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El silencio en la habitación era inquietante, Haruchiyo había soltado aquella oración para luego esperar algún movimiento de su capitán más no fue así, Yasuhiro se quedó estoico en su lugar, el no era gay, no le llamaban la atención los hombres, si, tal vez se le puso dura alguna que otra vez cuando aplicaba ungüento en el interior del menor, pero era solo porque estaba frustrado sexualmente, es por ello que a veces salía y no volvía hasta el día siguiente, Haruchiyo por su parte no entendía que estaba pasando o que estaba haciendo, se supone que el no quiere eso, el detesta la sensación de tener algo enterrado en su coño, más por alguna razón su cuerpo le pedía sexo, se sentía incómodo en su parte trasera, pues de su ahora apretado culo escurría un viscoso líquido, que lo hacía removerse como un gusano, sus pezones pedían ser apretados hasta sangrar y su boca se sentía caliente, parecía un animal en celo, sin poder controlar su cuerpo, terminó encima de Yasuhiro, mirándolo de frente, este tenía una expresión relajada, y eso hizo que el orgullo de Haruchiyo se sintiera herido, pero no pudo pensar en reclamar o sentirse triste pues su mente se nubló, ahora su conciencia había quedado opacada por la lujuria y necesidad que sentía su cuerpo.

Empezó a mover sus caderas sobre la entrepierna del mayor mientras soltaba uno que otro suspiro, llevó sus manos a sus propios pezones y los apretó sobre la camisa, tiraba de ellos con necesidad, como si quisiera arrancarlos, Yasuhiro lo miraba de manera calmada, casi incomoda, pero notó que el menor no se encontraba en sus cinco sentidos, así que lo dejó hacer, definitivamente el destino que le esperaba con Haruchiyo era incierto, tomó la manos del menor y las apartó de dónde estaban, entendió lo que Haruchiyo quería, le quitó la camisa y lo abrazó, el cuerpo del menor estaba caliente, y el suyo tan frío, escuchaba los jadeos y suspiros del menor, más no tenía intención de ir más allá, pero Haruchiyo no pensaba igual.

-C-capitán, p-por favor, haz algo, m-mi interior se s-siente raro- Sus labios necesitaban tener contacto con los de Yasuhiro, a pesar de nunca haber tenido un beso, o al menos no uno que le gustara, pues los que Paul o Takeomi le daban solían ser toscos y con intención de dañarlo.

Las manos de Yasuhiro apresaban la cintura del contrario, era tan estrecha que juraba que si presionaba un poco más sus manos, podría tenerla entre estas, él no quería esto, no es que el menor fuera feo, solo que él prefería las mujeres, le gustaba ver cómo los pechos de su acompañante nocturno se movían a la par de sus embestidas, Haruchiyo no tenía pechos, pero si tenía un redondo trasero que hacía contraste con su delgado cuerpo, y su diminuta cintura.

El mayor arrastró sus manos por el plano pecho de Haruchiyo, tomó uno de sus pezones y lo apretó, recibiendo un gemido de parte del chico que se deshacía entre suspiros y jadeos, acercó un poco más el cuerpo del menor, solo para arrojarlo a la cama y dejarlo boca abajo, Haruchiyo iba a protestar, pero Yasuhiro tapó su boca, la mente de Haruchiyo le gritaba que saliera de allí, que Muto sería igual a Paul pues ni siquiera lo escuchaba, pero tal vez era su culpa, él tentó al mayor en busca de que este entendiera la molestia que sentía en su interior, no podía quejarse ahora, sintió como el mayor escupía en su agujero e insertaba un dedo, dolió, dolió e intentó hacerlo saber, más se ahogó en los gemidos que salían de su boca.

-No soy de hacerlo con chicos, de hecho, nunca he estado con uno, no quiero lastimarte, espero que en la mañana entiendas a lo que me refiero- sin más entró en el menor, un dolor punzante recorrió toda la columna de Haruchiyo dejándolo sin aliento, genial, el desconocido era igual que los otros, hundió su cabeza en la almohada, sus lágrimas se desbordaban, miles de pensamientos invadieron su mente, seguro ahora el mayor empezaría a moverse bruscamente y él terminaría lastimado, más no fue así, Yasuhiro trataba de ser delicado, incluso más de lo que lo era cuando estaba con una mujer, entendía que el cuerpo de Haruchiyo tardaría en acostumbrarse a su tamaño, así que esperó a que el menor se calmara , lentamente sacó su miembro y lo volvió a meter, Haruchiyo estaba tenso y su interior lo delataba, Yasuhiro llevó sus manos y masajeó las caderas del menor, para luego salir y volver a hundirse en él, su interior era cálido, estrecho y se sentía exquisito, tal y como una virgen, cerró sus ojos y se dejó llevar, reemplazando el hecho de que Haruchiyo fuera un hombre, él lo imaginó como una mujer, abrió sus ojos y tomó el cabello del menor, levantó un poco su cabeza y le susurró al oído- No pegues tu cara a la almohada o te ahogarás- el menor asintió pues no podía formular palabras, era un mar de gemidos, tal vez era el peor polvo que había tenido en su vida, pero su tan necesitado cuerpo le hacía creer que era el mejor, que después de haber sido tomado de tantas formas, esta era la que más se asemejaba a hacer el amor.

La noche pasó entre suspiros y gemidos por parte de ambos, Haruchiyo cayó rendido después de venirse sin ser tocado por el frente y Yasuhiro retiró su miembro del interior de este, no había eyaculado, así que se dirigió al baño dejando al menor en las sucias sábanas. Volvió después de un rato y cargó al menor hasta dejarlo en la tina de baño con agua tibia, tal vez no era la mejor opción dejarlo ahí, pero tenía que cambiar las sábanas, trató de no pensar en el hecho de haber cogido con un menor de edad, no había sentido nada, solo había ayudado al menor, cambió las sábanas y se dirigió al baño a limpiar a Haruchiyo, este seguía dormido en la tina, limpió el interior del menor y por las dudas aplicó ungüento, lo cargó de regreso y le puso una de sus pijamas rosadas, finalmente se cambió y se acostó a dormir.

El sonido del timbre lo despertó, maldición, seguro era Nahoya, se levantó de la cama asegurándose que el menor estuviera en una posición cómoda, se acercó a la puerta principal y ya no había ruido, abrió la puerta y no había nadie, pero un sobre ...

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El sonido del timbre lo despertó, maldición, seguro era Nahoya, se levantó de la cama asegurándose que el menor estuviera en una posición cómoda, se acercó a la puerta principal y ya no había ruido, abrió la puerta y no había nadie, pero un sobre estaba en el suelo, miró a ambos lados de la calle y recogió el sobre, cerró la puerta y miró con curiosidad aquel sobre, no tenía logo ni un remitente, lo abrió sin más, en su interior había un folleto y lo que parecía ser un cd, sacó el folleto y dejó el sobre en la mesa, en el folleto se apreciaba una imagen de Haruchiyo, se describía los ingredientes de lo que supuso era un droga, algo llamado "mizuiro" era tan potente como un afrodisíaco, y a la vez tan letal como varias dosis de cocaína o metanfetamina, 'este afrodisíaco causa un sin fin de efectos secundarios ente ellos la creación de fertilidad en los hombres lo cual es el objetivo principal de mizuiro, se necesita ingerir diariamente para que el útero se desarrolle y sea apto para crear vida' la raíz de la flor Lilith era uno de los ingredientes que componía dicha droga que pasaba como afrodisíaco, Muto no estaba entendiendo nada, que se supone que tenía que ver Haruchiyo con todo eso, acaso el menor tenía un útero en se interior? al final de la página estaba otra fotografía de Haruchiyo, al parecer cuando era más pequeño, 'experimento 01-exito' se leía en letras rojas debajo de la foto, necesitaba más información, más solo estaba escrito lo necesario, entre ello, lo que pasaría si se interrumpía el tratamiento 'La interrupción del tratamiento de mizuiro ocasionará un desequilibrio en las hormonas del individuo lo cual lo llevará a un estado similar al celo de un animal, dichos síntomas de reflejarán después de un mes de la interrupción' aquella frase parecía haber removido algo en el interior de Yasuhiro, el extraño comportamiento de Haruchiyo en la noche se debía a que el tratamiento había sido interrumpido? De dónde venía Haruchiyo y por qué parecía que había huido de un laboratorio? Varias preguntas de acumulaban en su mente, pensó en llamar a Mikey, más se detuvo y decidió investigar un poco sobre la dichosa raíz de la flor de Lilith
'los antepasados usaban este medicamento para fortalecer la fertilidad en las mujeres' no había nada que indicara que podía usarse en hombres, entonces, que demonios era Haruchiyo? Iba a continuar su investigación, más el ruido de unos pasos pesados lo detuvo, guardó el folleto en el sobre y alzó este en un lugar alto, dónde sabía que el menor no alcanzaría.

-Buenos días capitán- se giró y se encontró con una hermosa imagen frente a él, Haruchiyo con el cabello desordenado al igual que su pijama, con una de sus manos restregando sus ojos y sus pies cubiertos por medias de estampados de conejos, definitivamente, Haruchiyo era lindo.

El timbre sonó y ambos miraron hacia la puerta, supieron de inmediato quien era, pues los llamados de Nahoya resonaban más que el mismo timbre.

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