Misión 15: Escape

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Era tarde, ya había pasado su hora de comer.

- Creo que hoy tampoco nos darán de comer. - murmuró Damián. - y es extraño porque... Cada tres días vienen a alimentarnos.

Anya bajó la mirada. Ellos estaban atrapados allí en esa habitación donde no llegaba la luz del sol, pero el reloj al otro lado del vidrio en dónde estaba el laboratorio los hacía poder estar conscientes de la hora todos los días.

Anya no sabía leer el reloj, pero Damián si.

Antes de que la niña pudiera decir algo, las puertas del laboratorio se abren. En ese momento se observan dos científicos hablando entre ellos.

No se podía oír lo que decían. Damián miró a Anya.

- Nuestro plan se arruinó segundo. Nadie traerá comida hoy, están ocupados con la nueva herramienta.

- ¿Nueva herramienta?- el niño la mira ahora confundido.

Ella asiente.

Damián suspira. Qué desastre, morían de hambre, habían bajado mucho de peso, no creía que podría soportar mucho tiempo más. El de ojos cafés entonces se observa fijamente el brazo, tenía un moretón dónde le habían inyectado ese suero.

- ¡Eso es! - dice.

Finalmente se le ocurrió otra idea para salir.

(...)

- ¡Auxilio! ¡Auxilio! ¡Que algún cuintifico venga! ¡El segundo está todo tiradote en el suelo!- chilló Anya.

Esos ruidos de la niña de cinco años se escuchaban a las afueras de la habitación como ecos.

A los minutos una persona abre la puerta. Una mujer con bata blanca.

- ¡¿Qué ocurre aquí?!

- ¡Mire al segundo!

El niño estaba en el suelo convulsionando.

La mujer ahora palideció.

- ¡Pero... Cómo...

- ¡Seguro es un efecto advieso a la inyección que le dieron!- trató Anya de imitar el guión que estaba pensando Damián para que ella lo leyera de su mente.

- "Es adverso, Anya" - le responde Damián telepáticamente.

- E...efecto adverso.- repite.

- Tengo que buscar el anticonvulsivante.- dijo la mujer y corriendo fuera aceleradamente.

Era justo lo que querían, en su descuido y rapidez dejó la puerta abierta.

Damián deja de actuar y se levanta del suelo, mira a la niña con decisión y ambos sonríen. Anya toma la mano de su amigo y corren por todos los pasillos del lugar.

La mujer estaba retroceso.

- Olvidé cerrar la... puerta.- dijo la última frase al ver cómo la melena rosa de la niña desaparecía al fondo del pasillo. - Fui engañada.

La mujer entonces corrió en persecución de esos niños.

Damián seguía a Anya por todos lados, ya que sabía que ella podía ir por los lugares dónde no escuchara voces en su mente.

De esa manera saldrían de allí. Sin embargo... El lugar era tan grande, no tenían idea de dónde estaba la salida.

- Anya, espera... Tenemos que detenernos aquí. - dice Damián. - ¿A cuál sitio iremos si no conocemos la salida? Esto parece un laberinto sin fin.

- "¿Dónde se habrán metido?"- eran los pensamientos de esa mujer.

La niña de cinco años tomó a su amigo y se escondieron bajo una mesa.

Adiós Oscuridad. - Anya x Damián.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora