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El rubio le hizo un gesto para que ingresara primero a su casa

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El rubio le hizo un gesto para que ingresara primero a su casa.

Jaemin estaría mintiendo si dijera que no le causaba nada estar en casa de Jeno.

Lo primero que observó era lo hogareña que se veía. Su casa y la de su abuela eran simples, no habían fotos o decoraciones coloridas.

Una hermosa omega se asomó desde lo que supuso era la cocina, después de parecer un poco sorprendida se les acercó, abrazando a Jeno con cuidado.

-¿Qué tal la escuela?

-Como siempre.

La omega bufó y dio un golpe suave a su hijo.

-Que mal educado eres, actuando así con tu madre delante del muchacho ¿No te avergüenza?

-Él es Jaemin, Mamá.

El mencionado se removió incómodo al ser víctima de la mirada entre sorprendida y emocionada de la mayor.

-¡Si es el amiguito de nuestro Donghyuckie! Un gusto, lamento mucho no haberte preparado nada. Siempre creí que vendrías con mi hijo omega en lugar de este alfa berrinchudo.

-¡Mamá!

Jaemin se encontró riendo cómplice con la madre de sus amigos. Cualquier preocupación o nervios desaparecieron de inmediato.

Así que de ahí había sacado Donghyuck su carisma.

-Pónganse cómodos, haré un poco de bocadillos antes de irme.

Jeno los guió hasta la sala, donde un par de bonitos sofás azules reposaban frente a una pantalla bastante grande.

-Tu madre es muy amable, se parece mucho a ustedes.

-Ella nos crió prácticamente sola, papá solo pareció interesado en mi cuando me presenté como alfa, luego perdió el interés porque no actuaba como los típicos alfas.

-No voy a lamentar esto que diré. Tu padre es un idiota.

El rubio rió ante eso, pero a Jaemin le sorprendió fue una risa femenina y mucho más escandalosa junto a ellos.

-Oh, no te disculpes. Ese alfa ni siquiera podía diferenciarlos cuando eran más niños. -La omega bufó mientras dejaba unas galletas y lo que parecía ser leche saborisada.

Eso era una hazaña, Jeno y Donghyuck no eran nada parecidos. Le pareció muy lindo ver la clara unión entre el resto de la familia a pesar de lo desgraciado que era el padre.

-¿Irás a ver a Hyuck? -La pregunta de Jeno dirigida a su madre lo devolvió a la tierra, tomó una galleta del recipiente recientemente dejado en la mesilla y se la comió gustoso. Le gustaban mucho la de chispas de chocolates.

-Así es. Tu padre no llegará hasta media noche, así que no deberás tratar con él.

Jeno pareció satisfecho con la información y se acercó a despedir a su madre cariñosamente. El alfa pelinegro no se esperó que la omega igual se acercaría a él y acomodara un cabello detrás de su oreja.

The Perfect AlphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora