𝐄 | Lo único que tenía que hacer era aceptar un trabajo en las instalaciones del laboratorio de Corea del Sur, sin imaginar que estaría involucrada en los sucesos mounstrosos que desatarían un apocalipsis mundial.
"En la vida hay situaciones más di...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
CHAPTER TWENTY Pequeño
𝔜a he perdido la noción del tiempo. Mis manos aún sujetan el cuerpo inerte de mi hermano, mi cabeza se mantiene apoyada a la pared y cada vez que respiraba dolía, aún sin poder aceptar su muerte.
Veo en segundo plano lo que pasa a mi alrededor, a lo lejos... Todo se escucha distante. Pero ya no importa. Me siento tan decepcionada de mi misma, tan destruida, con tantas ganas de atentar con mi vida.
Porque después de todo me habían arrebatado lo que más amaba, la razón por la que seguía luchando día a día en este mundo tan dañado. Me habían quitado el único motivo que tenía para sonreír.
Necesitaba gritar, desahogarme, tenía ganas de destruir todo, necesitaba hacerle pagar por todo lo que había hecho, por todas las vidas que se había llevado.. pero de mi cuerpo no salían nada más que suaves sollozos y quejidos al intentar moverme.
Algunos intentaron consolarme, pero solo obtuvieron mi ignorancia en respuesta. No los quería a ellos, quería a mi hermano.
Salgo de mi trance por primera vez cuando observo a todos acumularse con sus armas frente al ascensor, y las palabras claras de uno de los hombres del tal Jungseop hijo de puta capturan mi total atención.
—Es una guía para denunciar infectados especiales. Dice que también brindarán refugio y seguridad a quienes los reporten.
Apartó mi mirada cerrando los ojos nuevamente, aún oyendo todo lo que decían. Estrecho más entre mis brazos el cuerpo frío de Sukkie, y las ganas de volver a soltar lágrimas vuelven a hacerse presentes.
—Hyunsoo... ¿De qué lado estás?— escucho momentos después a que las puertas del ascensor se abrieran.
La verdad era que me importaba poco lo que hicieran conmigo, si me entregaban o no. Aunque había echo todo lo posible por ocultar mi monstruo, había una probabilidad que las palabras del psicópata que nos capturo los hayan echo pensar lo contrario.
Pasaron unos cuantos minutos antes de que sintiera unos firmes brazos abrazarme por detrás y dejar un beso en mi hombro. Lo reconocí al instante, pero mis fuerzas eran tan escasas que lo me alcanzaban ni para devolver alguna acción.
—Sullie...
—Eun Hyuk...— mis ojos se cristalizaron y mi respiración de volvió irregular. Escondí mi cabeza en su cuello e inevitablemente sollocé con dolor en mi pecho— ¿Por qué Hyuk..? ¿Por qué así... ?— exclamaba, y aunque decía mis palabras en voz alta, la realidad era que indirectamente iban para mí misma.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.