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Domingo, 12:34 a.m

Gustavo miraba su celular sin tanto interés, ya que su cabeza pensaba en otras cosas, Roberto, Tavella y su amor por ambos, aunque claramente lo de Gustavo y Roberto solo era deseo sexual.

Una llamada llegó a su celular, se alarmó un poco cuando vio de quién se trataba y atendió un poco después de recibirla.

—¿Hola?

—Hola Gustavito, ¿Estás disponible a la noche?

Contestó Roberto del otro lado de la línea.

—Uhm, quizás...

—¿Quizás?, deberías estar disponible

—Solo estaba bromeando, claro que estoy disponible

Sonrió con pesadez y escucho una pequeña risa por parte de Roberto.

—¡Excelente!, paso por vos a las ocho treinta, ¿Te parece?

—Claro, adiós

Colgó la llamada y dejó su celular en la mesita de la sala de estar.

La había cagado tan grande, se sentía usado y eso no le gustaba. El día anterior había estado con los amigos de su esposo debido a que había ido a una pequeña cena a la casa de Ricardo Musso, quien se mostró amable junto al resto.

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Sábado, 22:47 p.m (la cena en lo de Riki)

—Y recuerdo que Tavella una vez dejó que me quedara en su casa porque yo estaba muuuuy ebrio y aún era menor de edad, mis padres seguro me mataban, es un buen tipo

Comentó Ricardo mientras miraba a Gustavo.

—Oh, de hecho así nos conocimos y ahora somos esposos

Todos rieron menos Roberto, quien se mostraba muy serio por la anécdota de Ricardo.

—Che Roberto, cambia esa cara de orto que tenés

Habló Ricardo mientras se reía del mayor.

—¿Qué?, esa es mi cara, así soy yo

—Claaaa, vamos a decir que si

La tensión se sentía demasiado, pero antes de discutir solo pasaron a contar otras cosas, como por ejemplo cuando Marrero entro en la banda.

—Y Riki casi se sale porque entre yo, es alto gil el boludo

Habló Marrero mientras el resto se reia, contando también a Roberto.

Al paso de una hora ya todos estaban algo cansados, Ricardo se despidió de todos pero Alvaro se quedaría con él porque "su casa estaba muy lejos", según Ricardo.

—Chau Gustavo, gracias por haber venido, si Roberto se hace el pícaro decime, así lo reviento a bifes

Gustavo rió y asintió mientras se despedia de Alvaro y luego de Ricardo.

Al no haber nadie más en la casa, Alvaro habló.

—¿Por qué dijiste eso?

—¿Decir qué?

Miró a Alvaro con algo de duda.

—Lo que le dijiste a Gustavo

—¿No te diste cuenta?, Roberto se lo comía con la mirada y tengo miedo de que se mande una cagada, es el esposo de Santi, eso sería romper el código más importante entre hombres "no salir con parejas ni exparejas de nuestros amigos"...

Alvaro se acercó al ruludo y lo atrajo hasta él para luego besarlo.

—Que cabecita que tenés para imaginar tantas cosas, amigo

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