CAPÍTULO 4

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"¿Celos?"

JingYi, el discípulo al que se le había encargado la preparación de los medicamentos volvió con todo listo, WeiYing descubrió a WangJi y al abrir su camisa para colocar la pasta hecha de hierbas, sus lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas, las heridas eran más graves de lo que creía a pesar de haber pasado ya algunos días en recuperación, le dolía ver así a su "amigo".  Una vez terminada de aplicar la pasta era hora de hacer que bebiera la medicina. A WangJi no le gustaban los sabores fuertes, picantes o amargos, así que había pedido la endulzarán con miel de durazno; con cuidado dio algunas cucharadas de la medicina que afortunadamente fue aceptada por un WangJi aún dormido por la fiebre. —We... We... —murmuró— y comenzó a agitarse. WeiYing lo detuvo suavemente, pidió a JingYi le ayudará a sentarlo recargado en la cabecera; se sentó delante de él sobre la cama, cerró sus ojos y comenzó a concentrarse, una tenue luz blanca azulina comenzó a formarse entre sus manos, cada vez se hacía más brillante y un aura casi celestial rodeó a WeiYing.  Con un suave movimiento comenzó a dirigir la luz hacia el pecho de WangJi.

Una figura comenzó a formarse detrás de WeiYing casi sobre él, desprendiéndose de él; era como una hermosa doncella hecha de luz que seguía los mismos movimientos que él hacía. El aura que rodeaba WeiYing se extendió hasta envolver a WangJi también.

JingYi observaba absorto la escena, se había quedado ahí para ayudar si se necesitaba, cuando WeiYing comenzó a crear la energía,  JingYi pensó en retirarse para no interferir, pero la calidez y amor que sentía en el aire, sumado a la etérea imagen que tenía delante le impidieron moverse, se sentía extasiado.

—WeiYing... —murmuró LanZhan apenas entreabriendo los ojos, tan pronto percibió la dulce sonrisa de WeiYing los volvió a cerrar y toda su inquietud se alejó.

Después de un largo rato, la energía dejo de fluir suavemente, la doncella de luz se extendió hacia WangJi y le dió un delicado beso en la mejilla acariciándolo, volvió a su posición y abrazo a WeiYing volteando a ver a JinYi y desapareció fundiéndose en ese abrazo, el aura que los envolvía también comenzó a desaparecer.  A JinYi le pareció que los ojos de esa doncella brillaban como hermosas lunas en el cielo y sintió que lo miraba con complicidad. Aún no entendía nada, estaba sorprendido ante todo lo que acababa de presenciar y sentía agradecimiento desde su corazón. Él no diría nada, sabía que no debía, que eso que acababa de pasar era único y había sido afortunado en verlo.

WeiYing abrió los ojos y sonrió sutilmente, se levantó para acostar a WangJi nuevamente, solicitando a JinYi que le trajera dos tazas de té de jazmín con miel, el favorito de WangJi. Se acercó a sus cosas y sacó un pequeño pastelillo nevado, colocándolo en la mesita junto a la cama una vez entregado el té,  JinYi se retiró con una profunda reverencia, a WeiYing le pareció extraño pero no le dió importancia. Una vez dispuesto el té para LanZhan junto al pastelillo, no había más que esperar a que despertara, WeiYing tomó su taza y acomodó un cojín junto a la columna a un costado de la cama, estaba tan cansado que no tardó en quedarse dormido.

—¡YanLi! —exclamó LanZhan, quien había despertado unos minutos atrás y mordido ese pastelillo desconocido, pero el gusto le dijo que era de sus tan esperados postres enviados desde Muelle de Loto -este era distinto en su decoración a los otros recibidos, ahora el nevado tenía forma de poenia, lo que lo hacía parecer como algo diferente y no fue reconocido al verlo-.

WeiYing despertó inmediatamente y se levantó quedando a la vista de LanZhan.

—¿Dónde está YanLi? —preguntó. WeiYing se sorprendió por la pregunta de LanZhan y al mismo tiempo sintió como si le apretaran el corazón hasta detenerlo.

—¡LanZhan, despertaste! —dijo WuXian sonriendo para esconder el dolor que acababa de sentir. —¿YanLi?, ¿por qué preguntas por ella?.

—El pastel... es su pastel ¿dónde está?.

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