❀― capítulo veintiuno.

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Taeyong estaba recostado boca abajo, cuando el alfa al lado suyo habló.

― Hyung, está dejando salir todo, voy a tener que volver a llenarlo. ― dijo con un tono de falsa tristeza, posicionándose detrás del mayor levantando sus caderas con ambas manos, teniendo un primer plano de su entrada, deleitándose con cómo esta parecía que se dilataba mientras el semen se escurría del mismo.

― Qué chico malo soy... ― habló con la voz ronca el mayor, apoyando sus codos en el colchón, pero esa postura le duró poco, su pecho volvió a caer sobre el mismo cuando el miembro del menor volvió a entrar en él.

No sabían hacia cuánto tiempo lo estaban haciendo, o cuántas veces, lo único que sabían era que pareciera que nunca se iban a poder saciar.

A Jaehyun le habían contado que cuando era pequeño, su alfa sentía rechazo, inclusive asco por las feromonas liberadas de otro alfa. Él creció creyendo que eso era cierto, hasta que la vida le puso enfrente a Lee Taeyong.

Aún así, no podía dejar que su alfa tomara el control.

Jaehyun tenía miedo de dejar que el lobo dentro suyo se liberara. Por suerte cuando había llegado al departamento vio la bolsa con los supresores desparramados por el suelo. No dudó ni un segundo en sacar un par de pastillas al reconocer el supresor para alfas, tomándolas de un trago antes de ir hacia la habitación.

Aunque lo increíble era que, aunque hubiera tomado más de dos pastillas de una sola vez, aún así podía sentir cómo su lobo hacía presión para salir, cómo le exigía que le despellejara la piel al mayor, cómo deseaba que lo rompiera.

Y eso lo aterraba.

Se mordió su labio inferior con fuerza al ver cómo la espalda del mayor se curvaba, al ver cómo las gotas de sudor recorrían su columna pidiéndole que pasara su lengua. Llevó una de sus manos a su espalda, y le clavó las uñas, rasguñando por todo lo largo sin ejercer demasiada presión, notando cómo ésta se marcaba con tanta facilidad.

Era magnífico.

― Ah al-alfa... ― gimió el mayor, corriéndose, y el menor vio su cabello castaño, la mano que antes estaba marcando su espalda fue hasta el cabello del mayor, apretándolo en un puño, tirando hacia atrás, embistiéndolo con fuerza. ― Due-duele... ― lloriqueó el mayor.

El alfa menor lo embestía sin cuidado, mientras el mayor lloraba, repitiéndole que parara, que le dolía, más el otro estaba nublado.

"¿Se desmayaría del dolor?" se preguntaba Jaehyun, mordiéndose el labio inferior, convencido en que lo iba a averiguar.

Salió del interior del mayor, y lo giró, dejándolo boca arriba, lo tomó desde la parte trasera de las rodillas, levantando una y poniéndola sobre su hombro, mientras el mayor lo miraba desorientado, completamente perdido.

― Eres tan hermoso, hyung. ― susurró, acariciando desde el pecho hasta el estómago del mayor, para luego volver a meter su miembro dentro del mayor, quien dejó caer lágrimas de sus ojos los cuales estaba cerrados con fuerza. ― ¿No le gusta, hyung? ― preguntó, embistiendo de manera más lenta, haciendo círculos con sus caderas cuando entraba profundo. ― ¿Lo saco? ― le preguntó y el mayor negó, haciendo que una sonrisa torcida se formara en sus labios, embistiendo.

El mayor ahogaba gemidos, pero Jaehyun solo pensaba en cuántos cuadros y dibujos iba a poder hacer con lo que estaban presenciando sus ojos.

Cuando se corrió, el nudo se formó, el mayor abrió sus ojos y boca por el dolor, y el menor no podía dejar de pensar que no importara qué expresión hiciera su hyung, siempre era hermoso.

el otro lado 𖦹 𝙅𝘼𝙀𝙔𝙊𝙉𝙂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora