Capituló 34

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|De inmediato se bajó de la camioneta y empezó a correr como loco hacia la pista de despegue con John tras de él que fue acompañado por otros dos hombres de su equipo de seguridad.|

|El emperador se dejó caer al piso de rodillas envuelto en llanto sin dejar de observar al cielo la tragedia que tenía frente a él, con un profundo dolor en su pecho por lo que estaba viendo aún confundido y sin comprender que era lo que había pasado.|

|John llegó hasta el también con un nudo en la garganta, colocó una de sus manos sobre su hombro en modo de consuelo escuchando su llanto amargo y descontrolado por lo que estaba pasando.|

|En eso las sirenas de las patrullas y de los bomberos se escucharon a lo lejos mientras que seguían cayendo pedazos de la aeronave envueltas en una estela de humo y llamas.|

|El celular de John empezó a sonar con insistencia, el con sus manos temblorosas lo buscó entre su ropa y contestó la llamada escuchó con mucha atención lo que se le decía del otro lado de la línea colgó y volvió a guardar el aparato.|

|El ruido de las sirenas se oían cada vez más cercas.|

—César tenemos que irnos. —le dijo su amigo y hombre de confianza con la voz quebrada escuchando su llanto pero él no le respondió—

—César se que esto es muy difícil para ti pero tenemos que irnos, atacaron a tu hijo. —insistió viendo al hombre destrozado llorando como un niño—

—Yo me puedo quedar a investigar pero tú tienes que ir con Ángel, tu hijo te necesita. —le dijo con voz fuerte tratando de hacerlo reaccionar—

|El emperador no respondía estaba perdido en su dolor por lo que estaba viviendo hace unos cuantos segundos la había tenido entre sus brazos y estaba negado a esta dura realidad.|

—Esto no es verdad, Sara dónde estás. —mencionó con su cuerpo tembloroso perdido en sus pensamientos—

—César tenemos que irnos, las autoridades están por llegar y tu hijo está en peligro.

—No me voy a ir de aquí sin ella, esto no es verdad, dime John que no es verdad. ¡Dime!. —gritó desesperado entre el llanto—

—Lo lamento mucho César pero es cierto lo que estás viendo, el avión explotó con Sarita dentro tienes que aceptarlo y tenemos que irnos de aquí porque tu hijo te necesita y porque las autoridades están por llegar.—le dijo con voz fuerte para hacerlo entrar en razón mientras lo veía bañado en lágrimas—

|César respiró profundo limpió con sus manos las lágrimas apretó sus manos en puños sin dejar de observar hacia el cielo, se puso de pie dio vuelta y se dirigió hacia su camioneta.|

|John les hizo una seña a los hombres para que lo siguieran y buscó su celular.|

|Empezó a buscar entre sus contactos a ese agente del FBI que trabajaba a cargo de César.|

|El hombre le contestó y charlaron un par de minutos hasta que colgaron, en eso vio a lo lejos la camioneta de César salir de ahí a toda velocidad.|

|John lo conocía sabía que era fuerte y que a pesar del dolor que estaba viviendo tenía que tomar las riendas por su hijo y por todo lo que conllevaría la muerte de la emperatriz de México, su esposa la mujer que tanto amaba.|

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|La noticia de la explosión de una aeronave corrió como espuma en toda Alemania y todos los alrededores ya que no era un siniestro común.|

|Los noticieros se hicieron presentes en el lugar, llevando la noticia nacional a todas partes del mundo.|

|Los agentes especializados de investigación empezaron a entrevistar a toda la gente de los alrededores al igual que a varios hombres que trabajaban en la pista de despeje.|

The Káiser (Reyes de la oscuridad pt2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora