Una vez preparadas, Anya y su madre se dirigen al taxi que esperaba fuera.
De pronto dentro del taxi, Anya se encontraba muy nerviosa. Traía un bolsito de panda en sus manos, dentro se encontraba un presente que ella misma alistó para Damián.
"— No debes hacer escándalos, berrinches, tocar nada. Debes ser respetuosa y siempre amable con Damián."
Recordó las palabras de su padre antes de salir.
Las estrellas brillaban en el bello cielo de la ciudad. Una vez que Yor y Anya bajan del auto, sienten la fría brisa de la noche rozar sus pieles.
Era una casa inmensa. Yor se presenta ante los guarda espaldas dando su invitación y éstos la dejan acceder. Anya toma su mano y se adentra en el maravilloso jardín de esa casa. Los sirvientes de esa manera los escoltan hasta la sala de fiestas donde había un banquete ya preparado.
Las madres se encontraban ya en sus asientos.
— ¡Oh Yor, haz llegado!— sonríe Melinda.
Ella se levanta de la mesa y se dirige hasta Yor para darle un cordial abrazo.
— Tú debes ser Anya.— le dice a la pelirosa.
Anya responde tímidamente.
— Muchiio gusto.
La madre de Damián queda encantada con la ternura de ella.
— ¡Es demasiado linda!— dijo con sus ojos brillantes. — Bueno Anya, los amigos de Damián se encuentran en la sala de juegos ahorita, puedes ir con ellos. Nuestra mucama te guiará.
Anya asintió preocupada. Si estaba Emile y Ewen la insultarían apenas la vieran. ¿Qué podría hacer?
La mucama la guiaba en su ruta hasta que llegaron a la sala de juegos. Ella abre la puerta y le sonríe.
— Disfrute su estadía, señorita Forger.
Fue todo lo que dijo la chica, cerrando la puerta. Había toda clase de juegos e inflables. Los ojos de Anya brillaron de emoción.
Pero... ¿Y la gente?, la madre de Damián había dicho que allí estarían los demás niños.
Entonces ella escucha un pequeño ruido.
— Piuuumm
Se acerca a un rincón de la sala, y allí se encontraba el castaño jugando con todos sus muñecos.
Anya pestañea varias veces y entonces, la vista de Damian se centra en ella, sus pupilas se dilatan de la vergüenza y se sonroja.
— ¡¿Q...q... qué demonios estás haciendo tú aquí?!
Anya vió nuevamente los muñecos.
— Entonces esos eran los amigos del segundo. — pensó en voz alta.
— ¡N...no es lo que crees!, Además ¿Cómo entraste aquí? ¿Eres una acosadora o qué?
— La mamá del segundo invitó a la mamá de Anya. Te dije que eran amigas. — respondió ella.
Damián suspiró. Entonces no decía mentiras. Su mamá era amiga de una plebeya y la había invitado.
Eso lo sorprendió, honestamente la mamá de Damián no solía tener muchas amigas y sus únicos amigos eran hijos de las amigas de su madre. En esta ocasión, Damián no quería tener invitados, pero su madre invitó a esta niña tan fastidiosa.
— Toma.— dijo Anya entregándole su mochila de panda.
— ¿Por qué querría esto?
— Dentro está el regalo de Anya.
El castaño abre la mochila y encuentra una bolsa de maníes y un disco de su programa de espías favorito.
— Me gustan los maníes, son mis favoritos. Igual que el anime de los espías, porque son personas muy valientes. — aclara.— quería darte cosas que fueran valiosas para mí, a pesar de que no sean tan caras.
— ¿Valiosas para tí?
Anya asintió.
— Anya sabe que segundo la odia por ser una plebeya. Ella sabe que lo que le obsequie él ya lo tiene. — baja la mirada.— pero, nada se compara al valor que tienen las cosas que vienen del corazón.
Ella entonces sonríe.
El niño se sonroja y queda totalmente eclipsado por las palabras de la niña.
— ¡Anya está feliz de estar aquí para celebrar con el segundo! ¡Feliz cumpleaños!
Entonces, la niña se acerca y le da un cálido abrazo. Si sus amigos Ewen y Emilie estuvieran aquí, Damián la fuera alejado de golpe, pero ellos no estaban allí.
La única invitada era ella.
— Anya, no le digas a nadie que haz venido a mi casa.
Anya entonces se separa y lo mira confundida.
— Pero si está no es tú casa, es la casa de tu mamá.
Ella había leído la mente de Melinda Desmond. Es correcto, ella vivía sola y alejada de la casa principal de los Desmond.
— Sabes a lo que me refiero.— frunce levemente el seño. — hablo de estar en mi cumpleaños. "No quiero que nadie sepa de esto. No quise invitar a nadie. Todos solo quieren estar aquí por el apellido Desmond."
— Anya nunca entendió porqué te molesta el apellido que tienes. ¿Es que es tan bonito que todos lo quieren?— dijo inocentemente.
Eso hizo que Damián por primera vez en mucho tiempo, se riera sin parar.
No podía creerlo. Ella era tan tonta.
— Como nunca me di cuenta que tú idiotez llegaba hasta tal extremo. — seguía riendo y riendo.
— No entendí nadita.— dice algo mareada.
Entonces, Damián finalmente se calma.
— Discúlpame por pensar que también querías acercarte a mí por el apellido de mi familia. — acarició su cabello.
— No, no. Me gusta el apellido de mi papi. Anya Forger suena bonito.— ella le sonríe.
— "Qué corazón tan puro... No, no pienses más. Es una plebeya. Pero... Mi madre es amiga de una plebeya."
Anya leyó los pensamientos del niño.
— ¡Vamos a jugar! — dijo sin dejar de sonreír. — ¡El menor tiene que divertirse en su cumpleaños!
Entonces Anya sube sobre un trampolín.
— ¡Ven! ¡Vamos a saltar!
(...)
En las afueras de la enorme casa, se encontraba un grupo de hombres armados.
— El rastreador nos trajo hasta aquí. — dijo uno de ellos.
— Según nuestros informantes, aquí se encuentran Melinda Desmond y su hijo menor. ¿Por qué el experimento 007 también estaría aquí?— inquiere otro.
— Eso no importa. Al acceder mataremos dos pájaros de un solo tiro. Nos llevaremos al experimento 007 y al niño. Así, podremos extorsionar a Donovan Desmond para que siga dándonos apoyo económico en nuestros experimentos.
Todos asintieron.
— Llegó la hora de terminar lo que no pudimos anteriormente. Oh, experimento 007 no creas que podrás seguir libremente.
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Adiós Oscuridad. - Anya x Damián.
Fiksi PenggemarEl último rayo de luz se ha ido de los ojos de Anya, quiénes lucen sin vida. Ella ya no quería seguir sufriendo nunca más. Ahora ella era de nuevo el experimento 007. Ahora ella debía ayudar a Damián a escapar de ese horripilante lugar. - Solo qui...