Prólogo

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Recuerda cuando se presentó como alfa

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Recuerda cuando se presentó como alfa.

Un grupo de personas que supuso serían familiares lo observaban con expectativa. Todos eran alfas.

Por supuesto sabía lo que se le exigía, a pesar de que no tenía ningún control de ello.

Él tenía que ser un alfa.

Cuando la luna llegó a su máximo punto en su séptimo cumpleaños y su aroma de leche desapareció para dar paso al roble, se sintió hecho.

La mirada recorrió a todos en la habitación pero él solo pudo engancharse en una, su padre lo estaba viendo.

Por primera vez en su vida su padre le había dirigido la mirada.

De ahí en adelante se dedicó a reforzar sus instintos tanto como fuera posible.

Después de todo, él era un Na.

No podía ser menos que perfecto, porque todos los miembros de la familia Na eran Alfas de la más pura casta.

En sus registros familiares no ha habido ningún omega o beta, son demasiado débiles para juntarse en su sangre.

Misma razón por la que los descendientes se concebían únicamente con mujeres alfas.

Un alfa debía ser fuerte, inteligente, perspicaz, imperturbable, dominante.

Jaemin era el hijo varón, por lo que sería el siguiente al mando de la familia después de su padre. Mientras su hermana mayor debería buscar un alfa que cumpla con las características para pertenecer a su familia a través del matrimonio y dar descendientes alfas.

Toda su vida estaba prácticamente escrita, todo eso estaba a punto de terminar.

Toda su vida estaba prácticamente escrita, todo eso estaba a punto de terminar

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The Perfect AlphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora