Besos de Medianoche 3: Gravedad

Capítulo 30: Final

Un año y seis meses mas tarde:

Solo un mes después de lo ocurrido, Dorian y Daphne decidieron consumar la boda. Fue una ceremonia simple, con los pocos amigos que los habían acompañado siempre y algunos nuevos que lograron hacer en el camino.

Cuando finalmente Enzo fue enjuiciado por robo y estafa, y fue llevado preso, ellos sintieron paz. Sin embargo, la posterior caída de la agencia también logro aliviar todos sus temores.

Ellos fueron acusados de la muerte de Aiden, y sorpendentemente, de varios casos de violencia y abusos. Antes de notarlo, la agencia de acompañantes estaba desmantelada y solo quedaban tormentosos recuerdos de su existencia.

Los agentes fueron liberados, y Daphne se encargo de ser una de las principales ayuda para reincorporar al mundo a todos ellos, quienes habían permanecido en la oscuridad demasiado.

—Aun no lo puedo creer—dijo Dorian mientras sacudia un pequeño obsequio entre sus manos.

—¿Qué estemos vivos, juntos y felices?—respondio ella con una sonrisa burlona.

—Eso también—un guiño de ojo de Dorian se disparo hacia ella—. No, me referia a Aiden... no puedo creer que ya este en camino.

—Si no logro que el delineado quede parejo, lo conoceremos cuando cumpla un año—respondio Daphne trazando una fina línea sobre su parpado móvil. Cuando finalizo, sonrio en confirmación al espejo—¿Tienes todo?

Dorian sonrio entusiasmado, poniendose de pie, mientras ofrecia su brazo para salir del lugar.

>—Bueno, guapeton, vayamos a conocer a nuestro ahijado.

o o o o o o o

Luca:

El había visto sangre y muerte, creyó ver las cosas mas aterradoras de la vida. Pero nada lo preparo para contemplar el nacimiento de su hijo.

Cuando se entero de que Elena estaba embarazada de él, el pánico se había apoderado de él, pero fue solo un instante. La noticia de la llegada de ese bebé cambio su vida por completo.

Otro hombre, decía Daphne que era. Uno mejor, con nuevos valores y un propósito claro en la vida.

Intento tener una relación con Elena, formar una familia quizás, pero no lo consiguió. Los demonios que lo ataban seguían atormentándolo. Sin embargo, se volvió el mejor amigo y guardián de ella, un confidente y compañero, justo lo que ambos necesitaban.

No se amaban del modo que Dorian y Daphne lo hacían, pero no podían negar que ambos tenían sentimientos hacia el otro.

La decisión del nombre fue por cuenta de Elena. Al enterarse que era un niño, propuso el nombre y Luca simplemente lo acepto. Aun no estaba preparado para decirle que ese había sido su más profundo deseo.

Los padrinos fueron demasiado fáciles de escoger, los cuatro se volvieron muy unidos luego de que el infierno se desato sobre ellos. Se habían acompañado en los malos momentos, ahora se merecían los cuatro un final feliz.

—Es perfecto—susurro Elena con una sonrisa cansada mientras observaba al pequeño en sus brazos.

—Claro que es perfecto, sus padres lo son, el también lo es—canturreo con orgullo Luca mientras observaba al pequeño de nariz respingada—. Eres tan hermoso y perfecto como tu nombre.

—Y como el hombre que le dio su nombre, también—dijo Daphne de pie en el umbral de la puerta—Felicidades, es maravillosamente precioso.

—Gracias, Daph—respondió Elena, mientras tomaba la mano de ella con su mano libre—. Creo que sufrió más Luca que yo en el parto.

—Mentiras y calumnias, no creas nada.

—En ese caso, será una bendición que nosotros nos ahorraremos de la parte dolorosa—hablo Dorian rodeando a Daphne por detrás, mientras observaba con atención al pequeño Aiden.

El no había dicho nada al respecto del nombre, si estaba feliz o si le generaba dolor estaba guardado en lo mas profundo de su ser.

—¿A qué te refieres? —pregunto lentamente Luca lanzando miradas entre ambos.

—Nos llamaron esta mañana... mañana tenemos la entrevista—la emoción de Daphne se filtraba de su rostro—. Por fin podremos adoptar.

Tanto Luca como Elena no tardaron en felicitarlo, emocionados por aquel gran logro. Finalmente, ellos tendrían lo que siempre habían deseado, una familia amorosa.

Una que construirían día a día.

Con mucho amor.