Capítulo 19

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El rubio recordó haber dejado a Jisung abandonado en la sala, sin querer se quedó a cenar con el ahora Christopher.
Saber su nombre era un gran avance, incluso si esto se aclaraba el primer día de conocer a una persona.
El mayor era alguien bastante misterioso y cerrado a los demás, su curiosidad era muy grande, pero no hiba a entrometerse y llenarlo de preguntas, todo sería a su debido tiempo.

- ¿Quieres ver una película con nosotros? - insistió.

El mayor lo pensó varios segundos, la verdad es que no quería ver al rubio divertirse con su amigo, le parecía demasiado irritante solo pensarlo, estuvo todo el día intentando evitarlos, pero bajo la insistencia de este no le quedó de otra.

La mesa de la sala estaba repleta de chucherías y algunos vasos de refresco, parecía haberla pasado bien todo el día.

- Hola Chan, soy Jisung, ¿Me recuerdas? - saludó el castaño.

- Su nombre es Christopher - corrigió el rubio.

- ¿Christopher?, ¿Que no dijiste que era Bang Chen? - preguntó confundido.

- Bang Chan - volvió a corregir - y ese solo era su apodo - excusó.

- Bueno, entonces hola Christopher - volvió a saludar.

El nombrado lo observó indiferente y tomo asiento al lado del rubio.

El castaño lo observó por demás, sintiendo una vibración en la cabeza luego de esto, por alguna razón aquel hombre no le generaba confianza.

La película transcurrió con normalidad, los menores caturreaban sobre algunas escenas y reían por cosas ajenas al mayor.

El reloj marcaba más de las 12 y los jóvenes decidieron dormir juntos en la habitación, siempre lo hacían cada que Han venía a hacer pijamadas en su casa por lo que estaban acostumbrados.

El mayor se quedó en la sala observando atentamente la ventana, podía sentir que alguien se aproximaba, pero no estaba seguro de quién se trataba.

Escuchó a los menores chismear en su habitación para luego oír total silencio, al parecer se habían dormido muy rápido.

Jamás necesitó dormir por lo que en anteriores días se dedicaba a recorrer todo el departamento una y otra vez para distraerse, y puede que se halla quedado en la habitación del menor varias veces para observarlo dormir.

Sin embargo esta noche fue directamente a su habitación y se encontró con los amigos abrazados y en un sueño profundo.

Por eso tú manía de abrazar a la gente mientras duermes.

Le era tan molesto y extraño verlos de esta forma que se encontró a si mismo removiendo al rubio para llevarselo al sillón de la sala, dejó algunas almohadas en los brazos del castaño para que este no se inmutara de su ausencia.

Si algo comprendió en su convivencia con el menor era que este no se despertaba fácilmente y así sucedió, a pesar de toda la movida y el camino de textura en su lecho nunca logró despertar, el chico dormía como una roca.

Después de varios minutos comenzó a cuestionarse por qué a los menores les gustaba dormir de esa forma, ¿A caso les era más cómodo?, ¿Evitaba las pesadillas?, ¿Hacían que se encontraran en los sueños?.

Simplemente no podía comprenderlo, pero tampoco quería quedarse con esa duda, es más, tal vez esto le ayudaría a encontrar más formas de manipular a los humanos, aunque la posición le resultaba algo extraña, sería un sacrificio que estaba dispuesto a tomar, porque lo era....... Un sacrificio.

El rubio se veía bastante pacífico dormido, se acercó a este con cuidado, no quería correr el riesgo de despertarlo y provocar una situación incomoda.

El sillón era bastante chivo e ideal para una sola persona, pero dos podían caber tranquilamente si se acomodaban.

Logró colocarse al lado de este con éxito, aunque aún no se atrevía a tocarlo, ¿Qué le pasaba?, El no debería de estar haciendo estás cosas, estaba a punto de retractarse cuando el menor comenzó a removerse y en un movimiento capturó al azabache en un abrazo.

Este observó con detalle las acciones del rubio, agradecía que este tomara la iniciativa, pero ahora lo único que quería era salir de ahí. Su cuerpo estaba demasiado tenso, y sentía el estómago removerse.

Sin saber de qué forma actuar pasó su brazo por la cintura del rubio, este respondió favorablemente y recorrió aún más a su dirección, su cabeza terminó metida en su pecho y lo único que pudo escuchar es su respiración y murmuraciones entre sueños.

Con que así se siente.

Le pareció ver todo más silencioso y el agradable aroma de Felix inundandolo, inconscientemente comenzó a peinar la cabellera rubia mientras disfrutaba de aquella agradable sensación, su vista fue a parar en sus nudillos, dónde aún quedaban marcas de su último combate, estas comenzaron a perderse gradualmente, aquello lo dejó algo perplejo, el no lo había provocado, quizás sus intuiciones eran ciertas y efectivamente alguien estaba en camino, pero ese alguien podía considerarse una amenaza si poseía aquel don.

(...)

El sonido de los vehículos y el sol lograron despertar al rubio, quien se removió entre las sábanas sin ganas de levantarse, observó a su lado sin obtener señales del castaño, juraba haber dormido con el anoche.

- ¿Han? - preguntó confundido.

- Aquí estoy - escuchó debajo de la cama - ¿Cómo llegué aquí? - de todas las veces que había dormido con el rubio nunca había sucedido algo como esto.

- Lo mismo te pregunto.

La mañana continuó con un apetitoso cereal con leche, el azabache tenía la mirada puesta en el rubio, cómo todos los días, pero esto no pasó desapercibido por el castaño, quien seguía inquieto por la presencia de este, sin embargo aquella mañana podía sentir otra cosa, una especie de energía que no podía explicar a detalle y que solo le provocaba un intenso dolor de cabeza.








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EL PRAKLOO / CHANLIX (adaptación) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora