Capituló 57

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|A pesar de que Sarita estaba triste porque César iba a viajar al día siguiente lo había entendido, confiaba plenamente en el y también en John.|

|Así que no le quedó más remedio que aguantarse y esperar con paciencia a que su esposo regresara.|

|El emperador habló nuevamente con su madre, le había dado algunas órdenes respecto a su esposa la emperatriz de méxico, órdenes que ella había aceptado sin chistar.|

|También habló con Sara, le dijo que si se encontraba en peligro o si se llegaba a enterar alguien de su existencia que dijera que era su prisionera, que estaba al servicio de Greta Becker y que de inmediato se comunicara con él, que no importara la hora que fuera que el volvería.|

|Por supuesto que Sarita aceptó cada una de las cosas que le pidió, también le aseguró que Ángel estaba mal de sus facultades mentales que por eso había actuado así y que no era conveniente que lo viera.|

|Por otro lado Ángel había aceptado no ver a Sara ya que su padre le hizo ver que lo único que sentiría al verlo sería lástima, haciendo que el muchacho se resignara y no la viera.|

|César le había regalado a su esposa un celular satelital para que pudiera hablar con él cuando quisiera y que la llamada no fuera rastreada por nadie.|

|John se iba a quedar a cargo de todo y del cuidado de Sara, era el único al que César le tenía confianza, para él la integridad de su emperatriz era primero que cualquier cosa.|

|Una noche antes de que saliera a Turku Finlandia habían pasado la noche disfrutando de su amor, entre caricias y besos, diciéndose cuánto se amaban y cuanto se iban a extrañar, deseando que las horas pasaran con lentitud para no separarse.|

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|Sarita se lanzó a los brazos de su esposo en un mar de llanto, había llegado la hora de esa separación que era inevitable.|

—No llores Sara, no quiero dejarte así mi amor. —le dijo y la abrazó a su cuerpo, sintiendo su corazón arrugado por escuchar su llanto.—

—Por favor no tardes en regresar. —mencionó entre el lágrimas—

—No lo haré mi amor, a mí me duele tanto como a ti irme pero tengo cosas que arreglar en persona que son importantes pero sabes qué vamos a estar en comunicación todos los días. —prometió para consolarla.—

—Pero no es lo mismo, te amo César y te necesito a mi lado. —confesó abrazándose a él con fuerzas.—

|Después de varios besos y caricias de despedida y de decirse una y mil veces lo que se amaban por fin el emperador abordó el helicóptero que lo llevaría a la pista de despegue, dónde ya estaba siendo esperado por Ángel que lo habían sacado antes para que no viera a Sara.|

|La emperatriz vio la aeronave elevarse por el cielo, viéndolo partir con su rostro bañado en lágrimas a vista de John qué se acercó a ella y la tomó del brazo para consolarla, hasta que lo perdió de vista y dejó de escuchar las hélices.|

|Cuándo César abordó su avión privado se sentó frente a su hijo con una sonrisa en el rostro pero Ángel lo ignoró por completo ya que no dejaba de culparlo de todo lo que estaba viviendo.|

—Necesito que cambies esa actitud por el bien tuyo, no te queda más remedio que aguantarme, soy el único apoyo que tienes. —le dijo sonriendo.—

|Ángel volteó a observarlo con furia en su rostro.|

—Me imagino que te sientes muy satisfecho de verme así, prácticamente te has robado mi vida. —lo acusó.—

—No tendría porqué sentirme satisfecho, es difícil para mí cargar con un hijo paralítico y qué ha hecho cosas muy malas. —respondió.—

The Káiser (Reyes de la oscuridad pt2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora