Capítulo 29

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- ¿Qué le sucedió a Felix? - preguntó el ente peli morado con curiosidad.

- Saltó de una ventana - confesó la ardilla mientras le servía una taza de café al agente en espera.

- Que osado - admitió este - pero dejando eso de lado, necesito que me lleves a conocer a tu vecino, no dispongo de mucho tiempo niño - declaró impaciente.

- Oh sí, perdón - se disculpó partiendo a la puerta mientras este y la entidad lo seguían.

Los guió unos pasos más al lado de su hogar, una puerta blanquecina junto a una alfombra gris les dieron la bienvenida.

El menor dudó un poco antes de tocar el timbre, sabía de antemano que su vecino no estaría contento de verlo, y más si traía a un agente consigo.

Un adormilado pelinegro los recibió en la entrada, sus ojos despertaron al captar la nada agradable presencia en su hogar.

- Hola Changbinnie - sonrió lo mejor que pudo - se que no te caigo bien pero necesito que me hagas un pequeño favor - agregó apenado, juraba haber visto el rechazo en su mirada.

- ¿Qué más quieres niño? - rodó los ojos.

- Verás, tengo un disco de... No recuerdo, pero necesita una clave, ¿Crees que puedas desbloquearlo? - explicó.

- Claro que puedo - afirmó con una sonrisa falsa - pero no lo haré, que tengas un buen día - soltó serio y se adentro para cerrar la puerta.

- ¡Alto! - un castaño de traje obstruyó con el zapato antes de que este cerrara - se que trabajas con información ilegal, si no quieres problemas con la ley tendrás que descodificar este disco - amenazó.

- ¡¿Se lo dijiste a un agente?! - reclamó al castaño analizando de arriba a abajo al hombre de traje en frente suyo.

- Puedes culpar a quien sea pero la policía te tiene observado desde hace un buen tiempo - declaró imponente - puedo borrar tu expediente si me ayudas con esto - garantizó.

Sin más elección el pelinegro accedió a sus condiciones, no estaba convencido de ayudar a un agente, pero este en particular era bastante sagaz.

- Está bien - se rindió permitiéndoles el paso a su morada.

Deslizó la puerta con la intención de cerrarla pero el chico ardilla la detuvo sorpresivamente y se inclino con timidez por su actuar.

- Yo la cerraré - aseguró apenado.

El pelinegro lo observó cómo a un bicho raro y continuó al interior.

- ¿Estás bien? - consultó al peli morado una vez solo.

- Una puerta no puede matarme niño - se burló la entidad.

- Perdón, creí que te habías golpeado.

- ¿Estás preocupado? - consultó bufón.

El castaño bajó la mirada y decidió ignorar su pregunta.

El programador los dirigió a su lugar de trabajo, dónde tenía toda la tecnología necesaria, le tomó menos de 10 minutos descodificar el disco que le ordenaron, incluso se preparó un café mientras lo hacía.

- ¿Son los archivos de la población? - se confundió - esto es aún más ilegal que mi trabajo.

- Quiero que averigües la ubicación de este chico - le entregó el nombre y la fotografía en una hoja.

- ¿Van a matarlo o que? - bromeó.

- Si lo hacemos no te incumbe, has lo que te digo - ordenó el agente seriamente.

EL PRAKLOO / CHANLIX (adaptación) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora