Capitulo 17

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El sol comenzaba a molestar la vista del castaño, a pesar de esto se encontraba agradecido porque fuera un día caluroso.

La confusión comenzó a llenarlo de preguntas, principalmente por qué no recordaba como había llegado a su habitación en la noche, la puerta estaba semi abierta y las ventanas corridas para dejar entrar la iluminación natural de la mañana, esto definitivamente no lo había hecho el.

Se levantó con pereza hasta la sala, el azabache no se encontraba, pero había un tazón de cereal junto a un vaso de jugo perfectamente colocados en la mesa.
Quizás se descolocó un poco, pero no pudo evitar sonreír ligeramente ante la acción, aunque estaba decepcionado por no poder desayunar junto al mayor.

- ¿Vas a comer o no? - saltó en su sitio ante la voz del azabache detrás suyo.

- ¿Que susto me diste? - dramatizó con una mano en su pecho - ¿No desayunaras conmigo?.

- Si lo hago ¿Comerás? - preguntó, estaba algo pendiente de que el rubio se alimentara mejor, anoche lo había cargado hasta su habitación y se sorprendió por lo ligero que era, no sabía nada de nutrición pero esperaba que su plan de alimentación funcionara.

- Si, lo prometo - aseguró el menor elevando una mano a la altura de su cabeza para complementar su promesa.

El mayor convencido preparó otro platillo para  acompañar al castaño.
Una parte de si aún le recordaba la catástrofe que hiba a causar si seguía evitando terminar con el menor antes de que suceda la luna roja, el tiempo corría pero para el parecía pasar demasiado lento dentro de estas cuatro paredes.

- No me has dejado revisar tus vendas, ¿Cómo estas?.

El menor se sintió apenado, se había descuidado de sus heridas, incluso cuando dijo que podía cuidarse solo.

- Estoy mejor, en realidad no fue tan grave - aseguró - me parece injusto que tú te encargues de mi y no me hallas dejado revisar tus nudillos, ví que estaban sangrando cuando regresamos aquí - se quejó.

La realidad era que si tenía ciertas aberturas en sus manos, pero estás habían desaparecido al día siguiente, le pareció bastante curioso y extraño pero no le dió vueltas al asunto.

- Yo estoy bien.

- Prometiste que comerías conmigo pero veo que solo yo estoy comiendo - volvió a quejarse.

El mayor negó ligeramente, se había distraído bastante escuchando al rubio que incluso no se percató de la pequeña sonrisa que llevaba en el rostro hasta que el menor se lo dijo.

- ¡Estás sonriendo! - festejó.

- Termina eso - regañó enseñando el plato de cereal.

El menor abultó sus labios y continuó desayunando, mientras el azabache se mantenía sereno observando cada detalle y gesto que hacía este.
Podía pasarse todo el día de esa forma, desgraciadamente el sonido de la puerta interrumpió a su vista.

- ¿Crees que sea ese hombre otra vez? - preguntó el menor bastante dudoso en recibir la visita, pero de todas formas lo hizo.

Al abrir la puerta fue acatado por un abrazo muy fuerte y sorpresivo.

- ¡Jisung! - correspondió el abrazo con más fuerza.

- Lixie - llamó el castaño, lo había extrañado demasiado.

- Sung, ¿Cómo estas?, ¿Pudiste recuperarte? - inundó de preguntas.

- Si lo hice Lix, mamá me llevo a terapia y estoy completamente cuerdo - explicó con bromas.

- No sabes cómo te extrañé, tenía miedo de que no volvieras a ser el de antes, he llamado a tu madre todos los días para saber de tí.

- Lo sé Lixie, yo también te extrañé un montón, por eso traje mi mochila por qué me voy a quedar contigo hasta te canses de mí - el menor sonrió con alegría y permitió el paso al castaño, no era la primera vez que Han se quedaba unas semanas en su departamento, era bastante común ya que el menor tendía a sentirse solo todo el tiempo - vamos Lix, tengo mucho que contarte - el castaño se adentró con confianza a la casa y se arrojó al sofá con cansancio.

Al rubio le sorprendió no ver al mayor en la sala, incluso había dejado su desayuno sin probar en la mesa.

- ¿Ese tal Chan aún vive contigo? - preguntó devorando el cereal que se encontró.

- Si, hace unos minutos estaba aquí, debe estar en mi habitación - explicó.

Los menores comenzaron una charla extensa para ponerse al día de todo lo que había perdido el rubio, aunque gran parte eran malas noticias.

- Lamento lo de tu madre, debí haber estado aquí para apoyarte, lo siento - admitió, después de varias risas el ambiente se había decaído al mencionar el fallecimiento de la señora Lee, a Jisung le dolía mucho está noticia, ya que ellos habían crecido juntos en Corea conviviendo con sus familias la mayor parte de su niñez hasta finalmente ser enviados juntos a estudiar en Seoul.

- Aun me duele mucho recordarla, pero Chan me ha ayudado bastante, estoy muy agradecido - aseguró.

- ¿Chan?, No quiero que pienses que lo estoy juzgando sin conocerlo pero en realidad el me causa mucha incomodidad - declaró.

- No es para nada lo que parece Sung, en realidad el es amable y atento, me consoló cuando perdí a mi madre y gracias a él no me he sentido tan solo mientras no estabas.

- Parece que me has encontrado un rermplazo - soltó con cierto tono.

- Claro que no Hannie, tu siempre serás mi mejor amigo y hermano - recalcó.

- Voy a confiar en eso, ¿Podemos ver una película?, Hace tiempo que no vemos una juntos.

El rubio aceptó gustoso y se pasaron el resto del día viendo películas y comiendo chucherías. La ausencia del azabache confundió un poco al menor, estaba preocupado porque este se la pasara aburrido en alguna parte, pero tampoco había podido despegarse del castaño para ir a buscarlo.

- Desde ese día siempre cierra sus ventanas por las noches - contó el castaño.

- ¿Y tú por qué te ponías a espiar a tu vecino?, Debió ser incómodo para el.

- Estaba aburrido y mi habitación tiene una vista a su ventana, no pensé que me descubriría, además note que hace cosas extrañas en su computadora, es realmente aterrador.

- Ya está oscureciendo, ¿Que quieres de cenar? - preguntó revisando la hora.

- He comido muchas papitas todo el día, cualquier cosa que no sea salada - explicó sobando su estómago.

El menor asintió sonriente, antes de cualquier cosa avanzó hasta su habitación, quería revisar dónde de encontraba el azabache, no lo había visto en casi todo el día y estaba preocupado de que este se encuentre aburrido, al menos intentaría unirlos s ellos en la sala.

Solo esperaba que aceptara o al menos que estuviese de buen humor.





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EL PRAKLOO / CHANLIX (adaptación) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora