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Haruchiyo era considerado como alguien que no confiaba fácilmente en los demás, ya sea que los conozca o no, él mismo se consideraba así, pues cuando confiaba en alguien, siempre lo traicionaban, es por eso que le sorprendía la cercanía y confianza que estaba logrando con Muto, no sabía si debería tener miedo de eso, o estar feliz por poder relacionarse con alguien más que no sean sus 'amigos' de la infancia.

Le asustaba el echo de que Muto descubriera su pasado, o con quien estaba relacionado, quería sepultar su infancia, quería arrojarla a lo profundo del océano donde ni siquiera él mismo pudiera encontrarla, le avergonzaba todo lo que le había pasado, se echaba la culpa de cada toque que hubo en su cuerpo, no quería que nadie supiera eso, por eso jamás se lo dijo a Mikey o a Shinichiro, tenía miedo de que estos lo miraran con asco, o peor aún, que se sientan culpables por no haber podido ayudarlo.

Si bien ya tenía un poco de confianza con Yasuhiro, aún cubría sus brazos con vendas o suéteres holgados, no quería dejar a la vista las marcas de los piquetes de jeringas, los cuales no eran pocos.

-Cómo te trata Muto?- cuestionó Mikey, realmente no le interesaba, pero Draken le sugirió que lo preguntara, pues según él, eso alegraría al menor.

-Creo que bien- su voz era delicada, casi como un susurro, y más el cubrebocas, apenas y se lograba escuchar lo que decía.

-Sé obediente y no causas problemas- ordenó Mikey, mientras se alejaba del menor e iba hacia Draken, aquellas palabras se sintieron como una orden dada a un perro, sinceramente ya quería irse, el uniforme le picaba, el ruido de los integrantes de las distintas divisiones le molestaba, tenía calor y no veía a Yasuhiro por ningún lado, lo buscó con la mirada y a lo lejos lo vio, el mayor se encontraba junto a un chico de esponjoso cabello color melocotón, y detrás de este había otro pero con cabello color celeste.

Se acercó a paso lento, y se posicionó un paso atrás de Yasuhiro.

-uh? Quién es esa chica tan linda? Es tu novia?- preguntó burlón el kawata mayor, Haruchiyo bajó su mirada y nervioso sujetó el borde de la manga de su capitán, le incomodaba las miradas sobre él y Yasuhiro lo notó.

-No te interesa, Souya llévate a tu hermano, está incomodando a mi vice capitan- el peliazul asintió y tomó la mano de su gemelo para irse a casa.

- Está bien, está bien, pero luego tendrás que presentarnos- y dicho esto se alejó junto a su gemelo.

-Capitán quiero irme a casa- dijo el menor mientras tiraba de la manga de Yasuhiro -prometiste que no tardaríamos- y es que Haruchiyo tenía pánico de estar fuera de casa o lo que ahora consideraba su 'lugar seguro' esto por que le aterraba la idea de encontrarse con Paul, pero Mikey había sido tan exigente con aquella orden que todos los miembros de la Toman deberían estar presentes en aquella reunión.

Yasuhiro comprendió la incomodidad del menor y caminó hasta su auto, dejó que el menor subiera en el asiento de copiloto para luego dar la vuelta hacia el asiento de piloto, manejaba por las transitadas calles de Shibuya, pensó en pasar por la cafetería que tanto le gustaba así que se lo propuso al menor y este aceptó.

-Capitán, puedo abrir la ventana? Hace calor- Haruchiyo era cuidadoso con lo que hacía, por poco y pedía permiso para caminar y respirar, eso le inquietaba a Yasuhiro, pues cuando lo conoció, la actitud del menor parecía ser altanera y ahora era todo lo contrario.

Pensó en lo que el menor le dijo, realmente no estaba haciendo calor, de hecho, hacía un poco de frío, más no le dio más vueltas y asintió ante la petición de este.

-Volveré en un momento, será rápido, si quieres puedes esperar en el auto- habló Yasuhiro, más fue ignorado por el menor, quién salió del auto y se quedó parado esperando a que el mayor hiciera lo mismo, este bufó y salió, entraron en la cafetería y Yasuhiro pidió una tarta de queso entera, pues sabía que al menor le gustaba, también seleccionó un café helado para él y una malteada de fresa para Haruchiyo para beberla en el camino a casa, todo esto era observado por un par de hombres de traje, los cuales tomaron fotografías de Haruchiyo y de Muto.

Una vez en casa decidieron que estaban demasiado agotados como para cenar, Yasuhiro se dirigió a su habitación para buscar su pijama y tomar una ducha, sabía que Haruchiyo caminaba detrás de él como un pato, así que también sacaría una de sus cami...

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Una vez en casa decidieron que estaban demasiado agotados como para cenar, Yasuhiro se dirigió a su habitación para buscar su pijama y tomar una ducha, sabía que Haruchiyo caminaba detrás de él como un pato, así que también sacaría una de sus camisas para este, pero al revisar sus cajones, se dio cuenta que era la última pijama limpia, maldición, tendría que ir a la lavandería en la mañana, se encaminó al baño y entró, ayudó a Haruchiyo a subir al mesón y él se desvistió, ya era una costumbre el que Haruchiyo lo acompañara a ducharse, abrió la regadera y dejó que el agua fría cayera en su muy trabajado pecho, pensó en que su estilo de vida había cambiado de la noche a la mañana con la llegada del menor, su refrigerador ya no estaba lleno de cervezas o bebidas energizantes, ahora también habían cajas de leche rosada, en el anaquel de la cocina ya no habían paquetes de cigarrillos acumulados, ahora habían fundas de dulces y también de fideos instantáneos, en su baño ahora también había un cepillo de dientes color rosado, crema dental sabor a cereza y varios frascos de tratamiento para el cabello, en su habitación se encontraban ligas para el cabello de todos los colores, cepillo para el cabello al igual que peinillas y cintillos para recoger el cabello de la frente, su closet tenía la mitad de ropa de colores pasteles, la mayoría pijamas, las cuales solo a veces eran usadas por el menor, pues este prefería las grandes camisetas de su capitán, tan perdido estaba en sus pensamientos que no notó como la mampara era abierta y el delgado cuerpo de su vice capitan entraba a la ducha, este se posó frente a él y lo abrazó, Muto abrió sus ojos sorprendido, más reconoció la cabellera del menor y se tranquilizó.

-Creí que no te gustaba el contacto físico- silencio, esa era lo único que había en la ducha pues el agua había dejado de caer.

- Muto-san me transmite paz- Yasuhiro tenía su mirada en el techo, no es que le incomodara la desnudez del otro, más a Haruchiyo si parecía afectarle que lo vean sin ropa.

-Saldré en seguida y así podrás tomar una ducha- las manos del menor se posaron en sus ojos, y Haruchiyo habló.

-Quiero que Muto-san me ayude a bañarme- Yasuhiro asintió, no le molestaba en lo absoluto, el menor quitó sus manos y tomó las de Yasuhiro para llevarlas hasta su cintura.

Yasuhiro abrió la regadera y humedeció los largos cabellos del menor, tomó el frasco que decía shampoo y lo aplicó en la cabellera de Haruchiyo, masajeó y dejó reposar, mientras tomó el jabón y la esponja de baño, aplicó jabón en esta y la humedeció, empezó tallando la espalda de Haruchiyo y para esto tuvo que girarlo -Será solo un momento- ahora parecía ser él quien debía avisar cada paso que daba, Haruchiyo asintió y se dejó hacer, disfrutó de el toque de su capitán en su espalda, mientras imaginaba como lo trataría en la cama, esos pensamientos eran impropios de él, pues era una persona a la que el sexo le aterraba un poco, sintió como Yasuhiro pasaba la esponja por sus hombros y volvió a girarlo, el mayor lo trataba con delicadeza, como si tuviera miedo a dañar algo valioso -Puedo continuar yo solo- habló de repente el menor, parecía que había vuelto a sus sentidos al notar que debía quitar las vendas mojadas.

-Bien- fue la corta respuesta que recibió del mayor para luego salir de la ducha, no entendía a Haruchiyo, pero tampoco quería hacerlo -No hay pijamas limpias, tendrás que usar una de las tuyas- informó el mayor mientras se ponía el pantalón de chándal.

-Muto-san puede usar el pantalón de su pijama, yo puedo usar la camisa- y dicho esto tardó un rato en terminar de bañarse para luego envolverse en una gran toalla y salir del baño.

Ambos se dirigieron a la cama y se acostaron para entregarse a los brazos del morfeo, más una frase de Haruchiyo le quitó el sueño a Yasuhiro- capitán, estoy caliente - y todo se fue al carajo

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