Blanco

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 -Recuerdo cuando te enfermaste de varicela, tenías la fiebre alta y varios puntos en tu cara, parecías el niño de mi Pobre Angelito. Hubo una noche en la que tuve que cuidarte cuando mamá se fue por algo, desde la sala de estar te oía toser, parte de mi quería ir a verte porque sabía que necesitabas ayuda pero la otra decidió quedarse allí obedeciendo a nuestra madre, me ordeno que me quedará abajo a vigilar y disparar si otra persona era la que entra y no ella. No lo soporte más, tenía el arma en mi mano derecha y en la izquierda la perilla de tu habitación,la gire y entre. Estabas durmiendo cómodamente, avancé más dejando  el arma sobre el armario para ir a verte, fue ahí cuando me di cuenta en haberle obedecido a mamá. Un hombre me agarro por atrás tapando mi boca para que no grite mientras trataba de sostener mi cuerpo pero fue en vano, patalee lo más que pude hasta que el atacante me dejo caer en el piso fuertemente, me iba a atacar nuevamente pero luego sonó un disparo. Él cayo y detrás estabas tu, Matt. Me levante y te abracé susurrándote prometiéndote una cosa, y creo que es hora que te diga porque lo prometí, eras un niño que nunca debió ver la muerte o provocarla, yo debí de protegerte pero falle, por lo menos todo lo malo tiene una pro, nos unimos más que nunca y te convertiste en alguien mejor-relato Lila García sentándose al lado de su hermano quien le presta mucha atención.-Lamento no haber estado ahí para haber cumplido esa promesa.

-Hay Lila, siempre tan protectora. Descuida, yo estoy bien al decir verdad y tu deberías de descansar así me dejas en paz por una buena vez. Desde que estuve en la enfermería no has dejado de molestarme con esas absurdas historias-bromeó Matt acostado en la cama de su habitación.

-Como extrañe tu humor-murmuro levantándose para empezar a caminar por la habitación-Recuerdas aquella vez....

-Oh no-la interrumpió el joven dejando caer su cabeza sobre la almohada.

-....fue hace mucho, no creo que lo recuerdes-continuó sin dar importancia a la queja de su hermano menor- pero si que fue gracioso. Estabas en calzones bailando.....-y nuevamente fue interrumpida pero no por él sino por el toque de una puerta además de ser abierto por una joven de cabello largo medio ondulado morocho con sus ojos rojos rodeados de unas pequeñas pero notables ojeras haciendo que el afectado en recuperación frunciera el ceño.

-Oh, lo siento. No creí que estabas aquí-comento la muchacha dándose la vuelta para macharse pero fue detenida por la Sargento.

-Descuida Aidana, quédate-preceptuó agarrándola del brazo para hacerla entrar a la habitación mientras ella se ponía entre la puerta.-De seguro Matt se habrá cansado de mis historias "aburridas" así que puedes contarle alguna-dijo y se fue.

-Hola-susurro ella abrazándose consigo misma mostrando cierto nerviosismo en su voz.

-Hola-saludo incorporándose sentándose en la cama con dificultad pero Aidana se le acerco para ayudarlo, en el tacto, él nunca noto que sus manos estuvieran tan frías-¿Que sucede?

 Ante la inesperada pregunta, ella se sentó en el borde de la cama quedando enfrente de él-Braulio y Midori volvieron, pero...-informó bajando cada vez la voz.

-¿Pero qué?-cuestiono y la joven elevo su mirada encontrándose con la de él para que pudiera notar....¿dolor?¿miedo?, no lo sabe.

-Esa especie de caja que encontraste, nosotros....la tocamos a la vez y vimos una especie de nave pero luego cada uno vio otra cosa.-explico.

-¿Que viste?-interrogo sosteniendo la mano de la morocha demostrándole apoyo.

-Era una familia, estaban en un auto y este comenzó a prenderse fuego. Pude oír sus gritos de desesperación y lo peor de ello es que, es como si los conociera, como si ellos eran de mi familia. Intente ir a salvarlos pero no pude, lo solté la caja y me di cuenta de que eso era solo una visión...pero el dolor...los gritos....fue tan real-eso último lo dijo en un susurro provocado por reprimir sus lágrimas solo que fue en vano y comenzó a sollozar.

-Shh, ya pasa-intento calmarla rodeando su espalda con sus brazos para que la cabeza de ella quede entre el hombro del muchacho que comenzó a mojarse por las gotas escapadas de esos ojos rojos.

-Tengo miedo-murmuro separándose un poco más relajada.

 Matt la observo un determinado tiempo, levanto su mano derecha y le corrió un mechón suelto para luego acostarse en la cama panza arriba mirando el techo blanco.

-¿No dirás nada?-cuestionó la joven.

-No-respondió relajado-, ven aquí.-dijo señalando el espacio a su lado. Lentamente, Aidana se recostó a su lado apoyando su cabeza en el pecho vendado del muchacho y sintió como Matt le rodea con su brazo izquierdo haciéndole sentir protegida.

-¿Que se supone que hay que hacer?-pregunto rompiendo el silencio.

-¿Que ves?

-¿De que hablas?

-El techo, ¿que ves?-se específico Matt.

-No lo se, nada, creo-respondió.

-No importa, ya veras algo. ¿Hace cuanto que no duermes?

-No lo se.

-Pues duerme, no es la primera vez en dormir conmigo.-inquirió.

-Es la primera vez que duermo contigo sin que tengas una remera-comento dejándose llevar por el sueño.



 Todo a su alrededor era pura tranquilidad, había muchas personas, eso si, pero el ruido hecho por ellos no se compara a lo otro. Hace tiempo que no oyó esa tranquilidad. Oía a las personas murmurar cosas del otro lado del pasillo por lo cual su curiosidad le hizo levantarse y salir de su "habitación". Una joven rubia y otro muchacho con lentes de cabello verde le estaban esperando.

 La llevaron a otra habitación, una distinta y más grande pero oscura. Apenas noto unos cuerpos, seis personas atadas en unas sillas que no conoce y los demás con los que gano su confianza con el paso del tiempo, de pronto sintió como una mano le sostenía su hombro derecho, reconoce ese tacto de cualquier lugar, ese tacto que la rescato y salvo su vida además de comenzar a sentir algo por él.

-Dicen que te conocen-le dijo provocando que ella se estremezca.

-¿Que?-pregunto razonando.

-No se quienes son, aparecieron de la nada pero te han describido muy bien como si te conocen de toda la vida. Creo que saben algo acerca de tu pasado, ya sabes aquel que no recuerdas-explico el joven.-Prendan las luces-ordeno y rápidamente obedecieron dejando que la muchacha mire a los que están en las sillas.

 Una mujer asiática de cabello morocho que le llega un poco más de los hombros sigue con los ojos cerrados, al lado un hombre blanco rubio que dejo su barba crecer apenas con sus ojos azulados forzando a hacer ver, luego de él hay otra chica igual que el chico pero su cabello es castaño. A su derecha, otro hombre de tez morena con los ojos grises enfocados en la joven parada como si lo que ve no lo cree, luego a su lado esta otro. Más joven que ellos de cabello castaño con unos ojos penetrantes clavados como en el moreno en la muchacha.Esos rostros les parece conocidos solo que están más viejos al parecer, pero aún así su memoria no le permite recordar todo, desde que despertó en aquel antiguo cuarto su mente ha estado en blanco.

-Les dije que esta viva-comento el último en ser observado por ella.

-¿Te conozco?-le replico cruzándose de brazos.

-¿No nos recuerdas?-inquirió el hablante-Si que hizo un buen trabajo contigo, ¿por lo menos sabes tu nombre?

-No....¿tu si?-agrego susurrando pero luego se arrepintió de haberlo hecho ya que él asintió levemente.

-Tu nombre es...Aidana.

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Chan.

¿Se dieron cuenta del final o no?

Si, lo se, se supone que yo debí haber subido el viernes pero no se que carajos me paso, es como si no tenía ganas de hacer nada y eso es raro en mi además de que estaba re cansada.

¿Les gusto el cap? ¿Quienes serán los del final?

Apuesta!!! Él o la que logra responder esa pregunta correctamente recibe una dedicación en el prox cap además de dos respuestas que tengan, obviamente por chat privado ya que aquella respuesta puede ser un spolier.

Eso es todo, bye.

ElementaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora