Capitulo 1

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- ¿Estoy en Liyue? - el pequeño Goku ladeo su cabeza mientras miraba a la mujer frente a él.

Debido a la notable diferencia de altura miraba hacia arriba para poder verse los ojos.

- Así es pequeño, dime, ¿en donde vives?, quizás este cerca y pueda llevarte a salvo... - Ganyu miraba hacia abajo viendo al pequeño con una expresión amable.

- "Aunque... Nose si lo voy a cuidar a él o cuidar a los ladrones de tesoros de él" - la mujer se llevó una mano a su mentón mirando de reojo a varias pandillas de ladrones, con la peculiaridad de que estaban completamente inconscientes, además de estar visiblemente heridos.

Se estaba cuestionando si de verdad el niño los había derrotado justo como él aseguraba, pero éste no se veía como alguien bueno en el arte de mentir.

- ¿Yo?, vivo en el Monte Paoz - exclamó con una gran y alegre sonrisa.

- "Monte Paoz... Monte Paoz... Monte Paoz..." - la mujer se llevó una mano a su mentón mientras se perdía en sus pensamientos mientras repetía una y otra vez tal nombre tratando recordar donde se ubicaba.

Estando así por varios minutos, por más que pensara no encontraba en su memoria tal lugar.

¿El niño era extranjero?

Esa fue su conclusión más lógica, pero aún así seguía pensando donde estaba tal lugar.

En todo ese rato Goku no despegó la mirada de Ganyu, mirándola con detenimiento, ahora que lo pensaba, su cuerpo era como el de su amiga Bulma.

- "Hasta tiene otro trasero en el pecho..." - pensó bastante intrigado mientras miraba el busto de la mujer, lo cual le genero una duda que debía solucionar.

Sin que Ganyu se percaté, el pequeño niño se le acerco invadiendo su espacio personal, quien usando su mano derecha pálmeo un par de veces justo en la zona íntima de la chica.

Quién al sentir tal acción sólo abrió por completo sus ojos, lentamente mientras su cuerpo le temblaba bajo su mirada viendo al niño.

- ¡Eres una chica!, ¿verdad? - pregunto mirando con ingenuidad a la fémina.

Chillidos eran lo único que escapaban de la boca de la pobre chica, estaba en completo shock, no tenía ni la menor idea de cómo responder o proceder, en sus 3 mil años de vida nunca nadie la había tocado justo en ese lugar.

Posteriormente a que una pequeña cantidad de vapor escapara de sus orejas, tras espabilar, solo pudo hacer una sola cosa....

- ¡¡GHYAAAAAAAHHHH!! -

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- ¡Hermana, hermana, vamos a jugar a las escondidas! - un niño le grito con euforia a su hermana, quien asintió con el mismo entusiasmo comenzando a seguirlo.

- Éste par... - una mujer adulta negó con su cabeza mirando a los niños alejarse. - Alguien tiene que ir a vigilarlos.... - suspiró mientras se ponía de pie, para luego mirar de reojo como alguien hacia mi mismo. - ¡No me refería a ti Nilou! - exclamó agitando sus manos mientras negaba con la cabeza.

- Me gusta jugar con los niños, tampoco hacía falta que me lo
dijeras - respondió con una dulce sonrisa.

- Mientras yo trabajaba tu estuviste aguantandolos en tu descanso, yo cuidaré a mis hijos ahora, tu quédate y come - la mujer refuto con una ligera sonrisa.

- Supongo que me quedaré a comer un poco más de dulce, si necesitas ayuda no dudes en pedírmela Rekhar-san - Nilou tomo asiento mientras le sonreía a la mujer, apoyo su rostro sobre su mano haciendo resaltar un poco su lindo rostro.

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