Capituló 11

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|César se separó de ella de golpe, reaccionando a lo que estaba pasando.|

—Perdóname Sara no se que me pasó, lo mejor es que vayamos a la casa —mencionó con la respiración acelerada, guiándola hacia la orilla de la piscina—

—No... no tiene nada que disculparse. —mencionó Sarita entrecortado acercándose otra vez a él ya en la orilla de la piscina—

|César le dio la oportunidad de que subiera ella primero por las escaleras de la piscina para salir de ahí sin voltear a observarla.|

|Una vez que los dos salieron, el pasó sus manos con frustración por su rostro y mencionó...|

—No quiero que pienses que me quiero aprovechar de ti. —pronunció, aún se sentía acelerado—

—Yo no pienso nada, además como le digo no tiene nada porque disculparse, yo, yo quería. —dijo acercándose hasta el, abrazándolo—

|César al sentir su contacto la observo con la mirada oscurecida y mencionó...|

—No sabes lo que dices Sara, lo mejor es que vayas a tu habitación y trates de descansar.

—¿Yo... yo, no le gusto? ¿Es eso verdad? —preguntó con su voz dulce—

—No es eso Sara, eres muy hermosa pero esto no puede ser. —le dijo con su voz ronca separándose más de ella—

—¿Porque no?

—Porque eres muy joven y esto no está bien.

—A mí no me importa la edad que tiene, yo estoy enamorada de usted. —mencionó segura con su voz dulce y sonrojada—

—No Sara... A tu edad es muy fácil decir que estás enamorada pero las cosas no son así de fáciles. —le dijo separándose de ella—

|Pero Sarita de nuevo avanzó hacia el y llevó una de sus pequeñas manos hasta una mano de César y la entrelazó|

—Sé muy bien lo que siento, yo estoy enamorada de usted y no me importa la edad que tenga.

—Podrías ser mi hija Sarita —pronunció observándola a su rostro viendo que le temblaba su barbilla—

—Pero no lo soy, y yo lo que quiero es estar con usted. —mencionó acercándose a él nuevamente abrazándose a su cuerpo—

|César la abrazó con dulzura sintiendo su cuerpo tembloroso ya que traía su ropa mojada.|

—No dudo de lo que sientes pero déjame decirte Sara qué no es amor lo que sientes por mí, es agradecimiento por qué te he ayudado y eh estado en tus momentos difíciles y a tu edad puedes confundir esos sentimientos y yo no puedo aprovecharme de tu ingenuidad. —mencionó seguro apartándola nuevamente de él, viendo las lágrimas de Sarita correr por sus mejillas—

—Usted no puede asegurar eso, usted no puede saber realmente lo que yo siento porque asegura algo que no es verdad, sé muy bien lo que siento y lo que quiero. —pronunció haciendo pucheros, llevando una de sus manos hasta sus mejillas para limpiar sus lágrimas—

—Es mejor que dejemos esta plática aquí cuando estés más tranquila hablaremos, vamos a entrar a la casa ve a tu habitación estás temblando de frío y te puede hacer daño.

|Sarita al escuchar sus palabras volteó a observarlo con lágrimas en los ojos, se giró y se fue corriendo de allí rumbo a la casa en un mar de llanto.|

|César soltó el aire que traía comprimido en sus pulmones y la observó correr, sabía que iba llorando, solo apretó su mandíbula y sus manos en puños por todo lo que eso le estaba ocasionando.|

The Káiser (Reyes de la oscuridad pt2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora