15. ¿Por qué debemos ocultarlo?

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Se quedó inmóvil al escuchar sus palabras, al sentirle sentarse en su regazo y apoderarse de sus labios sin darle opción a impedirlo. Separó los suyos por instinto, cerrando los ojos y respondiendo al beso como si fuera un sueño, porque nada de eso podía estar pasando.

Primero le decía que le quería, luego que lo mejor era olvidarlo, y en esos momentos...las palabras sobraban...

Abrazando con fuerza a su hermano, el cantante le besaba con toda la pasión que sentía crecer en su interior, acomodándose mejor sobre su regazo, haciendo que sus entrepiernas coincidieran y se frotaran.

—Bill...espera...espera...—logró decir Tom contra los labios de su hermano.

Se separó con esfuerzo, poniendo una mano en el pecho de su hermano, sintiendo como el corazón le latía desbocado. Fijó los ojos en sus labios separados, algo hinchados por el beso y por donde se escapaba ese cálido aliento que le acariciaba los suyos.

— ¿Qué está pasando?—preguntó Tom en un susurro.

—Tom, lo siento. Tuve que hacerlo—se disculpó Bill mordiéndose los labios.

Sabía que le debía una buena explicación a su hermano, por su comportamiento tras esa noche de amor que juntos compartieron. Pero no encontraba las palabras necesarias para hacerle ver que fue necesario hacerle creer que lo suyo fue un error y había terminado.

—Solo lo hice por mamá—empezó a explicarse Bill.

— ¿Mamá?—repitió Tom sin entender a qué diablos se refería— ¿Qué tiene que ver en todo esto ella?

—Tenía que ver que entre nosotros no había nada, ver como el dolor se asomaba a tus ojos porque yo te había dejado las cosas bien claras—explicó Bill sonriendo—Solo así podíamos ser libres, y podíamos amarnos sin tener que escondernos.

—Nos tenemos que esconder igual—murmuró Tom con dolor— ¿O crees que el mundo lo aceptará mejor que mamá?

—Lo sé...lo sé...—susurró Bill apoyando su frente contra la de su hermano—Solo quería quitarnos a mamá del medio.

—Y lo has hecho muy bien—aseguró Tom levantando una mano.

Le acarició la mejilla, cogiendo entre sus dedos una lágrima que se deslizaba por ella. Sabía cuanto le había costado a su hermano enfrentarse a su madre, lo unido que siempre había estado a ella, y que a partir de entonces tendría que mentirle en su cara cada vez que se vieran.

Decirle r que solo le quería como hermano, que solo le abrazaba porque era su hermano, que solo le besaba en la mejilla porque le tenía mucho cariño a su hermano.

No podría decir nunca la verdad. Que le amaba con toda su alma, que le abrazaba fuertemente todas las veces que caían rendidos tras hacer el amor, que le besaba en la mejilla porque en privado eran sus labios los destinatarios de sus dulces besos...

—Aún no he terminado de contarte mi plan—siguió diciendo Bill logrando sonreír.

Tom se revolvió incómodo en su asiento, acomodando mejor a su hermano sobre su regazo. ¿Qué más sorpresas le esperaba?

—David nos espera pasado mañana—confesó Bill inclinando la cabeza.

— ¿Y qué hacemos de viaje dos días antes?—preguntó Tom sin poder contenerse.

La risa que se escapó de los labios de su hermano le hizo ver la respuesta de inmediato. Gracias a su mentira, disponían de una noche para los dos solos, antes de enfrentarse al mundo como dos buenos hermanos.

Sólo abrázameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora