THE LYING GAME. | Levi Ackerman x OC.

- 06 - Recuerdos perdidos.

"Oh, who is she?
a misty memory
a haunting face.
Is she a lost embrace?
Am I in love with just a theme?"
- Who is she.

¿Puede alguien ser tu salvación al igual que tú destrucción?
Por que eso es lo que tú eres.
Mi caos, mi perdición, mi salvación.
El desorden de emociones que provoca tu sonrisa, me enfermiza.
El caos que ordenas y lo bien que encajas en mi vida.
Querido caos, jamás cambies.

***

Otra vez no, por favor.

Mi mirada buscó entre los árboles al niño. Desesperada, me eché hacia atrás.

- ¡Que quieres! - exclamé furiosa.

Corre.

¡Corre!

Esa voz...

Mi cabeza se elevó, mirando al cielo, opacado por las estrellas y por la noche. Giré sobre mis talones, buscando el origen de esa voz. Una voz grave y rasposa, llena de furia y desespero.

Esta vez no me quedo de brazos cruzados.

Tome un impulso y comencé a correr con todas mis fuerzas, guiándome por la voz.

El bosque, una vez más, pareció cobrar vida. Los árboles susurraban encantamientos sin sentido, mumuros perdidos, oraciones sin coherencia. Parecía un lenguaje distinto, más bonito, mágico. Sus oraciones parecían melodías y cantos, cargados por una melancolía inexplicable. Aquellos árboles eran seres vivos, con sentimientos y deseos, y en ese momento, parecían añorar todo aquello que no tenían; todo aquello que les privaron, arrebataron.

Aquellos árboles tenían una historia no contada.

Mi cabeza voló hacia el origen de aquella voz, moviéndose de un lado a otro, completamente atenta a sus siguientes palabras.

Pequeña, no intentes encontrarme.

- ¿Por que? - pregunté en un murmuro suave.

Por que yo soy tu.
Soy la peor versión de ti.
La que escondes.
Soy tu otra faceta.

Solté un jadeo, tanto de sorpresa como de horror. Notaba como el aire me faltaba, como si alguien me estuviese apretando los pulmones, impidiendo mi respiración. Mis manos buscaron a algo donde agarrarse, y me sujete de un árbol para recomponerme.

Ayúdame...

Me sobresalté al escuchar la voz provenir de el árbol. Esta vez no era la misma que antes. Era un tono suave, como una acaricia a mi oído.

- ¿Que? - pregunté aturdida. - ¿Quién eres? ¿Cómo te puedo ayudar?

El árbol no respondió, y pareció hincarse hacia el suelo. Sus ramas se tornaron hacia abajo, algunas cayéndose en el proceso. Sus flores se volvieron marchitas, débiles, y algunas volaron lentamente con la brisa, hasta finalmente caer al suelo. Sus pétalos, antes de tacto suave, ahora era áspero.