Capitulo 5

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La casa de Han era realmente grande, varias decoraciones en el patio, un color poco usual en las paredes y las ventanas repartidas en cada habitación, o al menos así se veía desde afuera. El rubio avanzó hasta la puerta para finalmente golpear un par de veces, ni un minuto pasó cuando un chico de cachetes adorables apareció del otro lado para recibir al menor.

- Lixie - sonrió para después abrazarlo con cariño.

- Han, el es- se auto interrumpió al no saber el nombre del contrario - e-el es.....es B-bang.... Chan, ¡Bang Chan!, Si exacto el es Bang Chan - completó con nerviosismo.

- ¿Bang Chan? - preguntó extrañado jisung frente a el - Entonces, bienvenido Chan - añadió conforme y alzó la mano esperando poder entrelazarla con el pelinegro.

Este lo miró con indeferencia y lo ignoró.

- Perdónalo, es algo tímido con los demás al inicio - intentó reponer el rubio.

¿Tímido?, Mejor cierra esa boquita pequeño arrapiezo.

- Descuida, pasen - invitó al interior de su morada - siéntete como en casa Chan - espetó cortésmente y este rodó los ojos sin ser visto - ¿Que cocinaras Lixie?.

- No lo se aún, iré a pensar en algo, préstame tu cocina Hannie.

- Es toda tuya - habló con una pequeña sonrisa y el rubio se llevó algunas bolsas hasta el lugar para comenzar a preparar du platillo.
Ahora el castaño se sentía algo incómodo en la sala junto al desconocido pelinegro.

- ¿Y como conociste a Lixie? - preguntó en un intento de romper ese desagradable silencio, pero este se quedó callado, ni siquiera le dirigía la mirada - No seas tímido, todos los amigos de Felix también son mis amigos - intentó sonar agrandable pero solo consiguió una mirada digustada del contrario.

¿Dije algo malo? - pensó jisung sin saber de que manera tomar la forma en la que era tratado por el mayor.

Al sentirse intimidado decidió que ayudar a Felix con la receta era lo mejor.

- Creo que escuché a Lix llamándome, debe necesitar ayuda - intentó excusarse y salió volando de la sala.

- ¿Han?, ¿Vienes a ayudarme con la preparación? - el castaño asintió tranquilo - lava estas verduras por mi por favor - insistió y el castaño obedeció de inmediato.

- Bang es algo extraño ¿No te parece? - comentó mientras refregaba los vegetales.

- No se a que te refieres - añadió el menor sin comprender.

- Creo que no le caigo bien - admitió - intenté hablarle pero es realmente aterrador.

- Talvez no a tenido un buen día, tu jamás le caerías mal a nadie Han - explicó.

- A todo esto, aún no me has contado porque ahora vive en tu departamento.

- Bueno, es algo difícil de explicar - añadió pensando en la mejor manera de decirlo - llegó una noche a mi departamento con una herida muy grave y no me pude negar a ayudarlo, además no tiene dónde quedarse, solo estará conmigo por un tiempo hasta conseguirle algún lugar para hospedarse - explicó obviando algunos detalles.

- Tu bondad es enorme Felix, aveces hasta sorprendente - admitió el castaño.

- Claro que no - regañó el menor.

Desde que conoció al rubio este siempre se a destacado por su gran corazón pero por alguna razón el pelinegro no le generaba confianza.

- ¿Y el te dijo algo sobre lo que le sucedió? - preguntó.

- Aún no, y por lo que he visto tampoco tiene un sustento económico, no es como si me hubiese brindado mucha información, solo intento atar clavos.

- Entiendo, pero es mucha responsabilidad Felix, además no conocemos nada de el.

- Puedo manejarlo Sung, confía en mí - insistió.

- Está bien - suspiró, después de todo estaban a unas semanas de volver a la escuela, solo esperaba que el problema se solucionara hasta ese día.

(...)

Hace ya varias horas que habían regresado de la casa de Han, el rubio estaba agotado, pero no tenía ganas de irse a dormir, todas las noches veía películas de terror y hoy no sería la excepción.

- ¿Quieres unirte? - preguntó cuando vió al pelinegro salir de una puerta, de verdad creyó que lo ignoraría pero grande fue su sorpresa cuando esté caminó hasta el sillón y se sentó a su lado.

Estaba feliz de poder compartir un momento entretenido con el mayor, su personalidad misteriosa le llamaba mucho la atención, en verdad quería conocer más al pelinegro y derribar ese escudo que este ponía en frente suyo para evitar exponer su verdadero ser.

Con lentitud acomodó el recipientes de palomitas en la pequeña mesa en frente suyo y sujetó el control remoto para encender la televisión y buscar la película que vería la noche de hoy.

Por su parte el pelinegro observaba curioso aquel aparato en frente de el.

Este futuro es muy interesante.

La película inició con un spoiler muy sangriento, pero esto para el mayor era como ver su día a día, en cambio el rubio veía estás imágenes con total asombro y terror.

Los minutos transcurrían y con ellos el tiempo perdido de la entidad.
¿Acaso los humanos tenían esa imagen de los demonios?.
Le parecía totalmente ridículo la manera en la que los interpretaban en la pantalla, pero rescataba la buena trama que conllevaba la historia, sin embargo hace varios minutos que se había aburrido y no estaba dispuesto a seguir observando.
Hizo el ademán de levantarse del sillón pero un chillido del menor hizo que se detuviera.

- ¡Ah!..... - gritó del susto después de haber sido sorprendido por un supuesto fantasma en la pantalla - Lo siento - habló apenado - es que me tomó por sorpresa - se excusó.

El pelinegro se burló internamente, ¿De verdad ese rostro deforme que a simple vista se podía ver que era una máscara lo había asustado?.
Si esta era su reacción con algo falso ansiaba imaginar cómo se pondría cuando se entere de su verdadera identidad.

El pelinegro decidió continuar observando la película, pero su atención ahora estaba clavada en el más bajo, quien tenía una almohada entre sus brazos y cerraba los ojos cada que la situación se ponía sangrienta en la pantalla.

Quizás es momento de divertirse un poco - pensó.

Ahora tenía como objetivo mostrarle al contrario lo que en verdad es una situación paranormal, y sin duda sería divertido ver su reacción.

                        Gracias por leer

EL PRAKLOO / CHANLIX (adaptación) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora