Capítulo 3: La pxrra de la varita mágica.

9 2 0
                                    

Katrina y Salva habían viajado en barco hasta "Bruses", una ciudadela que estaba a unos días de Tamoreal en carreta. Dicha ciudadela no estaba poblada por miembros de clase alta como Playa Paraíso; ciudadanos de clase media (y sobre todo baja) eran los que abundaban en las calles.

Alejados del centro de la ciudad, y casi en las afueras, estaban Salva y Katrina esperando por Francesa y sus hombres a que llegaran a escoltarlos. Salva no paraba de temblar, Katrina notó que enredaba el talismán que ella le hizo entre sus dedos, sin decir nada. Sin embargo, Katrina sabía que dentro de su cabeza había un torbellino que destrozaba todo a su paso.

Se acercó a él con cuidado - Amor, ¿te sientes bien? -

- ¿Qué? Si, claro que estoy bien, solo me preocupa que France no haya llegado es muy raro, ¿y si le pasó algo?, tiene a sus escoltas pero eso no la hace inmortal, ¿Cómo voy a hablar con mi padre si mi hermana está muerta? - Salva comenzó a morderse las uñas mientras que un dolor de cabeza se aparecía en su frente junto a los latidos acelerados de su corazón.

- Salva, estás sobrepensando, dame la mano - Le quitó la mano de la boca y le dio un beso por encima - ¿Trata de calmarte, si? Intenta quedarte quieto -

- No puedo estarme quieto, jamás he podido estarme quieto, ¿¡Cómo se supone que esté quieto cuando mi hermana no aparece, y en tan solo días tendré que hablar con mi papá!? - Salva respiraba pesado - No quise gritarte, perdón, no era mi intención, solo tengo miedo, tengo mucho miedo, ¿y si me odia? Mi padre de seguro me odia, me escapé de mi casa cuando era un niño y vuelvo 7 años después sin que él sepa nada de mi, ¡JA! ¿¡CÓMO NO VA A ODIARME!? -

- ¡SALVA! -

- ¿¡QUÉ!? -

- Respira, ¿si? Por favor... - Exaltado, respiró profundo y logró controlar por poco su ataque de nervios. Katrina seguía tomando sus manos hasta que se acercó a él para abrazarlo, su corazón latía tan rápido como dos caballos pura sangre corriendo por un prado; vio por el rabillo del ojo como unas carretas se acercaban poco a poco a ellos - ¿Esa es tu hermana? - Salva volteó rápido, una carreta se acercaba hacia ellos.

Los caballos que tiraban de la carreta disminuyeron el paso, deteniéndose frente a ellos. Una mujer rubia de cabello corto y flequillo desordenado, quizás un poco más alta que Salva debido a los tacones de sus botas, bajo de la carreta. Sus ojos azules se iluminaron y una sonrisa pequeña de emoción apareció en su rostro cuando vio a su hermano.

Francesca abrazó a Salva con fuerza, hasta alzarlo por el torso - ¡Mi sei mancato tanto Toti! - La cara de Salva se tornó roja por el aire que le faltaba debido al abrazo.

- Si... Yo también te extrañé... ¡No respiro! - La chica lo soltó de golpe, él le devolvió el abrazo con uno más tranquilo pero con fuerza a la vez - ¿Cómo has estado, France? -

- ¡Ben eccitato, per Dio! Non riesco ancora a credere che torni a casa, mi viene voglia di piangere! - Lo volvió a abrazar con fuerza, aunque a France le emocionaba hasta las lágrimas que su hermano volviera a casa, él no sentía la misma emoción.

- Si... Es emocionante - Respondió con una voz de emoción forzada, pero ella no lo notó. Se separó de ella y la tomó de las manos, France tenía una sonrisa de oreja a oreja - Sorellina, voglio presentarti una persona -


La llevó hasta Katrina, quien solo estaba a unos pasos de ellos, y al verla la sonrisa de France dejó de ser una genuina a una fingida - France, ella es Katrina... Mi novia -

- ¡Es un placer conocerte! - Katrina extendió su mano junto con una sonrisa amable, la cual France solo sujetó por un segundo (a lo máximo) y se volteó a Salva de nuevo.

ABISMO 3: Cabezas por Recompensas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora