamente, entrelazando mis dedos a los suyos.
—¡¡Por supuesto que sí!! Al igual que este tranquilo recorrido, teniendo como testigo al firmamento mi amor —respondió mi esposa con tanta seguridad y alegría.
—Sabes, te amo con todo mi ser. Gracias por estar a mi lado. —le dije, queriendo recordárselo a cada segundo.
—¡Lo sé cariño! Nunca dejé de pensar que no me amaras. Y haber hablado de cómo nos sentíamos fue la mejor decisión. Esto nos permitió entender que debíamos recuperar el tiempo. Sobre todo, para no volver a caer en la monotonía que nos tenía tan alejados. Te amo con todas mis fuerzas. — ante sus palabras, mi única reacción ante sus palabras, fue parar de ipso facto. Solo para abrazarla con fuerza, como si de eso dependiera mi vida. Tan solo transcurrieron unos cuantos minutos, mientras permanecíamos así. Aunque se sintió casi una bella eternidad para los dos. Posteriormente continuamos con la travesía hasta nuestro destino, entre risas y pláticas sobre eventos pasados.
Finalmente, arribamos al hotel. Nos atendió un joven en la recepción, quien nos indicó el número de nuestros aposentos después de mencionarle la reservación que teníamos. El recepcionista procedió a entregarme la llave y nos deseó una buena noche. Ambos le agradecimos por su amabilidad. Inmediatamente nos dispusimos a ingresar al ascensor...
Entramos a la habitación., generándome automáticamente algo de ansiedad. Y de cierta manera, me siento un poco nervioso. Aunque, no debería tener razones para estarlo. Sobre todo, porque mi acompañante en este momento, es mi propia esposa. En contraste, observar la reacción de de bella esposa, es sublime. Su rostro de sorpresa, no tiene precio. Verla tan contenta, me llenaba de satisfacción, pues estaba complacida con lo que sus ojos veían. La felicidad en este instante, es un hecho evidente.
Mientras tanto, encendí el estero y puse música para ambientar la ocasión. Ambos tomamos una copa de vino, nos abrazamos al escuchar la melodía, dejándonos llevar por el ritmo muy delicado y suave. En medio de nuestra peculiar danza, la miré fijamente y la besé, ¡Nuestros labios se unieron como dos grandes imanes —¡Oh, como deseaba hacer esto! —me decía a mí mismo. Me sentía en la cima, por mi mente solo pasaba un pensamiento; «sencillamente es el amor de mi vida».
Las palabras no eran necesarias en este momento. Nuestros cuerpos, manos, pensamientos y corazones estaban tan sincronizados, que era obvio saber lo que queríamos... Sobra decir, que hasta su sombra fue mía. Mi respiración fue capturada por ella una y otra vez. No hubo movimiento que no practicáramos, ni frase que no dijéramos.
Puedo decir que somos dos personas que se aman sin límites. Cada segundo llevaremos en alto este amor.
«Eres y serás mi musa por el resto de mi vida y toda la eternidad»
![](https://img.wattpad.com/cover/136415758-288-k146519.jpg)
ESTÁS LEYENDO
¡Pasión Desbordada!
RomanceEl irresistible magnetismo de la atracción nos lleva inevitablemente hacia el contacto sexual. Tarde o temprano, nos rendimos ante este instinto primordial que desafía cualquier resistencia.