el otro lado 𖦹 𝙅𝘼𝙀𝙔𝙊𝙉𝙂

❀― capítulo siete.

― Así que esto es Seúl. ― decía el de mechas, mientras miraba tu galería de fotos, deteniéndose en los detalles de la ciudad. ―Se ve... ¿Contaminado?― se quedó en silencio unos segundos. ― Sí, contaminado. ― ratificó, asintiendo con la cabeza.

Estaban sentados en una especie de plaza, en un banco y en estos momentos no podías hilar ningún pensamiento.

Sentías que tu cerebro estaba en modo automático, parecía como si todo se moviera a cámara lenta, o tal vez a velocidad, no lo sabías y es que en un momento habían personas jugando, al otro no había nadie, no sabías cuándo se habían ido.

Habías perdido la capacidad de ubicarte en tiempo y espacio a causa del shock.

― Hyung, ¿Quién es él? ― la voz de Jaehyun te devolvió un poco a la realidad, tus ojos se movieron hacia la pantalla brillante del celular, enfocando ahora la vista en la foto que tenías enfrente.

― Ten, mi soulmate. ― respondiste como si fueras un robot, mirando la sonrisa de tu mejor amigo al lado tuyo en aquella foto.

― ¿Cómo que soulmate, hyung? ― te preguntó y lo miraste de reojo, viendo como sus labios formaban el puchero más tierno que jamás hayas visto en tu vida, luego tus ojos fueron en dirección a la mano que sostenía tu celular, notando que ejercía presión sobre el mismo.

― Es mi mejor amigo, ya te dije que soy hetero. ― le respondiste desganado, volviendo a mirar a ningún lugar en particular.

― Ten-ssi me cae mal. ― dijo luego de haber chasqueado la lengua, volviendo a mirar las fotos en tu celular.

―No creo que a Tennie le cause gracia que alguien menor lo llame así. ― lo miraste de reojo tras decir eso y viste como su cuerpo se tensaba, apretando el celular de nuevo.

― Hyung... ― te llamó, por lo que le respondiste con un suave "mhh" para que siguiera hablando. ― ¿Por qué lo llamas de forma de forma cariñosa a Ten hyung y a mí no? ―te preguntó, girando su torso y mirándote, volviendo a hacer aquel puchero.

― Aigoo. ― tu mano izquierda fue hacia su rostro, tus dedos gordo e índice sobre sus pómulos, apretándolo para que el puchero sobresaliera aún más. ― Pero que Jaehyun más tierno tenemos aquí. ― dijiste de forma juguetona, viendo en primer plano como sus orejas tomaban un leve color rosado. ― Eres tan hermoso, que en Seúl seguro te hubieran perseguido más de un representante para llevarte a las audiciones y convertirte en idol. ― comentaste al pasar, admirando la belleza de aquél chico.

― Hyung, aquí también existen los idols y ya me lo han ofrecido millones de veces. ― te dijo después de que agarró tu muñeca para que soltaras su mejilla. ― Pero yo no quiero ser idol, hyung. ― susurró sin soltar tu muñeca, apoyando su antebrazo y por consiguiente tu mano sobre su pierna. ― Quiero ser artista y dedicarme a pintar cuadros, por ello estudio en una universidad con especialización en arte. ― la pequeña sonrisa que se formó en sus labios y el brillo en sus ojos al hablar de algo que se notaba que era lo que más amaba hizo que tu corazón diera un vuelco.

No sabías que hacer, tu corazón ahora estaba golpeando con fuerza tu pecho y estabas poniéndote nervioso, ¿O era ansioso? No sabías.

― Seguro pintas muy feo. ― dijiste, tirando del brazo que aún sostenía, para que te soltara, lográndolo a la primera.

― ¿Quieres que le muestre, hyung? ― te preguntó, con una sonrisa divertida en los labios.

― No, sería perder mi valioso tiempo. ― y miraste para otro lado, actuando de manera completamente infantil.

No podías verlo, no cuando tu corazón no quería dejar de salir con fuerza.

― Yaa... ― dijo el de mechas, podías notar el tono de voz aniñado. ― Por el momento, debemos solucionar donde se va a quedar hyung, y ya tengo una idea. ― lo miraste de reojo, tu corazón aún latiendo con fuerza. ― Te voy a llevar a la casa de Doyoungie. ― dijo con una linda sonrisa de hoyuelos.