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"Cada persona esconde en lo más profundo de su ser aquello que lo avergüenza y lo hace sentir débil, provocando en ellas un tipo de actitud diferente y autoprotector"

Un rubio se miraba en el espejo una pequeña marca de dientes poco visible se allá en su hombro izquierdo, no se acuerda del por que la tenia o como sucedió, la única excusa que recibía de sus padres era que cuando era muy niño fue mordido por un chiquillo mientras jugaban; nada mas que eso "cosas de niños", pero si era algo como eso, ¿por que no se borraba? Era la pregunta que les así a sus padres, teniendo como respuesta el cambio repentino de tema o una ignorancia total, cuando los enfrentaba era todo un lío, además que el preguntar por otro la lado, era una opción nula para él, una persona muy orgullosa; para tal cosa. El veía esa marca totalmente inexplicable, había intentado usar todo tipo de cremas para cicatrizar pero nada, además que desde hace unos semanas le empezó a sentir una clase cosquilleo y piquiña.

El cenizo tomó otro poco de crema entre sus dedos, para aplicarla, en la marca.
-Genial, el maldito mocoso tenía sarna o ¿Que?- sus dedos esparcian la crema por toda la marca de un tono rojiso dando a enteder que se encontraba estaba irritada.

- Valla mierda, la descuido una semana por el maldito trabajo y esto es lo que pasa- dijo entre dientes, dejó de aplicar la crema, para colocarse la pijama y irse a dormir sin antes mirar el celular, en el se encontraban mensajes de su ex-compañeros de trabajo desde hace ya dos días para invitarlo a salir por el fin de semana, solo miro por encima sin abrir ninguno de los mensajes y dejo su celular en la mesa de noche que se encontraba al lado de su cama, tenía que dejarlo cargando pero tenía mucho sueño y el no era de utilizar tanto su celular así que la carga que tenia bastaba.

Era ya muy noche ese primer dia de trabajo había sido agotador, no por lo que había trabajo, si no por las personas que le rodeaban, era todo un nuevo ambiente para él.

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El sol irradiaba la habitación, la luz del sol se colaba por las aperturas que tenían las cortinas, dando como resultado un escenario de luces que corrían en diferentes direcciones dejándose ver visibles motas de polvo que revoloteaban dentro de ellas. Su alarma sonó y minutos después despertó dándole comienzo a un nuevo día más para comenzar su rutina.

-valla, mierda- dijo cuando vio la alacena, no tendría que comer había hecho lo último que tenía la noche anterior. Además que se la había olvidado de ir al supermercado que quedaba cerca.

-Maldito mitad-mitad, ya me tienes en las nubes- un murmuro algo leve, ya no podía demorar tanto tiempo sin pensar en él; que lo deslocaba de su mundo. Anoche le ofreció comida sin ponerse a medir consecuencias, solo quería que se quedara un rato más con él. Le hacía sentir tranquilo eso lo reconfortaba de cierta forma.

Sin más tendría que ir afuera a desayunar. Se arreglo con su traje para ir de una vez al trabajo, tomo sus llaves, su maletin y salió, se dirigió en seguida a la estación del tren tomo el primero que salía para la zona. Cuando llegó camino hasta la empresa entró acomodo todo, nuevamente había rosas en su escritorio con chocolates, los miro y su estómago gruñó.

por un carajo!- dijo frunciendo su ceño, se le había olvidado pasar por una cafetería para desayunar, de verdad que tenía la cabeza en las nubes. Ademas que ahora sería capaz de comerse una vaca entera si pudiera, de forma literal, -(que mierda te esta pasando, bakugo maldición...)- sus regaños internos fueron callados por unos gritos que se escucharon.

-Te lo dije padre, voy a cumplir con eso no habrá problema, ahora déjame en paz- decia un bicolor que vestía su elegante uniforme; se veia que era de un prestigiosa escuela de secundaria, esté venía discutiendo con su padre. El bicolor tras colarse por la mañana para dejar las flores y los chocolates, fue pillado de infragante por su padre, que no lo dejo irse arrastradolo a su oficina. El bicolor en serio estaba cumpliendo con su parte, se encargaba de unas cosas de la empresa, solo cosas pequeñas ya que aun era menor de edad. Pero comenzó a ser cosas que para una persona no era posible, tenía tanta carga que a su padre comenzó a preocuparle, claro este iba bien sus clases, hacia lo que le decía todo estaba perfecto ¿no?, además que se veía bien. No era todo verdad para hacer las tareas o trabajos de la empresas tomaba las noches hasta desvelarse, ahora tomaba energisantes todas las mañanas para mantener se despierto. Aunque ahora su padre se arrepentía de haber aceptado el trato de esa vez, el bicolor no dejaba de cumplir con dicho trato, pues creía que solo asi podría ver más a bakugo. Todo era un dilema.

ERES MI DESTINO / TodobakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora