Habías decidido ocupar tu mente en la cocina.
No eras una persona que se glorificaba de sus atributos, y a simple vista parecías de esas personas que no sabían ni agarrar correctamente una escoba para barrer el piso.
Cuando eras más joven te molestaba que tuvieran ese prejuicio sobre tu persona sin conocerte, más hoy es algo que realmente no te interesaba nada. Y es que a fin de cuenta, como no parecías ser bueno en cosas de la casa, nadie esperaba nada de vos por tanto, mucho menos te iban a pedir hacer algo.
Pero ahora tu cabeza era un desastre, huír no podías porque realmente no sabías por dónde comenzar, así que decidiste que era momento de ocupar la cabeza en algo que siempre te ayudó a calmar los nervios y la ansiedad, que es cocinar.
Eras bueno, lo sabías, aunque la única persona que lo haya corroborado sea Ten.
― Desde que vi a Ten, solo pienso en él. ― susurraste con melancolía, negando con la cabeza y abriendo la heladera, para ver qué había.
Sacaste las verduras para ver cuáles tenías y las acomodaste sobre la mesada de la cocina, luego comenzaste a buscar los condimentos que ibas a usar, que por suerte estaban todos colgados en una pequeña repisa en frascos que decían qué era cada cosa, aunque te sorprendió un poco que pareciera más un adorno que algo que se usara a diario.
Te lavaste las manos y luego comenzaste a cortar la carne de res en tiras y la dejaste sobre una fuente con salsa de soja, aceite de sésamo, azúcar y ajo.
Limpiaste la tabla que habías usado para cortar la carne y ahora comenzaste a cortar la verdura. Tantos tutoriales en YouTube debían servir para algo.
― Podría sumarle unos fideos. ― pensaste en voz alta, abriendo la alacena, cajón por cajón, descubriendo que lo que sobresalía era la comida instantánea, lo que te causó risa, aunque solo lo demostraste con una sonrisa. ― Eso explica porqué los condimentos parecen una decoración. ― te respondiste, negando con la cabeza.
Como no había música, la imaginaste en tu mente, recordando canciones que te gustaba escuchar cuando estabas aburrido, tarareando frases que seguro nada tenían que ver con la canción original, pero el autor nunca se iba a ofender, no en este mundo.
― "¿Habrá existido Freddie Mercury en este mundo?" ― te preguntaste, anotando en tu lista mental buscarlo después, cuando volvieras a quedar solo.
― No sabía que hyung sabía cocinar. ― escuchaste detrás tuyo, y casi te cortas un dedo por el susto.
― ¡Idiota! ― gritaste, dejando el cuchillo en la mesa para girar tu cuerpo y quedar de frente, señalándolo con el dedo índice. ― ¿Cómo vas a aparecer así, de la nada? ¿Eh? ¿Qué hubiera pasado si me corto un dedo? ― le recriminaste furioso, y cuando lo estabas por golpear en el hombro con tu mano, la tomó desde la muñeca antes de que impactara.
― Perdón, hyung. ― dio, tironeando de tu brazo, acercándote y abrazándote con su otro brazo por la cintura.
Liberaste el aire por la nariz al sentir un olor extraño, diferente.
No era solo el olor a café, sino que había otro olor más, otro que se entremezclaba y que hizo volver a hacer llorar al lobo que está dentro tuyo.
― ¿Por qué lo sientes? ― preguntaste al ser consciente de esto, y como no obtuviste respuesta, con tu mano izquierda pellizcaste con fuerza su brazo haciendo que te soltara. ― ¿Por qué me pides perdón? ― insistes mirándolo fijo, notando la culpa atravesar sus ojos.
Suspiraste, negando con la cabeza.
― "Huele a jazmín, ese es el olor de Doyoung ¿No?" ― pensaste.
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el otro lado 𖦹 𝙅𝘼𝙀𝙔𝙊𝙉𝙂
Fanfiction⌗ 𝐉𝐀𝐄𝐘𝐎𝐍𝐆 | ¿Qué harías si terminaras en un mundo que no es como el tuyo? Taeyong termina en un universo donde una voz le habla en la cabeza y un chico le dice que es su predestinado. • adaptación ; terminada. 01 #jaehyuntop 01 #nctfic 01 #...