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–Ey mi amor ¿qué está mal?-cuestionó la rubia intentando limpiar los rastros de lágrimas que eran reemplazados al instante por otros en las mejillas de Rosé, su acompañante negó con una presión indescriptible extendiéndose a lo largo y ancho de su pecho–Por favor habla conmigo, no soporto verte llorar-le suplocó casi al borde del llanto, ver a su mujer hipar entre sus brazos y no poder hacer algo para ayudarla la está destrozando lentamente–Hasta hace un momento estabas bien.

–Hazme el amor Lisa, por favor, te necesito, necesito todo de ti-suplicó esquivando su pregunta cuando logró encontrar nuevamente su voz; sentía que debían vivir de una manera más apresurada, aunque de cualquier forma terminarían pasando tarde o temprano. La expresión de Lalisa se deformó por la petición tan desesperada y frente a las claras dudas de la mayor agregó–Soy tu esposa ante Dios y quiero que mi cuerpo sea tan tuyo como mi alma-le dió la más corta de sus justificaciones sin ganas de pensar en todas esas razones de peso que cayeron como un torrencial hace unos minutos sobre sus hombros.

–Tú siempre lo has tenido todo de mí cariño, pero ¿estás segura Rosie?-la interrogó acariciándole el cabello alborotado logrando que sus sollozos se calmaran por fin–No quiero que nos adelantemos si no estás preparada, no toleraría hacerte daño-por más que deseara exactamente lo mismo necesitaba esa confirmación para dar el siguiente paso, pues no quiere que ese acontecimiento que debía ser tan especial terminara manchado con un sentimiento de arrepentimiento y culpa.

–No he estado tan segura de algo en toda mi vida-le aseguró atrayéndola a milímetros de separación de su boca, y justo sobre esta murmuró–y exactamente por eso que has dicho sé que no lo harías, deseo esto contigo, por favor-Lisa no tuvo intenciones de dejarla esperando un segundo más, en cuanto los labios de la rubia poseyeron los suyos sus miedos parecieron delegados a un plano muy lejano a la realidad, en lo más apartado de su mente.

Las caricias curiosas e inexpertas plagaron la noche de pasiones recién descubiertas y una nueva necesidad de más contacto entre sus pieles, de sonidos melodiosos escapando de lo profundo de sus gargantas, de besos más calientes y toques íntimos las elevaron más allá de lo que pudieran haber imaginado. Esa noche se volvieron una en cuerpo, porque sus destinos ya estaban entrelazados desde mucho antes de conocerse y hasta mucho después de su muerte. Y aún entre los brazos de una Lisa profundamente dormida, Rosé no pudo evitar romper en llanto permitiéndole al dolor que la consumiera calándose en sus huesos, consintiendo que su mente se despojara de esta preocupación por completo, pues no sabía cuando todo se iba a terminar y no está dispuesta a sufrir por algo que podría pasar en horas, días o meses, sin aprovechar cada uno de los segundos al lado de su esposa.

–Me encanta como te queda el rosa-musitó la menor apoyando su pecho contra la espalda de la mayor al mismo tiempo que esta recogía algunas flores de los arbustos frente a ellas, una de las más pequeñas fue robada por Rosé dejando como pago un beso en la mejilla de la rubia. «¿Debería adquirir ropa interior de color rosa entonces?» jugueteó Lisa besándole los dedos de la mano libre a su contraria para luego sonreírle con el deseo desbordándosele por los ojos mientras imaginaba las reacciones de su esposa al admirar su cuerpo con esas ligeras prendas, sus labios recorriendo la piel descubierta como la noche anterior, sus mano... –Sería una maravillosa idea amor mío-las palabras se deslizaron de su boca como un débil ronroneo perdiéndose por un instante en la oscuridad que se cernía en los orbes contrarios antes de aclararse la garganta obligando a su libido a descender a un nivel mínimamente normal, debían bajar la intensidad de su conversión o la situación podría salirse de sus manos–La carta que envié debe llegarles en un par de días, creo que esta noche les escribiré otra-le anunció ubicándose a un lado de la mayor ayudando a llenar su cesta de flores que adornaran su sencilla habitación.

–¿Qué más les vas a contar si solo han pasado dos días desde la última? Ni siquiera hemos salido de aquí-dado el estado tan delicado en el que se encuentra su futuro habían decidido permanecer una semana en esa ciudad antes de trasladarse a una mayor y definitiva, donde las posibilidades de que las encontraran aumentarían junto a las posibilidades de salvarse. «Que en unas horas viajaremos otra vez, que los extrañamos mucho y que no los olvidamos» tarareó la castaña dejando una florecilla detrás de la oreja de su amada dándole un toque angelical a su hermoso rostro–Lo saben, cariño, no permites que duden con tus bellas palabras, estarán felices de recibir noticias-besó sus labios cortamente y al separarse escuchó un «Gracias, verdaderamente me gustaría mucho que pudieran contestar y hablarnos de como están» la simple esperanza de que estén bien es lo que la mantiene fuerte para seguir adelante anhelando el día en el que se podrán reunir–Ellos están bien Rosie, estoy segura.

–Su alteza, es un honroso placer compartir su presencia en nuestra humilde casa-la abuela alagó permitiéndoles la entrada hasta el salón donde su familia la esperaba, los tres tuvieron exactamente la misma reacción que ella cuando vió a la mencionada, al que alguna vez el acompañante de Yang y a un gran número de la guardia real–Imagino el motivo de su visita-ve a Sehun detrás de ella y las malas sensaciones de la primera y única vez que lo tuvo en su casa llenaron nuevamente su mente diendo consciente del desenlace que podría ocasionar–Aún así me gustaría saber en qué les podemos ayudar.

–Si es cierto les pido que me entreguen a Roseanne, dígale a la señorita Lalisa que la traiga de regreso, aquí mi ahijado está profundamente enamorado de ella-anunció provocándole arcadas a más de uno de los presentes, si eso que profesaba es amor, no quieren imaginarse si la odiase–y dada su penosa historia familiar-escudriñó por un segundo a las infantes que se removieron incómodas en sus lugares bajo semejante juicio. La muerte de sus padres y la nueva posesión de su tío sobre los bienes bajo su apellido complicaron considerablemente las posibilidades de algún convenio matrimonial legal o por beneficio–no creo que algún otro joven caballero ofrezca tan buena propuesta de matrimonio como la de la prestigiosa familia Conors-el mencionado hinchó su pecho de orgullo ante los calificativos, pues él sí cree ser un buen marido para la primogénita de los Lancaster, mala suerte la suya, la chica que quiere ya está casada.

–Mi reina, no sabemos donde está la niña-el patriarca comunicó en un tono solemne viendo a su esposa cubrir a la más pequeña con ambos brazos cuando el joven mencionado intentó acercarse a ella «Roseanne no es una niña, es mi esposa» contradijo Sehun con su expresión rígida por el rechazo y Jisoo tuvo ganas de restregarle en la cara que su hermana ya está casada y con una persona mucho mejor que él, pero Jorge se adelantó abordando el tema de una forma más adecuada para la situación–No es su esposa-replicó ocultando la sonrisa que le provocaban sus prepotentes palabras siendo aplastadas por la verdad; «Está prometida conmigo» trató de convencer a los demás bajo sus propios pensamientos incoherentes, mas ¿a quién iba a engañar? Incluso la monarca frunció el entrecejo ante la convicción absurda de este–sin embargo no están casados-repitió viéndolo apretar la mandíbula–Y mi nieta se encuentra en los pueblos altos, tenemos tierras vinícolas que necesitan ser atendidas regularmente-el mayor trasladó su atención a la mujer frente a él, al fin y al cabo lo único que necesitan es que se retiren lo antes posible; además no es como si le estuvieran mintiendo del todo, podrían estar en cualquier parte, incluso en ese lugar que mencionaron.

–Pues lo mejor será que estén diciendo la verdad-pronunció entre dientes con la sonrisa más falsa de su repertorio en un tono suave, aunque era claramente una amenaza, deslizando su brazo sobre el que su ahijado le ofrecía mirando a todos los presentes con desagrado y por encima del hombro–o no solo ellas sufrirán las consecuencias.

Maybe in another life (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora