Misión 17: Pesadez.

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Loid había sido llamado por Sylvia de vuelta a la oficina. Pensando que se trataba de una nueva misión que le quería explicar personalmente, se dirigió hasta la oficina.

Sin embargo, terminó siento recibido con una fiesta por parte del personal. Todos celebraban el hecho de que por fin, luego de tanto tiempo y esfuerzo la misión principal de Twiligth había llegado a su fin.

Donovan Desmond no estaba implicado en cosas que pudieran perjudicar la paz.

— Me encuentro muy halagado. — dijo Loid ante el trato que le ofrecían.

— Te hemos preparado incluso una medalla y una insignia que simbolizan tu ardúo trabajo. — habla Sylvia.

Aplausos inundaron el lugar.

Loid entonces se mostró feliz, tenía un peso menos. Sin embargo, su jefa comentó algo que le congeló el aliento.

— Ya eres libre y no tienes que usar más la identidad de Loid Forger, por lo que puedes  desintegrar tu familia falsa y nosotros, dejaremos de costear la colegiatura de Edén.

Esas palabras fueron como un balde de agua fría, él no se acordaba de ese detalle. La separación a la que tenía que enfrentarse.

Él confió finalmente en Anya y Yor. Su corazón hizo una excepción y decidió abrirse a ellas a pesar de su condición de espía y eso era algo que por boca de la terapeuta Sylvia sabía.

Había aprendido a amar a Anya y estaba descubriendo cosas que jamás había sentido por una persona con la cercanía de Yor. Él quería terminar de descifrar qué era lo que sentía por la pelinegra.

Además, le gustaba su trabajo como Psiquiatra y a la vez le gustaba la vida que tenía en el espionaje.

¿Abandonaría la vida que Loid Forger aún cuando esa vida me agradaba tanto?, ¿Abandonaría a Anya como la abandonaron otros en otras oportunidades?

— Es bastante raro descifrar lo que realmente piensas porque te volviste un espía tan perfecto que no somos capaces de distinguir la verdad de lo falso en tus acciones. — habló la peliroja nuevamente.

Loid alzó su mirada.

— Sin embargo, esta vez... Tus ojos me muestran claramente un reflejo de lo que piensas.

— Yo, la verdad...

— Lo ideal es que un espía no tenga lazos familiares, Twiligth, pero, ¿Crees que eso realmente aplica a todos aquí?

No. Él sabía que no, todos son humanos, así que aunque intentaran eliminar sus emociones es inevitable no sentir. Todos se han enamorado alguna vez , muchos han formado una familia, solo que como era más arriesgado, tenían que aprender a esconder su rastro de criminales para proteger a los que aman.

(...)

Anya volvió a toser una vez más. Mientras estuvo en el hospital, nadie comentó nada sobre su tos.

Su tos, sin embargo era ocasional. ¿A qué se debía?, cada vez que Anya tosía, una mancha de sangre pequeña se formaba en su mano. ¿Debía preocuparse?

Sin embargo, al escuchar los pensamientos de Loid esa mañana, olvidó por completo su malestar.

"Hoy Anya se reintegra a clases, pero... ¿Será su última semana en Edén?"

Eso hizo que los ojos de la niña se abrieran como platos, entonces observó a su perro Bond.

El peludo amigo tuvo una visión momentánea, dónde Anya y sus padres adoptivos terminaban tomando caminos diferentes. Yor se iba a vivir con Yuri, Anya terminaba en otro orfanato.

Los ojos de Anya se llenaron de lágrimas. No, ella no quería dejar de ser una Forger. No le importaba que ese apellido fuera falso, o que su familia fuera falsa. No le importaba seguir mintiendose a sí misma para siempre, ella quería una mamá que la amara, un papá que la protegiera.

Ya no quería volver a la soledad, estando sola recordaría su pasado una y otra vez, entonces la terapia no habría servido de nada.

— Loid.— habló Yor. — he renunciado a mi trabajo como asesina. — pronuncia mientras se sentaba en la mesa para desayunar.

Eso impresionó al rubio, pero fingió neutralidad.

— ¿En serio?, pero me comentas que ha sido tu trabajo desde que eras una pre adolescente.—  responde mientras tomaba un sorbo de su café.

— Si, pero...— Yor puso una dulce sonrisa. — Me he postulado para convertirme en una espía.

¡¿Una espía?! Ni siquiera Anya se lo esperaba. Entonces Bond levanta las orejas.

Loid casi escupe su café.

— Pero, ¿cómo puedes pensar en ser una espía?

— ¿Por qué no?— responde.

Entonces, ella se sonroja un poco.

— Si tenemos que separarnos, debo aprovechar mis habilidades físicas para estar cerca de tí. — entonces luego vuelve a sonreír tímidamente.

Loid sintió nuevamente una presión en su pecho, otra vez eso que no sabía que significaba.

— Vamos, Yor. No tienes que hacerlo,ser espía es peligroso, además... ¿Por qué querrías seguir mi camino?

— ¿Todavía me dices que es peligroso?, he enfrentado muchas cosas sola. Ya he ocultado mi trabajo por años sin levantar ni una sospechosa. Y además, es evidente porqué quiero seguir... Seguir...te...— mientras más hablaba el tono seguro abandonaba su voz y se iba volviendo más tembloroso.

Antes de que pudiera continuar la plática que se estaba tornando tensa. Loid observó su reloj.

— ¡Ya es tarde, Anya debe tomar el bus! ¡Vamos Anya!— sonríe, toma la mano de la pequeña, quien no había terminado de desayunar siquiera y se dirige hasta la salida.

— ¡Espera!— pero Loid cierra la puerta del departamento.

Anya levanta la mirada para encontrarse con el rostro de Loid sonrojado.

— ¿Papi tiene fiebre?

— No te preocupes, Anya.

(...)

En la Academia Edén, todos fueron llevados a la sala de conferencias antes de iniciar sus clases.

Finalmente las clases habían vuelto a iniciar, así que el Profesor Henderson inició una charla para todos los estudiantes.

Finalmente llamó a Damián Desmond, Anya  Forger y a Becky Blackbell al escenario.

— Han sido niños que tuvieron que soportar maltratos físicos y verbales, sin embargo, a pesar de todo se mantuvieron enfrentando la situación de manera valiente. Por esa razón, estos tres estudiantes adquieren una nueva Stella.

Todo el auditorio se llenó de aplausos y silbidos por parte de los estudiantes.

Anya recibió su Stella pensando, que sería la última que tendría...

Y que jamás logró ser una alumna imperial como quería su padre, pero logró mucho más que eso.

Entonces ella voltea a ver a su amigo Damián, quien ya se encontraba observándola, luego él desvía la mirada y se sonroja.

¿Todos tenían fiebre hoy?

Sin embargo, ella trató de no llorar pensando en lo negativo de su vida. En que perdería lo bueno que ha ganado.

Adiós Oscuridad. - Anya x Damián.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora