Ocean Eyes || xcry - ✔️ TERMINADA

Dejar Ir

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                (Perspectiva de Celine)

Miré la hora, eran las 5 am, tenía en dos horas una sesión de fotos de aproximadamente 4 horas y no dormí nada en toda la noche. Una jaqueca terrible, al parecer los síntomas de mi profundo trauma volvieron.

Habían secuelas en mi alma y cicatrices en mi cuerpo que solo podía ver yo. Para mis padres yo ya superé todo, no los culpo, eso es lo que les nice ver. Para mi psicóloga, que tenía que escucharme cada semana hablar de como iba saliendo adelante de a poco, supongo que seré una simple paciente, una más del montón.

Pero para mí, viendo a mi yo adolescente de 16 años sintiendose como ropa sucia tirada en el piso, llorando como si mis ojos fueran de sal y mi inexperto corazón recién quebrado fuera lo único que existe. Era mucho más que una superación de la vida o una simple persona que paga todos los meses su sesión de terapia.

Se trataba de dejar ir lo que en su momento pensé que me mataría, por lo que creí que no llegaría a fin de año estando en enero. Era seguir con mi vida.

Mi psicóloga, Cecil, me comentó que era completamente normal con un trauma de hace 4 años que recién hace dos meses se está tratando pasaran estas cosas. La migraña era algo que el primer año, después de lo sucedido, comenzó a atormentarme. Al igual que el recurrente insomnio, ese último nunca se fue, o por lo menos no viviendo sola, donde los fantasmas de mi mente aparecen en la madrugada.

Yo intento verle el lado positivo a la tormenta, al menos tengo toda la noche para leer, ya que en el día trabajo por largas horas. La realidad es que preferiría que mi tiempo libre no fueran las horas en la que se supone que tendría que domir como una persona normal.

Con Cry no era necesario quedarme leyendo hasta altas horas de la madrugada. Su cuerpo y presencia eran igual de reconfortantes que una almohada hecha de puras nubes. Pero claro, no podía arrastrarlo a que me me ayudara a tapar una cicatriz de mi pasado, cuando él no la provocó y yo tenía que curarla, no taparla.

Me levanté de mi cama y fui a la cocina a hacerme de desayunar. Tenía un hambre boraz.

Mientras abría mi caja de cereales con pasas recordé lo mucho que extraño a mis papás. Así que decidí llamar a mi mamá, que al ser una madrugadora experta, a esa hora ya estaba más que levantada.

- Hola mami, ¿cómo estás? -sonreí y parece que ella vió un fantasma-

- Ay mi vida, ¿otra vez trasnochando?.

- Sí mami, como siempre -suspiré mientras comía un poco de cereal, esperando que mis panqueques se hagan- Necesito dulce de leche.

- Ahora que vamos para allá el 15 de agosto, para tu cumpleaños puedo llevarte.

- Dios, porfavor. Mira que me gusta comerlos con mermelada, pero los panqueques con dulce de leche es otro paraíso diferente.

- ¿Cómo vas con ese chico... El de ojos azules?, Barbara me contó de él.

Maldije para mí misma, qué le habrá contado.

– Me dijo que ha sido muy bueno para ti, que te escucha y te contiene.

Suspiré aliviada.

– Sii, lo es, es un hombre muy bueno, tiene un corazón enorme.

– Más le vale.

Me reí.

– ¿Mami, qué hace papá?.

– Está durmiendo, anoche nos acostamos tarde por el trabajo.