EXTRA DE NAVIDAD

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Un poquito tarde pero seguros amores, espero que hayáis pasado felices fiestas. Ojalá que os guste este pequeño extra que he querido escribir para despedir a los personajes <33 dadle amor, os adoro! 

KEISHA

Nunca he sido precisamente fan de la Navidad, es más todo lo contrario; porque tanto a Trent como a mí podría catalogársenos de auténticos Grinchs.

Llevamos juntos más de cinco años y en todo este tiempo, ni una sola vez, hemos decorado la cabaña.

Hasta ahora, claro.

Este año todo va a ser diferente.

Y todo debido a los dos preciosos bebés que ya reclaman mi atención desde su cuna, pidiendo su dosis de leche materna.

Comparto una mirada de circunstancias con Trent, que me dedica una sonrisa de aliento. Los dos estamos agotados, hemos perdido la cuenta de las noches que llevamos sin apenas pegar ojo desde que salimos del hospital – después de un parto por cesárea bastante extenuante para mí por todo lo que tardé en dilatar –, pero aun así no nos cambiaríamos por nada ni por nadie.

Lo cierto es que durante un buen tiempo me asustaba la idea de ser madre, es una sensación tan única e indescriptible – pero tan acojonante a la vez – que yo creo que realmente es imposible llegar a comprender todo lo que implica hasta que lo experimentas por primera vez.

Requiere de muchos sacrificios, empezando por las horas de sueño – que se han visto mermadas de forma alarmante – pero vale la pena con creces cada vez que los miro y pienso que son el fruto de nuestro amor. Y Trenton ha sido un apoyo incondicional, todavía me asombra lo mucho que se ha volcado conmigo y con los niños desde que supimos que estaba embarazada.

En el parto no hizo otra cosa más que alentarme y darme fuerzas, recordándome que soy la mujer más valiente e increíble del mundo y estuvo ahí sosteniéndome de la mano cuando amamanté por primera vez a los mellizos; Phil y Erika.

Todavía nos estamos adaptando a esto de ser padres. No es precisamente un camino de rosas, pero estamos poniendo el mejor de nuestros empeños por darles a nuestros hijos la infancia feliz y plena que se merecen. Esa que nosotros no pudimos vivir.

Si algo tenemos claro es que los criaremos con todo el amor de nuestro corazón, que siempre serán nuestra prioridad.

Al principio, cuando el test salió positivo y me enteré de que estaba embarazada estaba cagada de miedo y pensé que Trent se desmayaría cuando se lo conté, pero se repuso enseguida y reaccionó con una entereza digna de envidia.

Desde ese momento supe que, pasara lo que pasara, siempre podría contar la tranquilidad de que lo tendría a mi lado en las buenas y en las malas.

Y es un padre fantástico, como también es el esposo perfecto. Aunque, conociéndolo, seguro que si se lo dijera lo negaría. Hay cosas en las que seguimos trabajando, inseguridades que no desaparecen tan deprisa.

Pero lo que cuenta es intentarlo hasta el final y aprender de cada golpe.

Cojo en brazos a los bebés y me siento con ellos, acomodándolos uno a cada lado de mis pechos para que empiecen a succionar. Todo ello bajo la atenta mirada de Trenton, a quien parece que está a punto de caérsele la baba.

—¿Eres consciente de lo sexy que es esta imagen? — musita, con los ojos brillantes.

Me echo a reír. Los mellizos ni se inmutan, siguen mamando como si no hubiera un mañana y sonrío al verlos. Esos rostros angelicales, el pelo rubio de Erika contrasta con el castaño de Phil. Pero ambos han sacado nuestros ojos marrones.

Trenton: Peligrosa adicción ✔ COMPLETA ©️ EN FÍSICO CON MATCHSTORIES EDITORIAL Donde viven las historias. Descúbrelo ahora