❀― Final.

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El menor te embestía, tu espalda estaba contra la pared mientras él te agarraba con los brazos desde la cara interna de las rodillas, y si no habías caído al suelo era solo porque lo abrazabas con fuerza sobre los hombros.

Tus lágrimas comenzaron a salir, mezclándose con tu sudor propio y el ajeno cuando el nudo se formó dentro tuyo.

Jaehyun, se movió con delicadeza y te llevó cargado, dejándote ahora apoyado contra el escritorio, mientras sentías como la yema de sus dedos acariciaban tu espalda y pequeños besos eran depositados en parte de tu cuello y hombro.

― Tal vez la próxima debería sacarlo antes de que se forme en nudo, hyung. ― dijo en un murmullo el alfa, lento, pausado, ya que aún estaba tratando de recuperar el aliento.

Dejaste de abrazarlo con fuerza por el cuello, dejándote caer un poco hacia atrás, tu espalda sobre la pared, solo para verlo a la cara.

Seguro ahora solo le mostrabas una visión deplorable, ya que cada vez que se forma el nudo, a causa del dolor, lágrimas caían de tus ojos y se entremezclaban con tu sudor.

Pero aunque doliera un infierno, había algo más, siempre había algo más, algo de placer que se combinaba con esa sensación displacentera, que hacía que la anticiparas y la desearas.

Dios, te habías vuelto una especie de masoquista.

― No lo hagas... ― susurraste con la voz ronca, tu propia visión algo nublada por el placer y las lágrimas. ― Me encanta cuando acabas dentro. ― y sus dedos apretaron tu piel.

― ¿Por qué siempre llego en estos momentos? ― se quejó Doyoung al entrar y casi instantáneamente salir del cuarto. ― Ah, cierto. ― escuchas detrás de la puerta, por lo que giras tu cabeza, dejando que Jaehyun siga llenando tu cuello de besos. ― Hablé con Haechan, le mandé un par de fotos tuyas, dijo que eras lindo y que te presentaras a fin de mes.

Tus cejas se fruncieron.

¿Por qué Doyoung tenía fotos tuyas?

― ¿De qué habla Doyoung, hyung? ― te preguntó Jaehyun, mordiendo tu mejilla con suavidad, trayéndote de vuelta a la realidad.

― Voy a trabajar en donde él lo hace, al parecer. ― susurraste, quejándote suavemente cuando el menor se movió. Aún estaban unidos.

― No necesita trabajar, hyung. ― te dijo con un pequeño puchero en los labios, mirándote fijo a los ojos.

― ¿Eres millonario? ― preguntaste con una ceja curvada hacia arriba.

― No... ― murmuró.

― Entonces sí necesito trabajar. ― concluíste y Jaehyun bajó la mirada. ― Si logras ser un artista reconocido quizás deje de trabajar, dependerá de tí. ― dijiste burlón, besando el puchero del menor.

― Lo seré, hyung. ― aseguró, mirándote a los ojos con un brillo especial. ― Si mis obras no se venden, usaré mi belleza a mi favor para llamar la atención y que se venda, así seré millonario. ― dijo de manera juguetona, sacando la lengua con una sonrisa divertida.

Ahogaste una pequeña risa y giraste los ojos.

― ¿Tu segundo nombre es humildad?

― ¿Tu segundo nombre es humildad?

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el otro lado 𖦹 𝙅𝘼𝙀𝙔𝙊𝙉𝙂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora