El rubio entregó un par de almohadas junto con unas cobijas al desconocido y luego de cerciorarse de que estuviese cómodo regresó a su habitación para finalmente dormir.
Pero el pelinegro no tenía planes de reposar en aquel incómodo mueble.
Observó la ventana en frente suyo percatándose de la cubierta transparente que tenía.
De pronto se abrió recibiendo todo el torrente de viento soplar hacia el interior, de esta se visualizó a un ave oscura tomar lugar en unas de las orillas del ventanal.
Suspiró disgustado al saber de quién se trataba.- He regresado - avisó el pelinegro.
- Mi mejor creación, después de tantos siglos has vuelto a mi - se escuchó una voz profunda desde el ave - ¿Cómo pudiste ser derrotado por un simple humano? - reclamó.
- Fué un error mío - admitió.
- He carecido de almas desde tu partida, ningún otro sirviente mío a complacido tanto a mi reino como lo has hecho tu, por eso ahora debes retomar tu ocupación, la luna roja se acerca y necesito almas puras - avisó - tráeme el alma de ese chico - señaló a la habitación del rubio - su pureza y energía serán útiles para el ritual, captura la mayor cantidad de almas similares antes de la luna roja, está es tu nueva misión - sentenció, el pelinegro asintió finguiendo sumisión y el ave regresó de dónde vino.
Ahora tenía una orden que ejecutar y no podía ser más estresante.
Caminó hasta la habitación del rubio suponiendo que yacía durmiendo y se encontró con este inconsciente y en un posición digna de aparecer en una escena de terror.
¿Cómo un humano podía dormir de esta forma? - pensó.
- Ma~ - murmuró entre sueños mientras se removía entre las sábanas como si fuese un gusano.
El pelinegro observó la escena con una ceja arqueada, quizás le pareció gracioso.Mañana - pensó.
Talvez solo quería divertirse un poco más, aprovecharía la hospitalidad del rubio para ponerse al día con todo lo que era ahora su actualidad.
(...)
El rubio despertó con pereza, hoy era otro día igual de aburrido como el anterior, o eso creyó hasta que recordó lo acontecido anoche.
Se levantó con velocidad hasta llegar a la sala donde se supone debía de estar el desconocido, pero vaya sorpresa se llevó al no encontrar a absolutamente a nadie.
¿Había sido un sueño? - pensó.
Algo confundido decidió regresar a su habitación para darse una ducha pero su paso fue interrumpido cuando se encontró al pelinegro en frente suyo.
- ¡Santo cielo!, ¡Casi me das un infarto!, ¿Que hacías en mi habitación? - reclamó con los pelos de punta, no se esperaba ser sorprendido así en la mañana - ni siquiera se porque pregunto, nunca respondes - admitió aún desconcertado.
El pelinegro observó con más atención su cabellera rubia.
Y es que el menor se había levantado tan de prisa de su litera que no tuvo el tiempo de arreglarse el cabello por lo que no tardó en notar la morada del contrario y de inmediato se encerró en su habitación para arreglarse.
Después de varios minutos por fin regreso a su sala todo cambiado y arreglado, en el sillón pudo divisar al pelinegro concentrado en algún punto de la habitación, en realidad se la pasó así la mayor parte del tiempo desde que llegó a su departamento.
¿Estaré haciendo bien? - pensó.
Cualquier persona hubiese Sido desconfiada de recibir a un desconocido en su casa, pero el rubio era todos lo contrario, en su interior albergaba un corazón demasiado puro y solidario, fue criado humildemente desde pequeño y su madre le enseñó todos los valores y creencias necesarios para que este creciera de forma recta, aunque estás buenas intenciones siempre terminaban metiéndolo en problemas y le hacía falta enfrentar el mundo real por su cuenta.
- No se porque problemas estés pasando y la verdad no creo ser muy útil con eso - explicó - te ayudaré a conseguir algún sitio para dormir, no sé si necesites empleo pero te puedo ayudar con eso si es que me lo pides, esa es toda la ayuda que te puedo ofrecer por ahora, lo siento - se disculpó - ¿No dirás nada? - insistió pero este seguía actuando indiferente - Ah lo olvidé, nunca respondes - recordó - mientras tanto te quedarás aquí hasta entonces, iré a preparar el desayuno - dijo por última vez para perderse en su cocina.
Ningún humano es así de hospitalario.
- Hice un par de tostadas, no sé si te gustan pero es lo que hay - avisó dejando el platillo en frente del pelinegro y este lo tomó - está tarde iremos a comprar algunos víveres, la nevera está vacía y la verdad no creo que pueda confiarte mi departamento aún, así que vendrás conmigo, y ya que no hablas seguido supongo que no tienes ninguna objeción - explicó, la verdad le emocionaba poder hacer su rutina diaria con alguien.
El pelinegro visualizó el plato en sus manos, no es como si un ser del infierno necesitara alimentarse realmente, Pero tampoco podía negarse a la comida humana, es más, le fascinaba probar los sabores, así que sin pensarlo tomó una bocanada de aquel platillo y degustó del exquisito sabor que este tenía.
Sin duda la comida había cambiado mucho desde la última vez que la probó.- Pareces hambriento, ¿Quieres que te de el mil también? - ofreció su platillo , ya que este no tenía hambre, sin embargo no espero que el contrario prácticamente se lo arrebatara de las manos - vaya , supongo que agradecer no es lo tuyo - supuso algo confundido por su actitud, de cierta forma no le molestaba, el sabía que no todas las personas habían Sido educadas cómo el, también comprendía que todos los humanos tendrían aunque sea una pizca de bondad en su interior y no podían ser juzgados sin antes conocerlos realmente.
En cambio el demonio se estaba burlando internamente por la ingenuidad de aquel rubio, sin duda sería muy fácil de manipular, he incluso divertido.
(...)
La tarde se había hecho presente muy rápido, el menor estubo varios minutos en su habitación escribiendo una lista de compras que serían necesarias para vivir la próxima semana y cuando tuvo todo listo salió a la sala donde yacía el pelinegro en el mismo lugar en el que lo vio la última vez hace varias horas
- ¿Estás listo? - preguntó pero este solo lo observó indiferente, el menor quiso suponer que era un sí y camino hasta la puerta confiando en que el pelinegro lo seguiría
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EL PRAKLOO / CHANLIX (adaptación)
FanfictionDónde un enigmático mito, de esos que suelen contarse a los traviesos niños, se revela más tangible y verídico que la propia existencia de los majestuosos dinosaurios que poblaron la antigüedad En el centro de esta trama se encuentra una reliquia d...