el otro lado 𖦹 𝙅𝘼𝙀𝙔𝙊𝙉𝙂

❀― capítulo veinte.

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― Doyoung, aléjate. ― le ordenó el menor, su vista clavada en cómo el miembro de Taeyong se perdía dentro del omega. 

― Jaehyun, déjame seguir. ― gimió Doyoung, girando un poco su cabeza y mirándolo de reojo.

― Aléjate antes de que deje de ser amable. ― le advirtió entrecerrando los ojos, más el otro no le prestó atención y comenzó a mover sus caderas de manera circular mientras se mordía con fuerza el labio inferior. ― Aléjate ya. ― utilizó su voz de mando, haciendo que Doyoung dejara de moverse e inclusive temblara.

― Per...-

― ¡Ya! ― le gritó y el otro quitó el miembro del mayor detro suyo, con los ojos picando, casi por derramar lágrimas de la impotencia. ― Ahora lárgate. ― ordenó, el omega se encorvó, poniéndose de pie yendo en dirección a donde estaba el alfa con la cabeza gacha, y al pasar por su lado, éste le cerró la puerta en la cara, no sin antes tirarle su pantalón que estaba en el suelo.

― Jaehyun... ― le llamó en un gemido suave al sentir el olor a café.

― Hyung, voy a tener que castigarlo. ― dijo el menor, mirando de manera penetrante al mayor, quien tenía la remera levemente hacia arriba, mientras que sus pantalones y bóxer estaban lo suficientemente bajo para que solo se viera su miembro.

Se quitó la remera y antes de subirse a la cama tiró del pantalón del mayor, dejándolo en ninguna parte en particular, relamiéndose los labios al ver los muslos blancos de Taeyong hasta que un corte llamó su atención, arrodillándose en la cama pasa su lengua por la herida.

― N-No... ― susurró el mayor, su mano izquierda tomando del cabello de Jaehyun en un intento por alejarlo.

― Debo quitarle ese horrible olor a jazmín, hyung. ― dijo con la voz ronca Jaehyun, tomando al mayor con ambas manos en la cintura y girándolo de modo que quedara boca abajo en el colchón. ― No seré amable, hyung. ― le advirtió, tomando sus nalgas con cada mano, abriéndolo para que su entrada quedara expuesta. 

Acumuló saliva en su boca mientras Taeyong se removía debajo suyo, queriendo girar, pero antes de que pudiera hacer algo, el menor escupió sobre el agujero frente suyo, mientras metía el pulgar de su mano derecha en el mismo.

― Du-duele... ― se quejó Taeyong, apretando las sábanas. ― Jaehyun, due-duele... ― lloriqueó, hasta que sus ojos se abrieron al sentir como algo húmedo comenzaba a introducirse dentro suyo. ― N-no... ― gimió, sintiendo como todo su cuerpo se entumecía al sentir la lengua del alfa menor dentro suyo, la habitación llenándose de sonidos completamente obscenos.

Más gemidos salían de su boca, aún cuando ahora no era solo una lengua la que estaba introducida dentro suyo, sino un par de dedos.

―Mire como ahora succiona mis dedos, hyung. ― le susurró el menor sobre su oído, dejando sólo sus dedos entrando y saliendo, abriéndolo, expandiendo aquél anillo muscular. ― ¿Dónde estará ese lugar, hyung? ― le preguntó, sus dedos clavándose dentro del mayor, moviéndolos como si estuviera hurgando, hasta que dio en un cúmulo de nervios que hizo que el castaño abriera su boca y un chillido saliera de lo más profundo de su garganta. ― Lo encontré. ― afirmó, insistiendo en ese lugar.

Taeyong gemía, sus piernas buscaban cerrarse, los dedos de sus pies se doblaban y suplicaba, suplicaba como si su vida dependiera de ello.

― Ma-mahh-ahs... ― hablaba entre gemidos, su cuerpo caliente como nunca antes lo había estado en toda su vida.

― ¿Quiere algo que lo haga sentir mejor, hyung? ― le preguntó con la voz completamente rota, desabrochando y bajando el cierre de su pantalón con su mano libre, liberando su miembro.