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4:32 a.m marcaba el reloj de la sala, Roberto se levantó por lo incómodo que estaba y lo primero que vio fue a Tavella tirado en el suelo profundamente dormido. Se levantó ya que debía irse a su casa pero algo lo hizo quedarse.

Unos sollozos provenientes de alguna habitación llamaron su atención, se dirigió a esta habitación con puerta plateada, se imagino a Gustavo llorando por qué Tavella volvió a tomar.

Su sorpresa fue grande cuando se asomó por la puerta entre abierta y vió a Gustavo jugar torpemente con su entrada y su miembro, bastó solo unos segundos para que sintiera que su pantalón apretaba su entrepierna.

Por un descuido termino abriendo la puerta por completo llamando así la atención de Gustavo, quien se asustó al sentir su presencia.

—R-roberto...

Se levantó de golpe para luego taparse con las sábanas, Roberto se acercó suavemente a él y el menor pudo notar el brillo del deseo en los ojos del mayor.

Roberto tomó con delicadeza la mejilla de Gustavo y dejó un beso fogoso en los labios ajenos, beso que después bajo a su cuello, pecho, piernas y...

—Me gustas, Gustavo~

Susurró suavemente mientras ponía su rostro entre las piernas del menor.

—Gustavo... Gustavo...

                        ~~~

—¡GUSTAVO!

Gustavo se despertó por el grito de su esposo y puso una mano en su pecho, sentía que se le saldría el corazón.

—¿Q-qué?, yo no hice nada...

—¿Hacer qué?, Gustavo te llamé veinte veces, pensé que habías muerto, dios

Gustavo miró a Tavella y movió un poco su cabeza para luego abrazarlo.

—Te amo, tave

—También te amo cariño, ¿Estás bien?

—S-si, solo un poco cansado, perdón por hacer que te preocuparas

—Lo importante es que estás bien, date una ducha y yo preparo el almuerzo ¿Si?

Se separó un poco de Gustavo y dejo un suave beso en la mejilla del menor, luego salió de la habitación y Gustavo fue casi  corriendo hacia el baño.

Se puso debajo de la regadera para luego dejar que el agua fría recoriera su cuerpo. Había estado teniendo ese sueño los últimos tres meses, se sentía sumamente confundido y a veces ansioso, él amaba a Tavella pero ¿Por qué soñaba con Roberto? ¿Qué hacía Roberto en sus sueños húmedos?.

                      ~~~

Roberto miraba fijamente a un lugar, estaba pensando en su próximo álbum, ¿Cómo se llamaría?, ¿Qué canciones tendría? Y demás preguntas que su cabeza no podía responder.

En otro lado de la casa se encontraba Laura, estaba limpiando y cocinando para los invitados, la banda volvería a reunirse ya que se extrañaban demasiado, todos estaban trabajando de manera individual por lo que la banda paso a segundo plano en sus vidas.

                       ~~~

—¿Y que deberíamos llevar?

Preguntó marrero mientras veía a la "pareja".

—Yo digo que podríamos llevar un postre, quizás arroz con leche

—Alvin, mi querido Alvin... El arroz con leche es horrible

Vida IngrataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora