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Los kawata habían ido a visitar a sus parejas a la residencia Haitani, estos los habían recibido muy emocionados pues eso significaba tener muchos besos, deliciosa comida y tal vez algo más que besos.

-Ran d-detente, raan- el Haitani mayor besaba el cuello de el Kawata mayor, lo tenía aprisionado contra el gran sofá de la sala, Ran había dicho algo de recuperar el tiempo perdido y había empezado a besarlo, luego sus besos fueron subiendo de tono y bajando por el pálido cuello del menor, metiendo sus manos bajo su playera y apretando aquellos pezones perforados, sin embargo Nahoya no quería tener sexo en media sala con su hermano y su cuñado en la misma casa, y no es que la casa fuera pequeña o que los sonidos se traspasaran por las paredes, simplemente no quería que su sousou lo viera de aquella manera si aparecía de imprevisto, pateó la entrepierna del mayor para alejarlo, quién cayó del sofá muy adolorido, dándole una mirada nada feliz a Nahoya - Te dije que te detengas, quiero coger, pero no aquí, se que te calienta hacerlo cuando hay público pero en este caso son nuestros hermanos, no creo que ellos quieran ver algo así- el Haitani se levantó del piso y besó apasionadamente al Kawata, realmente pensaba considerar la idea de hacerlo frente a su hermano y su cuñado - No le veo nada de malo, he visto mil veces el cuerpo desnudo de Rinrin y el ha visto el mío, así que de nuestra parte no hay problema, supongo que será lo mismo contigo y sousou- Nahoya empezaba a enojarse, una vena se marcaba en su sien y su sonrisa empezaba a borrarse - por supuesto que no, yo respeto a mi hermano, no me sorprendería que tu primera vez haya sido con Rindou- y dicho esto empujó al mayor para luego levantarse y dirigirse a la puerta principal, el Haitani reaccionó y se acercó al menor, lo tomó de la cintura y lo cargó como si fuera un costal de papas, subió las escaleras con el menor pataleando en sus brazos y con una sola nalgada logró que se calmara, abrió la puerta de su habitación y agradeció que Rindou no estuviera allí, dejó al Kawata en la cama y sujetó sus manos con las suyas - No es una falta de respeto ver a tu hermano desnudo, además, Souya no es tan santo como crees, seguro ahora mismo está cogiendo con Rindou en su habitación- Nahoya quería golpearlo, no iba a permitir que se expresara así de su hermano - Nahoya, no te estoy diciendo esto para que me odies, intento hacerte comprender que tu hermano no le verá nada de malo si nos encuentra teniendo sexo - Ran hablaba muy enserio, y Nahoya lo sabía porque el mayor lo había llamado por su nombre no 'amor' 'algodoncito' 'pastelito' o algún apodo cursi de los que Ran amaba decirle, sabía que ese era su miedo, que su hermano, su alma gemela sintiera asco al verlo teniendo sexo con Ran, si bien Souya era pareja de Rindou, mantenía su vida muy privada, ni siquiera le contaba de que hablaban, y eso a Nahoya lo deprimida pues se sentía que estaba perdiendo la confianza de su hermano, no quería terminar de perderla por mostrarle algo que el menor no desea ver.

-Ran cállate- su sonrisa se había borrado, tenía ganas de llorar, pero no quería que el mayor lo viera débil.

-Está bien algodoncito- allí estaba aquél apodo que le decía que Ran estaba tranquilo -No tenemos que exhibir nuestros momentos de intimidad, además, no soportaría que Rindou te viera sin ropa- aunque en la mente de Ran se quedó la idea de hacerlo frente a su hermano y cuñado, debía excluirla por el bien del menor -Aunque son gemelos y eso significa que son idénticos, así que lo que yo veo, mi Rinrin también lo veo, lo único que cambia es el color de cabello - Nahoya volvió a sonreír, pero también volvieron la ganas de patear al mayor.

-Si continuas diciendo estupideces no cogemos, si te callas ahora tal vez considere acompañarte al cine y usar falda- el mayor sonrió complacido, Nahoya tampoco era un santo, le gustaba la adrenalina al pensar en ser atrapado mientras tiene a Ran follandolo duro, pasaron la tarde entre besos y caricias sin otras intenciones, después de todo no era el momento y para ir más allá y Ran lo sabía.

-Si continuas diciendo estupideces no cogemos, si te callas ahora tal vez considere acompañarte al cine y usar falda- el mayor sonrió complacido, Nahoya tampoco era un santo, le gustaba la adrenalina al pensar en ser atrapado mientras tiene a Ran ...

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