Jaemin era el alfa perfecto.
Jeno era el alfa que pondría su mundo de cabeza.
•Fanfic Nomin
•Omegaverse Alfa x Alfa
•Historia original
•Capítulos cortos
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Donghyuck entró a la cocina siguiendo el delicioso aroma de la comida de su madre, dicha omega estaba picando guisos de espaldas a él, por lo que él aprovechó y se abrazó a su mayor.
-¡Que delicioso huele todo! Oh. Incluso estás haciendo mucha comida ¿Sabías que tu hijo llegaría tan hambriento? ¿Eso es lo que llaman instinto materno? Creo que podría repetir más de un plato ¡Así que no te preocupes por desperdicios!
La madre del chico se removió del abrazo y siguió cocinando ante la larga charla de su hijo.
-Siempre cocino delicioso, no actúes tan sorprendido, además ¿Por qué mi hijo llegaría hambriento de su cita con su novio? -Le lanzó una mirada aguda al omega que abrió la boca chistosamente y exageró verse ofendido.
-¡Mamá, no seas cruel!
-¡Al menos esfuérzate en tus mentiras!
Pronto se sumergieron en una ruidosa charla, únicamente podrían ser ellos dos. Aún así Donghyuck cayó en cuenta de algo en algún momento.
-Si pensabas que comería en mi cita ¿Por qué hay tanta comida?
-Oh. Jeno trajo a Jaemin, están arriba en su habitación ¿Podrías llamarlos a comer? Ya casi está la comida.
-¿Nana?
Donghyuck se sorprendió un segundo y la emoción de tener a su mejor amigo en casa lo apresuró a ir dando saltitos a la habitación de su hermano.
El omega nunca acostumbró a llamar a la puerta, no había razón para empezar ahora y entró a la habitación preparado para ser el ser más ruidoso y sonriente del mundo.
Pero la escena frente a él lo dejó pasmado en la puerta, dudoso sobre si interrumpir o no.
Ambos alfas estaban acurrucados en la cama de su hermano, parecían realmente inmersos en un sueño profundo. Incluso así las extremidades de ambos estaban entrelazadas de manera casi tierna.
Estuvo a punto de soltar un chillido al notar el rostro de Jaemin enterrado en el cuello de Jeno, mientras este ahuecaba la cabellera pelinegra cabeza con una mano y con la mejilla apoyada en la maraña de cabellos.
Donghyuck dio media vuelta, cerró la puerta en silencio, contó hasta cinco y por primera vez en su vida tocó a la puerta.
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