ERES MI DESTINO / Todobaku

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ーMAÑANA IREMOS QUIERAS.. ¡ME COLGO! ーPalabras dichas por la madre del cenizo que no fueron escuchadas por él, no sabe lo que le espera.

ーMasaru, prepárate mañana visitaremos a katsuki, quiera o no. ーDijo mientras miraba a su marido con una gran sonrisa, una que no era de alegria. Era muy raro que su hijo estuviera con alguien, es decir ella sabía que tenía amigos claro, pero el cenizo no era de llevarlos a su apartamento, además de que ella conocía a sus amigos gracias a izuko. Si fuera sido alguno de ellos estaba segura que la fueran saludado.

ーNo crees, ¿Que es apresurado, cariño? Además no deberíamos es mayor ya. ーBueno cierta parte tenía razón, su hijo era todo un hombre ya, pero era su hijo y la preocupación de una madre era mayor.

ーMasaru, tengo hace ya tiempo que no veo a katsuki, quiero ver como esta. ーSus palabras salieron un leve tono de tristeza, por lo que su esposo la abrazo. Compartían el mismo sentimiento que su hijo se tornaba más ajenos a ellos, era algo que no le gustaba, pero debía mantener; serían dos  iguales uno tenia que mantenerse, para apoyar al otro y ese era él.

ーIremos, no te preocupes. ーDijo dejando un beso es la coronilla de la cabeza de la mujer.

ーGracias, por enteder. ーLa mujer abrazo lo mayor fuerza.

ーNo hay por qué, siempre estaré aquí apoyándote. ーEsas palabras salieron junto con una amplia sonrisa llena de calidad.

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Era ya sábado tenia el día libre, así que mejor día para tener todo en orden. Apenas se levantó se coloco en marcha, en compañía a la música junto a los utensilios de aseo fue acabando. Ya solo faltaba una última cosa lavar la ropa tomo el cesto entre sus manos al mismo tiempo que escucho el timbre sonar con insistencia.

ーYa voy malditasea que no saben esperar. ーSe dirigió a la puerta dejando en una de los sofas más cercos el cesto, pata luego abrir y ver algo que lo dejo pasmado.

ーKatsuki, hasta que por fin abres. ーDijo pata entrar y darle un golpe a la cabeza de su hijo que solo se quejo, para luego ser sorprendido con un abrazo, el cual se les unió su padre.

ー¿Que hacen aquí? ーDijo después de  deshacer el abrazo familiar.

ーVinimos a visitarte. ーLe dijo su padre dándole un bolsa, que posiblemente contenía comida.

ー¡O que no podemos! ーExclamó su madre.

ー¿Que estabas haciendo? Perdón si interrumpimos algo, expreso su padre.

ーEstaba limpiado, no meda tiempo en la semana, por eso lo hago los fines de semana. ーDijo para luego dirigirse a tomar el cesto, el cual fue arrebatado por su madre.

ーSi necesitas ayuda, puedo hacerlo. ーNo era ninguna pregunta, pero él no lo quería; él podía solo.

ーNo, deja eso.

ーNo me digas que te avergüenza que te vea los calzones, por que te digo que lave cientos de ellos cuando estabas más pequeño. ーEstaba por resignarse hasta que vio el suéter del bicolor en cima del cesto.

ーYo puedo hacerlo solo vieja. ーDijo jalando de vuelta el cesto que fue tenido con mayor fuerza, por su madre.

ーA QUIEN LLAMAS VIEJA, MIERDECILLA.

ーSerá mejor que se calmen.  ーEsas palabras no tuvieron efecto, el cenizo jalo con mayor fuerza arrebatando el cesto, pero lo que hizo que se callera la prenda del bicolor, el cual fue tomado con rapidez por su madre.

ー¿Desde cuando usas suéter katsuki? ーPor qué las cosas que no queria el cenizo, eran las que se materializaban, la madre veía prenda con cautela y después a él.