CAPÍTULO 24: Energía

163 30 7
                                    


Draxum había saltado justo cuando Leonardo había dado la orden, tenía que admitir que se había distraído con todo el drama familiar, dándole ventaja a sus "enemigos" de ir a por el importante objeto.

Y lamentablemente para él, resultó que la tortuga de la otra dimensión era más rápida.

Por eso no tardó mucho en entender que no llegaría a tiempo a aquel resplandor azul cielo que resaltaba cuando las luces se tornaban rojas.

Y como lo había premeditado, Michelangelo ya había encontrado el objeto (que había dejado de parpadear) y lo había tomado.

—¿Espera, esto es un reloj?— La tortuga enmascarada de color naranja analizó el objeto con curiosidad, repasó cada uno de los relieves en forma de tiempo que tenía y se quedó maravillado. Al final de cuentas terminó hundiéndose de hombros al importarle poco la forma que tuviera, venía a cumplir una orden y a demostrarle a su familia que él también podía resolver las misiones y que podía manejar esto por su cuenta— Como sea, ¡La tengo! — Eufórico por su victoria alzó imprudentemente su brazo con el reloj plateado en mano, facilitándole a Draxum su objetivo y poder tomarla con una raíz morada que emergió del suelo. —¡Oye! — Se quejó la tortuga. — ¡Lo encontré primero! ¡Devuélvemelo! — Inconscientemente Michelangelo volteó a ver a su hermano mayor y apuntó a Draxum con un dedo. — Leo, dile que me lo devuelva.

Ambos hermanos estaban arrinconando a la otra versión de su hermano. Fue el llamado de Michelangelo que los distrajo por un momento y tuvieron que verlo como si no entendieran a que se refería.

— Mikey, eres el que se lo quiere llevar. — Se quejó Leonardo. Si no fuera por la situación, tal vez esto sería divertido.

— Tal vez no estaría haciendo eso si ustedes no fueran unos idiotas — Acusó molesto la tortuga. Lo cual solo era notable por su voz ya que aun mantenía la máscara blanca cubriendo su rostro.

— Tal vez necesites de un zape para que conectes tus neuronas — Ofreció Raphael, con un intento de media sonrisa pero que terminó pareciéndose más a una mueca. Quería terminar con todo y Ya. ¿Por qué lo tiene que poner difícil su hermano?

— ¡Oye! No puedes estar hablando en serio — Se quejó la tortuga que tenían arrinconada debajo de la estatua de mármol.

— Oh, claro que habla en serio, es un bruto. — Se adelantó a contestar Michelangelo antes que su hermano de máscara roja. Raphael sacó su par de sais haciendo movimientos con ellos para quitar parte de su tensión. Quería acabar con todo y ya.

— Ya basta de juegos y mejor hagan lo que se les ordene. — Habló Leonardo quién había sacado una cadena larga y la había empezado a girar, no quería pelear por que la tortuga frente a él era la versión de su hermanito, pero tenia que inmovilizarlo.

— La tortuga tiene razón. — Agregó Draxum quien mantenía, desde su distancia, la raíz morada con artefacto que buscaban. — Muchachos ya déjense de juegos. Estamos lidiando con algo más que una simple amenaza Krang...

Ni bien lo dejaron terminar, ambas tortugas de naranja rugieron— ¡No!

—¡Mikey! — Gimieron Draxum, Leonardo y Raphael.

— Es que como nos puedes obligar a volver cuando están esos tipos en la guarida ¿No los has estado escuchando? Son terribles...— Señaló Mikey en un chillido mientras los señalaba acusatoriamente, esto le valió dos miradas que lo hicieron dudar.

— Mikey, tus hermanos están preocupados por ti. — Trató de apelar Draxum el lado sentimental de su tortuga, quien entre pasos para tratar de tomar distancia de Leonardo y Raphael, había terminado del lado contrario de la estatua, o sea a las espaldas.

MAELSTROMSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora