Cornamenta O.S. [JP +18]

2.- Mejores amigos

(Contenido explícito)

— "Jamie" - solté una carcajada, persiguiéndolo.
Se ríe, continuando superándome. El bastardo

— "No es mi culpa que seas lenta"- te responde. — "Ponte al día, amor, o serás atrapada".

Corriste más fuerte y saltaste sobre su espalda cuando te acercaste lo suficiente. Ambos sabiendo que el había disminuido la velocidad para dejarte acercarte, pero ninguno de los dos se molestó en mencionarlo. Él se rió, agarrándote de tus piernas mientras las envolvía alrededor de su cintura, disminuyendo la velocidad hasta que estuvo  caminando.

— "Vas a hacer que nos atrapen, ¿lo sabías?"

Resoplaste con una carcajada.
— "Por favor. Ni siquiera había nadie allí".

Pone los ojos en blanco juguetonamente, finalmente te deja caer de su espalda y en su lugar pasa un brazo alrededor de tus hombros.

— "Sin embargo, podrían haberlo hecho".

— "Pero no lo hicieron" dices  intencionadamente. "Además, Remus, Peter y Sirius todavía están en los dormitorios de Slytherin. Pésimos vigías somos por tu culpa".

Se ríe y nos lleva hacia las escaleras.

— "Estarán bien", se encoge de hombros con una sonrisa arrogante. "Además, dudo que la mayoría de los Slytherins se opongan a una pequeña broma a Snivellus".

— "Supongo, aún eres un mal amigo".

— "Tú también corriste", acusó, frunciendo el ceño. "No vayas a culparme de todo esto".

— "¡Me dijiste que corriera!"

— "¡No tenías que escucharme!"

Te burlas, sacudiendo la cabeza. Te lanza una mirada irritada, pero te acercas un poco más bajo su brazo. Entraron a la sala común y, sin siquiera preguntar, comienza a guiarte a su dormitorio.

— "¿Por qué?" - Preguntas, sabiendo que él sabe lo que estas preguntando.

— "Demándame por querer pasar algo de tiempo con mi amiga de toda la vida"- dice, arqueando una ceja.

Lo alejas de ti, pero en realidad no te deja llegar muy lejos. Abre la puerta y te empuja primero. Inmediatamente te dejas caer boca arriba en su cama.

— "No te quejas ahora, ¿verdad?" - Pregunta, recostándose a tu lado.

— "No es mi culpa que tu cama sea tan cómoda"- tu voz amortiguada por el colchón.

Sientes que el colchón se hunde y miras hacia arriba para verlo también boca abajo, justo a tu lado.

"Si realmente querías tenerme a solas con tantas ganas, podrías haberlo preguntado" - le dices con un guiño.

Pone los ojos en blanco, pero su  sonrisa lo delata.