❀― especial 03.

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"Nuevo comienzo"

Taeyong estaba barriendo el local cuando la campana sonó, anunciando que alguien había llegado, que la puerta había sido abierta.

Giró su cabeza y, allí estaba el Ten adolescente, por lo que su corazón dio un vuelco al verlo, sus ojos comenzaban a arder, y seguramente ya estaban algo cristalizados, aunque lágrimas no cayeron.

― Oh, es el hyung de la otra vez. ― dijo el menor sonriendo en grande, por lo que asentiste con la cabeza, esperando que no se notara cómo te había avergonzado que te recordara. ― ¿Se siente mejor? ― te preguntó con auténtico interés.

― S-sí, gracias. ― tartamudeaste al inicio, yendo detrás del mostrador para anotar su pedido.

― Parece agradable hyung, podemos ser amigos si quiere. ― dijo con sus manos apoyadas sobre el mostrador, inclinado hacia adelante. ― Pero no le puede decir a mamá, porque dice que mis amigos deben tener mi edad y no ser más grandes, pero puedo venir algunos días a tomar café y podemos hablar sobre las cosas que nos gustan. ― seguía hablando, y realmente era igual que el Ten de toda tu vida.

Era algo sorprendente como aún acá podía hablar tan rápido, tan claro, y sin casi detenerse a juntar aire entre frases.

― Me parece bien. ― respondiste con una pequeña, pero sincera sonrisa de labios unidos.

― A mi me gustan los gatos, el baile, la música y la naturaleza, amo la naturaleza. ― hablaba enumerando las cosas que le gustaban con los dedos, sentado ahora en la butaca circular que estaba en frente de la barra donde tomabas los pedidos. ― ¿A usted qué le gusta, hyung?

― También me gustan esas cosas. ― le respondiste, recordando que tal vez no era que te gustara, sino que las conocías por haber compartido casi toda tu vida con tu amigo.

Mirabas como esa versión joven de tu mejor amigo hablaba, sin parar, y en tu mente solo pensabas que Ten no solo brillaba en tu mundo, aquí era igual de brillante.

― Por cierto, me llamo Chittaphon Ten, pero decirme Ten, hyung. ― dijo con una gran sonrisa que mostraba los dientes y ocultaba sus ojos.

Era la sonrisa que recordabas muy bien.

― Me parece bien, Ten. ― respondiste casi al instante. ― Soy Taeyong, Lee Taeyong. ― te presentaste.

― Entonces... ― notaste como posaba la punta de su lengua en la comisura de sus labios, era un tic que en tu mundo tenía cuando se debatía mentalemnte entre hacer algo o no, y al parecer en este mundo era igual. ― ¿Te puedo decir lindo si somos amigos? ― te preguntó curioso y reíste, pero no fue una risa cualquiera, fue una carcajada, una risa fuerte, de esas que se podían oír a distancia y que contagiaban.

Dios, hasta en este lugar Ten era un descarado.

― Sí puedes, me gusta como suena. ― y fuiste honesto cuando le dijiste, sonriendo en grande.

― Bien lindo, este es el baile que me estoy aprendiendo ahora. ― y apoyó su mochila en el mostrador, abriéndola y buscando su teléfono.

Y te sentiste bien.

Tener de vuelta a Ten, aunque este no fuera tu amigo de toda la vida, se sentía de alguna manera bien.

Tener de vuelta a Ten, aunque este no fuera tu amigo de toda la vida, se sentía de alguna manera bien

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