Recuerdo

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Su cuerpo cayó en el frío suelo blanco, sus ojos se cerraron pero por dentro decía que no lo haría, no le daría ese placer a la Mayor Kantos, con su poca fuerza, forjó a sus ojos abrirse. Se encontró rodeada por varios guardias que la apuntaban con ametralladoras MG-4E preparados para disparar, ahora todos concentraron su vista en la joven, hasta los chicos dotados que estaban sufriendo  experimentos,ellos no fueron anestesiados, el pentágono debe saber su resistencia y su reacción al contacto de las agujas. El moreno dotado esta débil, apenas tiene fuerzas para ver a los soldados apuntándole a la chica fuego, al verla solo le ocurrió salvarla sin pesar mejor la situación que en realidad esta sucediendo. Con sus pocas fuerzas, atrajo su mano hacia él provocando que el aire se haga más tenso, Midori vio lo que él esta haciendo y lo supo inmediatamente. Busco tierra por todos lados hasta que lo encontró en las suelas de las botas de los militares,con sus dedos saco la tierra de donde estaban anteriormente para rodear a cada uno sin que se dieran cuenta, al terminar eso llamo al rubio a su lado para que mire lo que hacen y ayude para crear barro, al principio no entendió, pero luego de mostrarle el agua y el polvo entendió. El dotado del agua fijo su vista en frascos de agua hasta que se tumbaron y se dirigieron a la tierra. Esta mezcla creo barro, perfecta para la asiática. Ahora ella mira lo que crearon, poco a poco el barro fue subiendo por las piernas de los estrategas, ellos notaron lo que sube, trataron de detenerlo, tirando sus armas al suelo, les es imposible seguir con eso, intensifico la mirada y el lodo se solidifico dejando atrapados a las personas con traje. 


 Volvieron a mirar a la joven que acabaron de salvar pero ella no se encontraba allí, bajaron de las camillas y como pudieron caminaron, Braulio no pudo más y se desmayo, los dos se acercaron a él, la asiática gritaba por ayuda pero todos se quedaban mirando sin moverse, hasta Morgan y Matt miran, Luke le dijo que estará bien, es solo el cansancio e iba a decir algo más cuando miro hacia atrás para encontrarse con algo brillante.

-Debemos salir de aquí, ayúdame-dijo el rubio levanto al desmayado de un brazo, la otra chica también lo hizo pero no entendió porque debían irse hasta que vio adonde el oji-azul observó. Se encontraba Aidana peleando contra la Mayor Kantos, pero su pelo se estaba tornando azul. Corrieron hasta la puerta, la lograron abrir y salieron, dos personas que miraron a los tres que salieron. Llamaron a más sujetos y se lo llevaron a la enfermería, los dos líderes se quedaron mirando aquella pelea que parece o tener fin. La Mayor le dio un gancho a la joven provocando que se mueva hacia atrás.

-Jamás me ganarás.-dijo la Mayor-Puedes ser que no pareces tener debilidad pero yo si se cual es la tuya-apretó un botón que tenía ahí en la muñeca, mientras que Aidana vuelve y le da una patada para alejarla y agarrar un bisturí. 

-Yo no tengo debilidad, no desde que me hiciste esto-levanto su remera para que Kantos observe una gran cicatriz en el estómago, la señora sonrió.

-Veo que no te lo olvidas, claro yo tampoco lo olvido, es un recuerdo que vuelve una y otra y otra vez. Extraño esa época, cuando yo era la científica que hizo eso, como te atravesé con un bisturí, como te hice sangrar, como torture. Pero hay dos cosas que jamás olvidare-con su mano derecha, se bajo la parte del hombro derecho de su traje para que la joven vea un cicatriz de quemadura-fue en lo que te convertiste...-

-Mejor dicho tu me convertiste-la corrigió e interrumpió

-Si se podría decir, una asesina perfecta, el soldado perfecto-

-La monstruo perfecta-agregó la chica

-No, eso es lo que tu crees, como te ven los demás, pero las dos sabemos que no esa así ¿no?-la morocha quien ya tiene el pelo completo azul, bajo la mirada al suelo.

-Si, pero tu lo sabes mejor que yo-volvió a mirarla como sonreí y aprovecho el momento en que la Mayor pestañeo para tirarle el bisturí que anteriormente agarró, el objeto se hundió en su pecho pero no causo ninguna herida grave solo un gruñido de Kantos quien se sostiene la herida, la chica fuego iba a atacarla pero la agente sonrió y le dijo:

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