Sin separar sus enlazadas manos corrieron por el barrio donde vivía su padre, dejando atrás a los mayores tratando de solucionar un problema que ya no tenía arreglo. Los niños se habían enamorado e iban a hacerlo. Fin de la discusión.
—Espera—pidió Bill entre jadeos parándose.
Tom le miró mordiéndose los labios, ¿se habría arrepentido?
—Me falta el aire—explicó Bill entre nerviosas risas.
Tom suspiró aliviado. Miró a ambos lados y tras comprobar que nos les miraba nadie, cogió su cara en sus manos y le besó tiernamente en los labios.
— ¿Mejor?—preguntó al soltarle..
Bill solo acertó a asentir con la cabeza sin dejar de sonreír, maldiciendo el tiempo perdido, los besos robados que no se habían dado.
Abrazando fuertemente a su hermano al sentirle temblar, Tom levantó una mano y paró un taxi que por fortuna se les había acercado. Entraron en el y le dieron la dirección de un motel sin soltar su mano, apretándosela con fuerza para que no se arrepintiera.
El taxi partió veloz y enseguida llega a su destino. Pagaron la carrera y entraron corriendo en la pequeña recepción bajo esa lluvia que parecía querer empañar su momento de gran felicidad.
Mientras su hermano pedía una habitación, Bill paseaba por la estancia con los nervios a flor de piel. Todavía no sabe como salieron sus palabras, como se atrevió a pedirle eso a su hermano. Que le abrazara muy fuerte mientras le hacía el amor tiernamente...
Porque así se imaginaba en su cabeza la situación. Dos personas que se amaban haciendo suavemente el amor, no como esa imagen animada de su ordenador, dos extraños practicando sexo sin amor.
Se sobresaltó al sentir una mano en su hombro, sonriendo al ver la cara expectante de su hermano.
— ¿Vamos?—preguntó Tom nervioso.
Asintió y le siguió de nuevo a la calle, corriendo bajo la lluvia y chillando como dos niños pequeños. Localizan la habitación y tras dos intentos consiguieron abrir la puerta, entrando en ella con los labios fundidos en un beso.
Tras cerrar la puerta con el pie, Tom caminó con su hermano en sus brazos por la pequeña habitación, llegando hasta la cama de matrimonio que ocupaba casi toda la estancia. Se detuvo al notarla contra sus piernas, separando los labios de los de su hermano y soltando el aire en un suspiro.
Bill le miraba jadeando, viendo hasta donde le había llevado. Dio un paso atrás y se quedó sobre la cama sentado mientras se bajaba la cremallera de la sudadera que su hermano le había prestado una hora antes, sacándosela de los brazos y tirándola al suelo.
— ¡Hey! Cuidado con mi ropa—le riñó Tom riendo.
Se inclinó y la recogió, tirándola sobre una silla mientras se quitaba su gorra y soltaba sus largas rastas. Miró a su hermano, quien no le había quitado los ojos de encima en ningún momento.
Continuó desnudándose ante su atenta mirada, quedándose solo en bóxers para no asustarle más de lo que ya lo estaba. Dio un paso hacia él y le tendió una mano para ayudarle a levantarse. Cogió el borde de su camiseta y tiró de ella hacia arriba, viendo como su hermano levantaba los brazos y permitía que se la quitara.
La tiró a la silla junto al resto de sus ropas y continuó con el pantalón, tirando de el hacia abajo sin llevarse la ropa interior, por muchas ganas que tuviera de arrancársela del cuerpo con los mismos dientes.
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Sólo abrázame
RomancePara ellos solo son unas simples fotos para promocionar su grupo, pero hay alguien que ha visto algo más en ellas. Ve que cuando se abrazan y se miran a los ojos el deseo brilla en ellos. Ve que sus labios casi se rozan atraídos el uno por el otro...