Capítulo 27:

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—No pienso hacerlo—dijo Dorian con los labios apretados firmemente—. Puedes matarme o quedarte con lo poco que aun conservo, pero no pienso hacer eso...

Enzo sonrio, antes de liberar un dejo de suspiro. La noche habia pasado a gran velocidad, como si un fugaz parpadeo arrancara las estrellas del cielo dándole paso al nuevo dia. Ahora, el sol comenzaba a asomar en el extremo de la ciudad tintando todo de tonos pasteles calidos.

El parque al que habían decidido ir para hablar estaba muy cerca de la casa del millonario, pero lo suficientemente lejos como para entablar aquella maldita conversación.

Desde hacia varias horas, la calidez y la rabia de Dorian se habia convertido en un frio temor, mientras la sensación de estar negociando con el mismísimo rey del infierno no se apartaba de su corazón.

—Lo vas a hacer... veras, Dorian, todos tienen un presio. Todos—comenzó a decir el hombre, de pie ante el, mientras encendia un nuevo cigarrillo—. Puede que el tuyo no sea el dinero, pero las emociones te dominan, te controlan... tu precio es Daphne.

—No voy a dejar que la lastimes, pasare todas mis noches en vela vigilando para asegurarme de que no le toques un solo cabello de ser necesario—escupio con asco Dorian, sosteniendo la mirada de Enzo con una firmeza inquebrantable.

—Puede que yo no pueda acercarme, pero ¿Cuánto crees que demore la justicia en atrapar a una asesina libre?—canturreo Enzo con emoción, y ante la mirada perpleja de Dorian aclaro con lentitud—. Tengo pruebas que demuestran que Daphne Moon es la asesina de Aiden y Erick... si esas pruebas son llevadas a la justicia, no tendrán mano suave con ella, la destrozaran de un modo que nadie lo hizo hasta el momento. Daphne descenderá el ultimo peldaño.

—No serias capaz de hacerlo... la amas, lo puedo ver... si haces eso seria peor que...

—¿Qué la muerte? Si, lo se. Seria encerrarla y arrojar las llaves lejos para toda la eternidad—canturreo con calma Enzo—. Veras, si ella no es mia no será de nadie mas, Dorian, entiendelo... por eso tu tienes dos opciones.

—No puedo hacerlo, lo que me pides es...—la garganta de Dorian se cerro ante el mero pensamiento y su voz fallo. No podia creer que habia llegado a ese punto, ese maldito nivel.

—Claro que puedes hacerlo, solo que no quieres hacerlo... pero lo haras, Dorian, ambos lo sabemos—hablo finalmente Enzo, mientras arrojaba la colilla del cigarro al suelo—. Tienes hasta esta tarde para dejar la ciudad. Si no lo haces, ya conoces las consecuencias... que tengas un lindo dia.

Simplemente asi, sin emitir un solo sonido mas, Enzo se aparto, se marcho de allí, con una sonrisa arrogante y pasos relajados, propios de un hombre que sabia que habia vencido.

o o o o o

Luca:

El sentía como todo su cuerpo estaba tenso. Incluso hasta la piel alrededor de sus ojos. No deseaba haber oído lo que escucho, no lo deseaba en lo absoluto, porque ahora sentía como el fuego del odio y la rabia ardían con fervor en su interior.

—Luca...—susurro Elena a su lado, tomándolo de la mano, intentando traer su mente al mundo de la realidad. Y lo consigio.

Desde que Daphne habia abierto la boca, desde que ella comenzó a tramar aquel maldito plan, toda la vida de Luca se habia ido por un caño...

No. El no podia culpar a Daphne de esa situación. Su maldita vida estaba en un caño de drenajo desde que abrió los ojos al mundo por primera vez el dia de su nacimiento.

Aun asi, debia admitir que ese se estaba convirtiendo en uno de los peores días de su vida.

—Estoy bien—dijo con tono rasposo Luca, intentando convencerse a si mismo de sus propias palabras.

Sin embargo, cuando vio la melena rojiza de Meliza acerrcarrse a gran velocidad, su cuerpo volvió a tensarse aun mas.

—Hola... ¿Qué ocurre que Daphne me mando a llamar tan deprisa?

Luca trago duro, intentando digerir todas las emociones que se aglomeraban en su interior, mientras sostenia la mirada de Meliza. Al instante, la agente de cabello rojizo se puso nerviosa, comprendiendo que algo no marchaba bien.

—Necesito los papeles, toda la documentación, Meliza—hablo Luca con tono monotono y lineal.

—¿Qué papeles Luca? Tengo acceso a muchos...—comenzó a decir ella con tono sarcastico, intentando aligerar la tensión que se percivia en el aire.

Pero Luca no tenia intenciones de ir como amigo. Para el, su único amigo se encontraba sepultado bajo tierra y ella era la causante directa.

—Los papeles donde dice que la agencia envio a matar a Aiden. Esos papeles, los mismos que tu manipulaste, Meliza—escupio el con repudio.

—Lo sabes...—exalo ella con una mescla de desesperación y terror reflejada en su rostro.

—¿Cómo demonios fuiste capaz de hacer eso?—gruño Luca con los dientes apretados.

—Lo hice por ti... no quería que murieras, quería que fueras libre, que vivieras libre y fueras feliz—tartamudeo Meliza con lagrimas derramándose por sus mejillas.

—¿Aun no te diste cuenta? Igual me mataron, yo estoy muerto, Meliza—dio finalmente Luca con sus ojos llenos de lagrimas—. Estoy vivo solo porque respiro, pero mi alma y corazón se fueron con el.

El silencio se impuso en el lugar, mientras ambos se miraban con pena, dolor, rabia y recelo. Lentamente Elena carraspeo, intentando distender la incomoda situación.

—Yo habría hecho lo mismo en tu lugar, Meliza—hablo Elena sosteniendo su mirada con firmeza—. Por amor soy capaz de hacer cualquier cosa... igual que tu, Luca—agrego ella cruzando la mirada hacia el ex agente—. Somos esclavos del amor, adictos a esos sentimientos.

>—Ahora dime ¿podemos confiar en ti para acabar con la mierda de la agencia?

—¿Ustedes quieren acabar con la agencia?—pregunto parpadeando reiteradas veces ella, intentando arrebatar la angustia de su garganta—. Daphne quiere acabar con la agencia... Lo hare, digan lo que necesitan. Los voy a ayudar si con eso puedo romper mis propias cadenas.

Entonces Elena comprendio porque podia confiar en Meliza. Al igual que en Daphne y Lucas.

Todos ellos querían una sola cosa, peleaban por un mismo objetivo.

Su libertad.

Besos de Medianoche 3: GravedadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora