Inspiración (primera parte)
Habían pasado catorce años de que la madre de MingJue hubiera fallecido cuando él era un niño pequeño aún, su padre, Nie ZingShu, se había negado a tener más hijos y no tenía concubinas pues siempre sintió que era una práctica poco leal y odiaba las disputas de herencia de poder, y tampoco había querido una segunda esposa, él había amado profundamente a la madre de MingJue. Sin embargo, un día supervisando la seguridad en Qinghe, vio a una hermosa joven cultivadora caminando cerca de la plaza que lo cautivó, aunque no hizo nada por acercarse a ella o por saber quién era, su imagen se había quedado en su memoria.
MingJue ya con diez y seis años, acompañaba siempre a su padre y aprendía las cosas sobre liderazgo, ese día notó que su padre se había fijado en la chica y su pecho se apretó, no por el hecho de que quizá su padre al fin había superado el duelo por su madre, sino porque Shi YiNiang es la dueña de su corazón. Ellos se conocieron dos años atrás en un entrenamiento y desde entonces creció su sentimiento, estaban realmente enamorados, MingJue esperaba cumplir los diez y siete para pedirle a su padre aceptara su compromiso y ahora todo se encontraba al borde del desastre, si sus sospechas eran ciertas, no podría hacer nada para evitarlo.
Un día cualquiera llego a casa de la familia Shi una invitación del líder Nie para asistir a un banquete, el señor Shi se sorprendió, y se sintió honrado, supuso que al fin su destacado trabajo dentro del comercio exterior sería reconocido así que asistió con su esposa e hija puntualmente. YiNiang estaba muy emocionada pues pensaba que al fin se acordaría su matrimonio con MingJue. Todo transcurrió armoniosamente y todos se sentían felices, todos excepto MingJue, que tenía el más negro presentimiento en su corazón. No dejaba de mirar a YiNiang, se veía tan hermosa, y esa mirada tan dulce...
Y así pasada la media noche, Nie ZingShu llamó al señor Shi aparte y sirviendo un vaso de su mejor vino, le dijo que deseaba casarse con su hija, el señor Shi estaba sorprendido porque no era lo que él esperaba, pero complacido por la noticia, que dicho sea de paso, era mejor de lo que esperaba, aceptó alegremente sin siquiera pensar en la diferencia de edad o que su hija apenas era una doncella de diez y seis años y que quizá tenía otros planes para su vida pues había dedicado su corta vida al cultivo.
MingJue se las arregló para hacer llegar un mensaje a YiNiang diciéndole: "Pase lo que pase, no digas nada y acepta".
Cuando regresaron al banquete el líder Nie anunció que se casaría de nuevo, hubo gritos de felicidad entre los asistentes y cercanos al líder, pues estaban preocupados por el futuro del clan si algo llegara a pasarle a MingJue, ya que no había más herederos, pero para MingJue fue una sentencia de dolor eterno, amaba mucho a su padre, pero también amaba profundamente a YiNiang, él no podría impedir la felicidad de su padre, aún a costa de la suya propia.
Los jóvenes no podían dejar de amarse, por más que lo intentaran, YiNiang se había convertido ahora en su "madre" y veía a su padre cada vez más enamorado de ella y eso lo estaba volviendo loco.
El tiempo había pasado y aún no había un nuevo heredero, y es que YiNiang tenía cuidado de ello, porque no se perdonaría no amar a su hijo por no ser hijo de su hombre amado, sin embargo realmente le había tomado cariño a ZingShu, era tan atentó y dulce con ella -y con todos- a pesar de tener fama de ser un hombre de carácter fuerte e inflexible, y por ese mismo cariño ahora se sentía la peor de las personas cada vez que se encontraba con MingJue a escondidas, o cuando cruzaban miradas frente a otros, pero no podían evitarlo, se amaban demasiado y el azar les había jugado una mala pasada.
"¡Alégrense todos! —decía el aviso colgado en la plaza de Qinghe— Madam Nie tendrá un hijo".
MingJue volvía de una semana de intensas cacerías cerca de Qishan con Wen y su grupo, cuando vio la algarabía en la plaza y al pasar por el tablero principal leyó el aviso, su respiración se cortó de inmediato, su vista se nubló, su corazón fue atravesado por una daga, quiso morir en ese mismo instante, pero su padre y su amada merecían la felicidad, «ojalá ese hijo traiga alegría al corazón de YiNiang», pensó por un momento, «ahora tendré un amado hermano; juro que lo protegeré con mi propia vida». Y así era, esa noticia trajo felicidad a YiNiang, quien esperaba ansiosa el regreso de MingJue.
—Padre, felicidades, me he enterado tan pronto llegué, me alegro mucho por usted, estuvo sólo tanto tiempo desde que madre murió, es reconfortante ver su mirada de amor y dicha nuevamente en sus ojos.
—Hijo mío —dijo Nie ZingShu abrazando a MingJue— te agradezco. No pienses que tu lugar en el clan está en peligro, tú eres y siempre serás el heredero, está escrito en tu destino, tú abuelo lo leyó el día de tu nacimiento, y madam Nie también te aprecia y respeta, ella no es alguien ambicioso o mezquino, jamás conspirará en tu contra. A este lúgubre páramo le hacía falta la alegría de un pequeño —continuó diciendo, sellando para siempre el futuro de MingJue.
MingJue evitó a toda costa encontrarse con YiNiang en los días siguientes a su llegada, aún no se sentía preparado para verla, pero esa noche alguien dejó una nota en su habitación, era algo urgente que involucraba a su padre, no podía negarse a ir a esa reunión clandestina, tomó su espada, una capa y se escabulló entre las sombras, no tenía idea de qué encontraría.
La noche era fría y el viento calaba hasta los huesos, era otoño y el invierno estaba cerca, las nubes que se agolpaban amenazaban tormenta y no permitían el paso de la luz de la luna llena, la árida tierra de Qinghe, esa lúgubre noche, se sentía más desolada.
Igual que su corazón.
Entró a la bodega abandonada donde fue citado apretando su espada como precaución.
—MingJue —escuchó la dulce voz de su amada— llevo tanto aguardando encontrarte, no podía esperar más.
YiNiang se lanzó a sus brazos besándolo sin esperar respuesta, ella estaba muy emocionada.
—No... —dijo MingJue con lágrimas en los ojos apartándola—, no podemos seguir así, no puedo hacer esto a mi padre, ni a ti, ni a mi hermano. Juro por el amor que siempre te he tenido que protegeré y cuidaré a mi hermano como si fuese mi propio hijo, pero no po...
—...Lo es
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¿Quién eres?
Fanfiction-...No es que tú te vayas a casar con ella. ¿Y por qué no?, se preguntó repentinamente WeiYing. Aunque en el pasado una adivina dijo que Wei Wuxian había nacido sin el hilo rojo, no significaba que no tuviera corazón, de hecho, era todo lo contrar...