Capítulo 23:

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Luca se quedo pensativo, con la mirada clavada en el techo de la habitacion, mientras los pensamientos sofocaban su mente. Su mano se deslizaba lentamente a través de la espalda desnuda de Elena, sin advertir que la bella dama se encontraba despierta desde habia algunos minutos.

El contemplaba un punto fijo en el techo, mientras ella lo contemplaba a el y su expresión de duda casi constante.

—¿Qué tienes, Luca?—pregunto Elena ligeramente.

El chico de mirada tormentosa se sorprendio ligeramente, mientras tragaba duro, volviendo su mirada hacia ella.

Las caricias se detuvieron, mientras el apartaba el brazo de su cuerpo. Ellos no eran nada, y Luca debia respetar aquello.

—Hay algo que no me convence—admitio el, mientras su boca se torcia hacia un costado.

—¿Sobre... nosotros?—hablo lentamente Elena—, ¿sobre esto?

La chica de cabello dorado hizo un gesto entre ambos, deslizando su dedo de uno al otro.

Otra mirada perpleja de Luca hizo que mas dudas se posaran en el rostro de Elena durante algunos instantes. Antes de que el simplemente continuara hablando.

—Sobre el hombre que fue al estudio.

—¿El de la moneda?—dijo Elena con cierta frustración—. Siempre hay gente extraña y loca que cree que puede hacer negocios luego de ver un par de programas de televisión.

Luca asintió con la cabeza, pero ciertamente, el no estaba conforme con aquella respuesta. Para el habia algo mas allí, un trasfondo mas profundo y delicado. Algo de lo que Elena se percato al instante.

>—Pero tu no crees eso.

—Solo se, que aquí hay mas de lo que vemos... el no me agrado, y me genero una sensación extraña—la boca del hombre volvió a torcerse hacia un costado—. Creo que deberíamos decirle a Dorian, mis instintos rara vez se equivocan.

Elena se elevo ligeramente sobre sus brazos, para acariciar un lado del rostro del hombre. Ante el contacto, Luca se puso tenso, pero lentamente comenzó a seder y relajarse, aceptando aquello.

—Esta bien, si eso te deja mas tranquilo, le informaremos a Dorian...—respondio ella mientras acariciaba el rostro de Luca con suavidad—, pero cuando regrese de su viaje.

—Me parece bien... no quiero arruinar su propuesta—dijo el chico de mirada tormentosa mientras suspiraba una sonrisa mas floja y suave.

Pero fueron las palabras de Luca, las que lograron arrebatarle el color y la calidez del rostro de ella.

—¿Propuesta?—susurro Elena sintiendo la presión en su pecho ir en aumento—. ¿Dorian le va a proponer matrimonio a Daphne?

—Si, me lo confeso hace unos días atrás... le ayude a escoger el anillo... ¿Te encuentras bien?

Los pensamientos de la bella dama volaban de manera volátil y poco amable en su mente. Pero incluso, en contra de todo pronostico ella respondio:

—Si, estoy bien—la mentira mas grande de la historia, y la mas común de todas, mientras intentaba escapar de la cama.

Pero Luca la tomo de la mano, empujándola nuevamente al calor del mantas y sus brazos.

—No puedes mentirme, no a mi, que puedo leerte como a un libro abierto—dijo el con énfasis y demanda—¿Qué ocurre Elena, aun tienes sentimientos por Dorian?

Elena observo algunos instantes el rostro de Luca antes de escupir un bufido astiado.

—No, no es eso... lo que pasa es que... es la idea del matrimonio—explico ella lentamente—. Siempre soñe con casarme, independiente de mis acciones, siempre desee eso... y ahora...

—Ese sueño es mas lejano—respondio el, sosteniendo su mirada.

Elena asintió lentamente, mientras pasaba una mano por su rostro.

—La idea de pertenecer a alguien y que ese alguien perteneciera a mi... siempre desee eso.

Luca comenzó a sonreir en su dirección, pero de algún modo, aquellas palabras hicieron un eco en su mente, como si lograran despertar sueños de antaño.

—Pertenecer... Daphne pertenece a alguien...—articulo Luca poniendose de pie, apartándose de manera veloz de la bella dama.

—Si, ella pertenece aun a la agencia...—comenzó a decir ella lentamente.

—No. Daphne no puede pertenecer a la agencia ni a Dorian, porque le pertenece a alguien mas—Luca salió disparado de la cama, sintiendo que su corazón latia de manera frenética—. Ella me conto, hace mucho tiempo, la historia de su vida pasada... de ella y de Enzo.

—¿Quién es Enzo?—pregunto Elena sin comprender en absoluto la situación.

—Su dueño, y creo que es el mismo hombre que fue al estudio con la moneda...

—Alto, Luca, detente... ya se a lo que apuntas con esto—dijo la bella dama alzando las manos en el aire, mientras el chico de mirada tormentosa salia de la cama—. Son solo coincidencias.

—No, una vez es coincidencia, dos casualidad... tres ya es algo mas—hablo Luca, mientras se colocaba la remera y luego la chaqueta.

—¿Lo dices por lo que ocurrió con Aiden?

El chico de mirada tormentosa se detuvo, sintiendo como su pecho se cerraba y el corazón se le apretaba en un puño. Lentamente se volvió hacia Elena, sintiendo osco y rabia por solo ser capaz de escuchar su nombre y no de volver a ver su rostro.

—¿Qué tiene que ver Aiden en todo esto?—siseo Luca con los dientes apretados.

—Tiene mucho que ver, porque ahora solo buscas culpables, monstruos y asesinos por todos lados. Estas dañado, Lucas y solo ves eso en el mundo—respondio Elena con lentitud.

Una sonrisa cruel sigsagueo en los labios de Luca, mientras sus dientes se apretaban con feroz rabia contenida.

—No quieras psicoanalizarme, Elena, no tu que tienes tanta mierda como yo... ¿o acaso crees que es normal buscar sanar tus heridas con sexo?—las palabras del hombre fueron directas y crueles.

—Si, puede que este dañada, pero al menos admito y reconozco cuando tengo la culpa de algo, me hago responsable y no busco culpar a nadie mas por mis acciones—siseo ella con palabras afiladas.

Las palabras golpearon a Luca en el rostro, en el pecho y cada parte de su cuerpo. Al instante, la diosa dorada se arrepintió de lo que dijo, pero ya era tarde.

—Luca, yo...

—Vete a la mierda, Elena—respondio el con palabras afiladas—. Me das pena, porque nadie te amara jamás del modo que quieres... ¿Y sabes por que? Tu exterior es hermoso, pero por dentro eres una manzana podrida.

Luego de escupir aquellas palabras, Luca salió del lugar a gran velocidad, necesitando poner la mayor distancia posible entre ellos.

o o o o o o o o

Enzo se habia pasado las anteriores seis horas vigilando a Luca y Elena, y planeaba seguir con aquello los próximos días. Necesitaba reunir toda la información posible antes de atacar.

Sabia que Dorian no estaba en la ciudad, al igual que Daphne. Eso le daba una gran ventaja para seguir avanzando en su plan.

Desde su auto, vio a Luca salir del edificio, azotando la puerta e insultando en voz alta. El sonrio satisfecho ante aquella visión.

—Divide y venceras—canturreo el con una sonrisa radiante, mientras suspiraba y tomaba su celular.

El tono sono un par de veces antes de que la voz que tanto esperaba respondio:

>—Ya es momento de que aparezcas en escena. Es tu turno.

Besos de Medianoche 3: GravedadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora