"Lienzo"
Había pasado tan sólo un día de la partida de Jiang Cheng y en Muelle de Loto YianLi se sentía terriblemente inquieta, si fuera triste o sola, sería comprensible pero lo que sentía era distinto, estaba nerviosa y se sobresaltaba sin razón alguna, Jiang Cheng ya debía haber llegado a Lanling unas horas atrás y WeiYing había dicho en su última carta que aún estaría una semana más en Gusu, en casa todo estaba tranquilo, nada fuera de la rutina, así que parecía no haber motivo por el cual sentirse de esa forma.
Como en ese momento realmente no había nada que hacer, YanLi decidió ir a limpiar la habitación de WeiYing, para que cuando volviera estuviera todo perfecto.
Sobre la mesa había una esfera blanca y gris con un hermoso lazo rojo, llamó su atención pues nunca la había visto, se acercó a verla con detalle, entonces notó que era como una luna, estaba hecha de ópalo blanco y calcita, pulida de tal forma que las vetas grisáceas parecían tener profundidad y el blanco brillante parecía irradiar luz. Le pareció un adorno muy hermoso, típico de WeiYing, tenía tan buen gusto...
La habitación estaba un poco desordenada, A-Xian no era muy cuidadoso que digamos, lo único que siempre estaba perfectamente ordenado era su colección de cintas para el cabello y sus cinturones. Al sacar las túnicas, para colgarlas bien sintió que algo atoraba las últimas y jaló con más fuerza, tirando un pequeño cofre que al abrirse dejó caer por el piso centenares de lacitos e hilos rojos, YanLi se sintió avergonzada, era algo personal de A-Xian, se apresuró a guardarlos, pero cada hilo que tocaba sentía como un pinchazo en su corazón, en la caída algunos se habían enredado y ella trataba de desenredarlos con cuidado, así que los fue extendiendo por tamaño sobre la manta que cubría la cama y sin notarlo se estaba formando una figura, entre más acomodaba, menos dolor sentía; el tiempo pasó rápidamente mientras arreglaba los lazos y comenzaba a oscurecer pero ella no lo notó pues la habitación no estaba oscura, se giró para levantar los lazos que habían caído más lejanos y se sorprendió al ver por la ventana que ya era de noche, instintivamente se levantó para encender las velas sin percatarse por unos momentos que realmente la habitación no estaba oscura, cuando reaccionó su mirada se dirigió a la fuente de luz, y cuál no sería su sorpresa al ver que la luz provenía de la esfera, era realmente como una pequeña y brillante luna llena iluminando todo, su corazón sintió una calidez que extrañaba y una sonrisa se dibujó en su rostro. «—WeiYing... —suspiró».
No sabía de donde había provenido ese artefacto pero le transmitía la paz que tanto necesitaba, encendió las velas y al volver hacia la cama con los lazos restantes, con la distancia notó que sobre la manta había un "bordado" de hilos rojos que formaban la silueta de Wei Wuxian, su perfil perfecto y su típica coleta alta. YanLi se quedó parada a media habitación admirando lo delicado del "bordado" y lo fiel a la imagen, bien podría pasar por un brocado de alta costura pero no había tal, sólo eran los lazos que había estado desenredando.
—A-Xian, siempre es tan maravilloso y sorprendente todo lo que trata de ti, todo lo que tocas parece llenarse de misterio y belleza; eres tan excepcional... te amo... te extraño tanto —dijo llena de emoción mientras seguía maravillada por lo que veía.
Se acercó a colocar los últimos lazos y volvió a alejarse un poco, ahora la imagen era perfecta. ¿Qué haría ahora?, se preguntaba, guardaría los hilos en su cofre o los dejaría así para mostrárselo a WeiYing cuando volviera. ¿Y si WeiYing se molestaba porque ella había visto su cofre?, no sabía que tan personal era, o si significaba algo especial para él.
Unos golpes en la puerta la sacaron de sus pensamientos
—Joven maestra ¿está usted ahí?
Era voz de Yun, seguramente ya llevaban rato buscándola.
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¿Quién eres?
Fanfiction-...No es que tú te vayas a casar con ella. ¿Y por qué no?, se preguntó repentinamente WeiYing. Aunque en el pasado una adivina dijo que Wei Wuxian había nacido sin el hilo rojo, no significaba que no tuviera corazón, de hecho, era todo lo contrar...