Leí un poco lo que estaba escribiendo y habían cosas que no me cuadraban, por ejemplo que al principio el cabello de Haruchiyo era plateado y después rosado y luego otra vez plateado, entonces arreglé eso, otra cosa era la edad de Muto pues no le puse bien la edad, también arreglé algunas faltas ortográficas, así que espero y me entiendan.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La visita del Kawata no fue larga, solo pasó a dejarle algunos platillos de comida para Yasuhiro, Haruchiyo se mantuvo en la habitación hasta que el invitado se fuera.
-No tienes nada mejor que hacer? Agradezco la comida, pero ya ve a coger con Ran o algo así- habló el mayor para levantarse y dirigirse a la puerta principal.
-Que grosero eres, y no, no iré a coger con Ran porque tú me lo digas- dicho esto se retiró de la casa del mayor.
-Ya puedes venir Haruchiyo- informó pues se sentía observado por aquellos diamantes celestes.
El desayuno transcurrió con normalidad, evitando tocar el tema de la noche anterior por parte de Yasuhiro y Haruchiyo agradeciendo internamente ya que sentía que no tenía respuestas a su comportamiento.
Yasuhiro salió de la casa con el pretexto de ir a la lavandería, pues la lavadora que había comprado estaba tardando en llegar, una vez allí se dedicó a investigar la dichosa droga que se promocionaba en el folleto.
Haruchiyo por su parte se encontraba viendo la televisión aún en pijama, al ser sábado no tenía nada que hacer, quería ver a Mikey, más este ignoraba sus llamadas o mensajes, el sonido del timbre resonó en la casa y Haruchiyo creyó que sería Yasuhiro quien ya estaba de regreso, más su sangre se congeló al ver a Takeomi frente a él.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-Haruchiyo se está portando bien?- Una voz profunda interrumpió su búsqueda en internet, Yasuhiro levantó la mirada, un hombre de ojos oscuros se encontraba frente a él, no se inmutó ante su presencia, su asombro fue debido al nombre que salió de los labios de aquel hombre.
