Capítulo 8: El reflejo en el espejo.

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Salva y Katrina volverían al caer la noche a Tamoreal, mientras esperaban la puesta de sol yacían en el bosque, Katrina recostada en un árbol y Salva acostado sobre sus piernas.

- ¿Crees que esa nube parece un perro? - Katrina miró al cielo, había una nube amorfa sobre ellos.

- Es más como un dragón - Salva tomó una hoja que estaba junto a él, un trébol para ser más específico.

- ¡Hey, mira, para la buena suerte! -

- Ese es de 3 hojas, los de la suerte tienen 4 - La respuestas de ella eran secas, sin sentimientos; Salva lanzó la hoja lejos.

- ¿Estás bien? - Preguntó sin obtener respuesta. Katrina miraba el bosque disociada, era bastante parecido al bosque que daba con Satania. Su mente le hizo revivir todo lo que le sucedió al pueblo esa noche, lo que a ella le sucedió esa noche... Un escalofrío recorrió su espalda - ¡Katrina! -

- ¿Si? -

- Te pregunté si estás bien -

- Ah, sí, ¿y tú? - Salva, agotado de la situación, se sentó en indio frente a ella.

- Tenemos que hablar -

- ¿Sobre? -

- ¡Sobre ti! Desde lo que pasó el otro día estás rara, me dijiste que estábamos bien pero sé que me mientes -

- Salva, jamás te mentiría -

- Conozco bien cuando mientes, justo como cuando me dijiste en el barco que no nos conocíamos de antes, justo como ahora - Katrina no respondió - ¿Hay algo que me quieras decir? - Katrina pensó en todo lo que le pasó esa noche, todos los sentimientos reprimidos que guardaba dentro de sí durante todos esos años; tenía en su cabeza exactamente todo lo que quería decir, pero como si hubiera una barrera invisible que evitara a las palabras salir de su boca, simplemente respondió:

- No -


Salva la miró mientras sonreía - Está bien, te creo - Se acercó para darle un beso corto, al separarse se dio cuenta que su novia se remojaba los labios, volvieron a besarse con más ganas. Él bajó de su labios hasta sus mejillas, la curvatura de su quijada hasta llegar a su cuello, el cuál siguió besando con la misma intensidad. Katrina sintió una punzada en su cuello - ...Salva -

- ¿Paro? - Espero un momento, afincando su nariz en su cuello, no obtuvo respuesta verbal, la respiración agitada de su novia fue suficiente.


Siguió dejando más besos alrededor de su cuello hasta que el sol cayó, y por ende, regresaban a Tamoreal.

De vuelta al castillo, Katrina estaba mirándose en el espejo del baño del cuarto donde se estaba quedando. Había pasado más de media hora frente al espejo, solo observando un chupón rojizo que le había dejado marcado su novio en el cuello. Intentó quitarla al restregarse con agua fría, pero no ayudaba mucho. Buscó algún polvo o maquillaje con el que taparlo, pero al ser un cuarto de visitas, no había nada.

Le estaba dando una última mirada antes de rendirse e irse a dormir, cuando la silueta de Asmodeo apareció en el espejo. Se exaltó; así como apareció, en un parpadeo ya no había nada. "Esto no puede ser, es solo mi cabeza" se dijo a sí misma mientras se lavaba la cara.

- ¿Segura? - Preguntó el espejo, Katrina palideció. Al voltear, solo estaba ella, pero de golpe, Asmodeo volvió a hacerse presente - ¿Me extrañaste? - En el reflejo se veía como la tomaba de la boca y pechos, pasando su lengua justo donde él chupón estaba. Katrina gritó, dio unos pasos hacia atrás y terminó golpeándose la cabeza contra una repisa.


Cremas, jabones y lociones cayeron al suelo junto con ella. Quedó inmóvil en el suelo por un momento, respiraba con fuerza y sentía su corazón doler de lo rápido que éste latía. Se levantó al borde de las lágrimas, y en el espejo ya no había nada. Había sido todo una mala jugada de su cabeza.

Su corazón estaba lleno de ira, tristeza y sobre todo, impotencia. Una llamarada salió de sus manos y chamuscó el espejó de un grito lleno de sumo dolor. Se sentó de nuevo en el suelo y lloró hasta quedarse dormida...

ABISMO 3: Cabezas por Recompensas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora