CAPÍTULO 18: Conversaciones 2

245 33 10
                                    

NOTA DE AUTOR: Detallito navideño :3 Pa' que vean que si los quiero.

.

.

.

Las tortugas junto a Draxum habían estado bajando los pisos sin ninguna dificultad.

En su camino habían encontrado a algunos guardias de seguridad y con todos habían decidido no pelear para no detenerse y así poder terminar la misión más rápido.

Draxum por su parte no había tenido ningún problema con la idea, de hecho le agradó poder realizar la misión sin distracciones. Creía que era eficiente ya que no gastarían energía de más y tendrían reservas por si la situación llegara a ameritar medidas más drásticas.

— ¿Cuánto nos falta para llegar al lugar?— Susurró Rapha después de pasar a algunos guardias que se encontraban merodeando en el piso actual.

Se encontraban en un área dedicada a maquinaria, era como si parte de la energía del lugar fuera obtenida por medio de combustión, habían varias calderas apiladas en el lugar y frente a estos habían Yokais alimentando las llamas. Leonardo recordó lo que había dicho Draxum acerca del lugar, que ya tenía muchos años en función, así que era obvio que hubieran cosas que permanecieran tal cual a como fueron creadas.

Pasarlo iba a ser un pequeño desafío, ya que había mucha gente trabajando en el lugar. Y para eso necesitaban de mucha agilidad, sigilo y destreza, por suerte Splinter había dedicado su vida a prepararlos.

Por eso cuando tuvieron que pasar todo un piso dedicado a la papelería (El área de oficinas) que se encontraba repleto de personal, fue fácil. Se habían sentido como cuchillo sobre mantequilla. Por qué los trabajadores estaban enfocados en las computadoras y aparatos que funcionaban con magia que desconocían. Entonces pasar desapercibidos fue como un juego de niños, y en poco tiempo ya se habían encontrado del otro lado de la gran habitación, presionando el botón del elevador a tiempo para seguir avanzando.

Ahora el mayor reto se encontraba aquí. Dónde los trabajadores (Reclusos) van y vienen y ellos tienen que estar alerta en todo momento.

—Solo pasamos este piso y el que sigue.— Respondió Leonardo cuando se acercó lo suficiente a su hermano quien se escondía detrás de varios carros de metal con bolas de carbón almacenando. Apenas habían llegado a este piso subterráneo, así que todavía tenian camino que recorrer.

Draxum trataba de mantenerse cerca de ellos. Antes de iniciar la misión el guerrero yokai había estado preocupado de tener que cuidar de estos chicos como lo haría con los suyos, por que siempre terminarían en problemas por lo poco sigilosos que tienden a ser. Pero después de pasar los primeros 10 pisos subterráneos del lugar, se dio cuenta que su preocupación fue por nada.

Le había impresionado lo rápido, ágiles y sigilosos que son estos muchachos, a pesar de una apariencia más robusta que sus tortugas.

Draxum estaba impresionado por la seriedad que le dedicaban a la misión. Habían estado cuidando cada detalle. Antes de pasar por un lugar evaluaban rápidamente cómo hacerlo y si algo podría delatarlo, actuaban rápidamente para apartar el obstáculo (en caso de ser un objeto) y reacomodarlo de manera que no se notará que había sido movido. Los tres se acoplaron muy bien. Y las palabras poco hicieron falta. Solo hablaban cuando las señales con las manos no eran suficientes para expresarse.

Cómo hace un momento con Raphael. Hablando de él, el guerrero estaba interesado por la gran diferencia universal que había entre este chico y su tortuga. Era muy temperamental, y su estilo de lucha era errática. Por lo que pudo apreciar en aquella discusión que hubo en la guarida. No estaba seguro de que pensar sobre eso. Antes estaría feliz de tener un soldado tan leal como está tortuga con su líder, de hecho una de las razones por la que había decidido mutar a una tortuga mordelona era por que esperaba el comportamiento más errático y así se pudiera complementar perfectamente al tamaño y poder que estás tienen, hablando físicamente. Pero mirando al presente. Su experimento resultó en una tortuga mansa. Al final la personalidad le ayudó para poder trabajar en equipo con sus hermanos. Un bien no planeado, así que nunca lo diría abiertamente, pero ahora es feliz de ver en lo que sus muchachos se habían convertido. Trataría de acercarse más a ellos para terminar de enseñarles artes marciales y un poco más de disciplina como estos chicos. Y más en especial, como este Leonardo.

MAELSTROMSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora